6 cosas que NUNCA le debes decir a tu esposa que NO trabaja fuera del hogar

Las heridas del alma pueden ser más profundas que las físicas. Evita estas frases a toda costa.

Mariel Reimann

El trabajo de las madres y amas de casa es uno de los trabajos más exhaustivos que hay. Trabajas los siete días de la semana, siempre estás de turno, nunca tienes vacaciones y no muchos esposos son capaces de darle el valor que realmente tiene. Si no quieres causar heridas y resentimientos en tu matrimonio, evita estas 6 frases.

De acuerdo con estudios realizados con respecto a las causas del divorcio, los problemas económicos se encuentran ahora como la causa número uno. Cuando sólo el esposo trabaja afuera, siendo la única fuente de sustento, se pueden generar tensiones innecesarias en la relación y lo que dices puede generar heridas profundas.

A veces la bronca, las tensiones económicas, el estrés y la falta de dinero hace que haya discusiones que puedes evitar teniendo en cuanta estas 6 frases que nunca debes usar.

1. “Yo soy el que trae el dinero y el que toma las decisiones”

Nada puede ser más hiriente que esto. No sólo le estás diciendo que no ‘aporta’ con nada al hogar, sino que por esa razón, no está habilitada a tomar decisiones en la pareja.

Cuando te casas con alguien, todas las decisiones importantes y las pequeñas, deben ser tomadas de a dos, no sólo las económicas. Hacer este tipo de comentario hace que tu esposa se sienta insignificante.

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2. “Si vas a comprar algo, debes pedirme permiso”

Tu esposa no es tu empleada, y este comentario la coloca en esa situación. Una cosa es que le pidas que si desea comprar algo lo tienen que consultar juntos y decidir qué es lo mejor para los dos, y otra es que le digas que no lo puede hacer a menos que tú le des permiso.

Si fuese al revés, a ti no te gustaría. Recuerda que tu esposa no es tu hija, es tu compañera y está allí para apoyarte y para que juntos trabajen para salir adelante.

3. “Yo soy el que trae la plata, no tengo por qué darte explicaciones de lo que hago o dejo de hacer con ella”

Tú traes el dinero, y ella cuida del hogar. Si cada uno hace su parte, los dos tienen derecho al todo. Ella no te puede decir que no uses los muebles de la casa, o que no te va a dar ropa limpia o que no te puedes cambiar más que una vez por semana, porque ella es la que se hace cargo de esas cosas.

4. “¿Y tú con cuánto aportas?

Es una pregunta que no necesita ser formulada. Si haces este comentario es porque lo único que persigues es una discusión. Si en realidad te molesta que tu esposa no trabaje fuera del hogar, entonces háblalo como el adulto que eres. Usar una frase de este tipo es como comprar todos los boletos para la pelea del siglo.

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Si no te parece que las cosas son justas en la parte económica, háblalo con respeto, y llegarás mucho más lejos.

5. “Te voy a dar una ‘asignación’ mensual”

Aunque en este caso parezca que estamos en frente de un comportamiento positivo en el que tú en tu ‘generosidad’ le vas a dar una asignación monetaria mensual, sin embargo, es insultante. Ni ella tiene 12 años, ni tú eres el que decide cuanto ella puede gastar porque ella no aporta dinero en efectivo. Volviendo a nuestro ejemplo anterior, es cómo si ella te dijera que sólo te va a lavar dos pantalones por mes, si los ensucias antes de que el mes termines, tendrás que arreglártelas solo.

Aunque para muchos parezca justo, no lo es. Recuerda que para que tu relación funcione, ambos deben verse, tratarse y respetarse como adultos. Algo totalmente diferente a esta frase sería que ambos tuvieran un presupuesto asignado para que cualquiera de los dos lo use como quiera.

6. “Sólo estás conmigo por el dinero”

La mayoría de las mujeres hoy en día no tienen problema en salir a trabajar afuera del hogar, es más, a muchas mujeres les gustaría salir a perseguir sus sueños, a sentirse realizadas profesionalmente, sin embargo, deciden quedarse en el hogar por la familia y hacer esto, simplemente no tiene valor, y todo hombre debería apreciarlo.

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En todos los casos, lo que falla es la comunicación. Por más que tengas numerosos problemas económicos, presiones, y preocupaciones, desquitarte con tu esposa nunca será la solución, al contrario, sólo te traerá más problemas. Nada es mejor que hablar con tu pareja llamándole a las cosas por su nombre, sin necesidad de causar heridas que a veces no podrás borrar.

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Mariel Reimann

Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.