6 tipos de comportamientos de los niños que los padres NUNCA deben pasar por alto

Criar un hijo es una de las cosas más difíciles en la vida. Hay ciertos comportamientos infantiles que no debes pasar por alto como padre si no quieres que todo se te vaya de las manos.

Fernanda Gonzalez Casafús

Criar un hijo es una de las cosas más difíciles en la vida. Hay ciertos comportamientos infantiles que no debes pasar por alto como padres si no quieres que todo se te vaya de las manos.

Los niños necesitan sentirse escuchados y comprendidos. Bajo esta premisa es como cientos de padres optan por educar a sus hijos en las últimas décadas, en contraposición al método autoritario y rígido de nuestros abuelos. Soy ferviente seguidora de la crianza respetuosa, pero soy conciente de que los límites y la autoridad siempre deben estar presente si no queremos que la situación se nos vaya de las manos. Asimismo, la empatía es un factor clave en la crianza, porque nos permite como padres ponernos en el lugar del niño para comprender sus necesidades emocionales y físicas.

Hay ciertos comportamientos de tu hijo que nunca debes pasar por alto, más si se repiten cotidianamente.

1.Demasiados berrinches

Es un punto un poco controversial porque, ¿qué es demasiado? ¿Cuál es el parámetro?. Un niño que hace demasiado berinche es aquel que ha tomado el mando de la situación y sabe que con cualquier pataleta tendrá a sus padres a su disposición. No se trata de no escuchar a nuestro hijo, todo lo contrario, sino de preguntarnos qué es lo que le está pasando que se siente tan fustrado y lo expresa a través del llanto, las pataletas y los caprichos. Ésto aplica a cualquier edad, sólo que con un niño mayor de 4 años ya puedes sentarte a conversar para intentar discernir qué es lo que sucede. Si las rabietas se presentan demasiado a menudo probablemente estés consintiendo demasiado a tu hijo y él lo sabe, es por ello que al protestar obtiene siempre lo que quiere. Intenta enfocarte en qué hay detrás de esa rabieta y qué es lo que verdaderamente está buscando tu hijo (cariños, un poco de tiempo, atención, mimos).

2. Agresividad

Los niños suelen demostrar sus frustraciones a través de la ira, los gritos, las patadas. Cuando ésto se vuelve habitual y comienza a generar problemas fuera de casa, por ejemplo en el ámbito social y escolar, existe un problema de fondo. El autocontrol en los niños tarda unos años en desarrollarse, y es por ello que a través de la agresión manifiestan sus enojos. Sin embargo, este tipo de conductas -si se repiten a menudo- estaría indicando que algo no está bien; hay algo que el niño le está molestando y no sabe bien cómo expresarlo. A mi hija le enseñé a que puede gritar y llorar todo lo que necesite cuando se sienta frustrada o enojada, y ahora con sus 4 años lo manifiesta en palabras perfectamente: “estoy muy enojada mamá”. Éso la ayuda a controlarse por sí misma de a poco, al reconocer sus propias emociones y validarlas. Es muy gracioso cuando ella ve a su hermano de 2 años enojado y le dice “ven, vamos a respirar para relajarnos”.

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3. Indiferencia

Es muy usual que los niños hagan de cuenta que no escuchan a sus padres o muestren indiferencia antes sus llamados o peticiones. Se trata de un acto puro de rebeldía, y están experimentando qué es lo que pueden lograr con esa conducta. Antes de explotar en ira, lo ideal es acercarse y hacer contacto visual, mirarlo a los ojos y decirle que lo estabas llamando. Decirle que sabías perfectamente que te estaba escuchando y que la próxima vez que lo llames o necesites para algo deberá acudir a tu llamado. Esta conducta de osadía puede tornarse peligrosa porque puede evolucionar en el tiempo y hacer que tu hijo se vuelva desafiante ante tus pedidos y sus obligaciones. Siempre digo que, todo lo que se pide con respeto desde los primeros años de vida, logra muy buenos resultados.

4. Desobediencia

Emparentada con la conducta anterior, esta actitud es una de las más habituales en los chicos. Miles de padres alrededor del mundo se quejan de la desobediencia de sus hijos. Los límites son necesarios desde siempre, y las normas deben marcarse desde un primer momento para que luego no haya malos entendidos. Si permites la desobediencia cuando es pequeño te será muy difícil manejar la situación cuando sea adolescente. Acostúmbralo a ser responsable en el guardado de sus juguetes y su ropa; obedeciendo órdenes sencillas le será luego más fácil responsabilizarse por cosas aún mayores.

5. Mentira

Los niños suelen decir pequeñas mentiras. A veces crean su propio mundo de fantasías y se dejan llevar por la imaginación. No estoy muy de acuerdo con esa frase que dice “los niños dicen la verdad siempre“. Mi hija más de una vez ha inventado cada historia que madre mía. Las mentiras se tornan peligrosas cuando el niño miente para lograr algo en concreto. Mi hija había estado jugando con sus cosas. Cuando le pedí que las juntara si es que quería sacar nuevos juguetes, me dijo “mi hermanito dejó esos juguetes tirados, yo no fui”. Debí explicarle que no debía mentir y que esa era su responsabilidad ya que era ella la que los había estado usando. Es importante explicarles a los niños que la mentira no es un recurso adecuado par lograr lo que quieren.

6. Tristeza

Puede haber días que los niños estén menos pispiretos que otros. Pero cuando notas que tu hijo está desanimado y un poco decaído no es una situación normal. Muchas veces si están enfermos suelen sentirse débiles y con poco ánimo de jugar, pero cuando esta conducta se da cotidianamente es para preocuparse. Indaga si hay algo que esté entristeciendo a tu hijo. Puede ser alguna situación en concreto o puede estar sufriendo acoso escolar. La tristeza es una emoción que debes permitir a tu hijo sin presionarlo, pero que no debe tornarse habitual ya que podría caer en depresión. Hablar con él será la mejor herramienta, y si no logras comunicarte, pide ayuda a un profesional.

Estar atentos como padres a las necesidades emocionales de nuestros hijos los ayudará a crecer más sanamente. No tenemos el manual, pero con amor y dedicación iremos por buen camino. El tiempo y la comprensión es el mejor regalo que puedes hacerle a tu hijo.

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Fernanda Gonzalez Casafús

Fernanda es Licenciada en Periodismo, especialista en Redacción Digital y Community Managment. Editora de contenidos y redactora en Familias.com. Nacida en Argentina y mamá de dos, ama los animales, la danza, la lectura y la vida en familia. Escribir sobre la familia y la maternidad se ha convertido en su pasión.