6 frases que puedes usar en lugar de “No llores”

Adriana Acosta Bujan

Una de las cosas que nos rompe el corazón a muchas madres es ver llorar a nuestros hijos a pesar de ser pequeños o grandes. Su dolor y sufrimiento se convierte en el propio.

Incluso creo que lo vivimos más intensamente que ellos mismos. Es como si se nos desgarrara el alma en mil pedazos, por la impotencia de no poder aliviar su dolor.

Y aunque deseamos ser el refugio que los proteja de cualquier peligro, es imposible hacerlo ya que todos en algún momento de nuestra vida tenemos que llorar para dejar salir las emociones que nos oprimen, como una manera de aliviarnos para sanar.  

Por otra parte, sabrás que llorar no es nada malo, por el efecto calmante que ayuda a relajarnos y desahogarnos. Además que llorar alivia nuestro dolor y nos ayuda a pensar, incluso también es bueno para aclarar nuestra mente y así poder tomar mejores decisiones en la vida.

Pero a pesar de sus grandes beneficios, los padres somos los primeros en prohibirles a nuestros hijos llorar cuando lo necesitan. Creemos que decirles “no llores” es la mejor manera de reconfortarlos; sin embargo, lo estamos haciendo mal.

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“No llores”

Decirle a nuestros hijos “No llores” es un mensaje que estamos transmitiendo mal, ya que ellos lo interpretarán como una acción que deben evitar en cualquier momento.

Esos sentimientos que le habían llevado a esa situación de dolor o tristeza se transformarán en ira o agresividad, generando baja autoestima, prolongando su dolor, y lo peor es que romperán con nosotros el vínculo de la comunicación.

Es por esa razón que debemos aprender a no decir la frase “No llores” y sustituirla por mensajes o frases más benéficos para nuestros hijos como por ejemplo:

1. Te escucho

Dejar llorar es la opción, pero consolándolos de una manera en la cual los hijos se sientan apoyados y reconfortados. Cuando dices “Te escucho” estarás abriendo un lazo de comunicación con tus hijos, de complicidad y de empatía.

Se trata de saber qué ocurre, cuál es el origen de su dolor y sufrimiento, qué soluciones pueden tomar en conjunto para sanar sus emociones negativas entre otras cosas.

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Saber escuchar con atención no es lo mismo que oír; ya que es algo más profundo, es decir, tratar de entender los motivos y el sufrimiento de nuestros hijos. Así ellos se sentirán más seguros con nosotros y nos tendrán más confianza.

2. Te entiendo y sé por lo que estás pasando

Con esta frase estaremos creando empatía con nuestros hijos, ayudándolos a sentirse mejor. Ellos no van a dejar de llorar, sin embargo, lo harán sabiendo que tú estas con ellos y que no están solos a travesando los problemas que los aquejan.

Es una manera de decir que los apoyamos y que sentimos igual que ellos, que su dolor es nuestro dolor. Luego de un rato de llorar, los hijos comprenderán que tienen el apoyo y amor incondicional de su madre, se sentirán queridos, especiales y apreciados, lo cual aumentará su autoestima, confianza y seguridad en ellos mismos.

Incluso sabrán que estarás ahí siempre para ayudarlos a solucionar cualquier adversidad que se les presente en la vida.

3.  Respira hondo y exhala

Una de las técnicas más conocidas en la relajación es inhalar y exhalar. Cuando nuestros hijos lloran debemos enseñarles que la manera en la que pueden tranquilizarse y sentirse mejor es controlando las respiraciones, así ellos liberarán sus emociones negativas y se calmarán.

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Esta herramienta ayuda a relajarnos, pero también es ideal para bajar el nivel de dolor, ansiedad y estrés, así como mejorar nuestra concentración, lo cual nos ayudará a pensar con claridad las cosas.

4. Dime con tus palabras qué sientes

Enseñar a los hijos a expresar sus emociones es una manera de ayudarlos a identificarlas para que así ellos puedan controlarlas en todo momento.

Ponerle nombre a cada emoción, a cada sentir o dolor que ellos experimenten ayudará a que tus hijos se calmen; ya que se concentrarán en tratar de describir lo que sienten y se olvidarán del dolor físico o emocional que tienen en esos momentos.

No solo esta técnica es ideal para que los hijos aprendan a descifrar sus emociones o distraer su mente, sino que les ayudará a no magnificar o hacer más grande lo que sienten.

5. ¿Te puedo abrazar?

Todas las demostraciones de amor como los abrazos, los besos, las caricias son esenciales cuando los hijos lloran. El contacto físico es importante para demostrarles que los amamos, que son especiales para nosotros e importantes. Incluso estaremos demostrando que estamos con ellos en todo momento.

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Abrazar a nuestros hijos los ayudará a tranquilizarse y a mejorar su estado de ánimo; ya que de esa manera estaremos brindándoles el apoyo que necesitan para resolver sus problemas; incluso también estaremos fortaleciendo la empatía con ellos, lo que aumentará la confianza en ambos.

6. Necesitas espacio

Es muy importante que los padres aprendamos a reconocer cuáles son los momentos idóneos para poder consolar a los hijos. Cuando son pequeños siempre es bueno estar presentes, pero cuando son adolescentes o jóvenes ellos necesitarán un espacio para poder llorar a solas sin la intervención de mamá o papá.

Y aunque dejemos que lloren sin intervenir, es importante hacerles saber que estaremos con ellos en el momento que lo requieran; así podrán sentirse mejor, más tranquilos y sin tanta presión o agobio.

En conclusión, evita decir la frase “No llores” y mejor sustitúyela con las frases que acabas de leer. Así, no estarás reprimiendo las emociones de tus hijos y los dejarás que sanen sus heridas con sus lágrimas, ya que llorar es bueno para la salud emocional y física de las personas.

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.