7 cosas que una mamá debería decirle a su mamá alguna vez
Es importante que tengamos la confianza y la fortaleza para expresar nuestras necesidades y sentimientos a nuestras madres y establecer límites claros y respetuosos en la relación.
Fernanda Gonzalez Casafús
La maternidad es una de las etapas más importantes en la vida de una mujer. Ser mamá conlleva muchas responsabilidades, pero también muchas alegrías. Sin embargo, a veces puede ser difícil cuando nos encontramos con opiniones o críticas de nuestra propia madre acerca de cómo criamos a nuestros hijos.
Nuestras madres siguen viéndonos como sus niñas. Por ello es usual que puedan aconsejarnos o emitir alguna opinión, aún cuando no la pedimos. A veces, no sabemos cómo decirle que necesitamos vivir la experiencia de la maternidad sin sentirnos juzgadas, pues no queremos herir sus sentimientos. Sin embargo, a veces es necesario decir las cosas, para que la relación pueda seguir fluyendo.
Aquí te presentamos algunas cosas que toda mamá debería decirle a su mamá en algún momento:
1 “La mamá de estos niños soy yo, por favor mamá, consulta conmigo primero”
Como madre, eres la responsable de tus hijos y de sus decisiones. Es importante que tu madre respete tu rol como madre y que te consulte antes de tomar cualquier decisión que afecte a tus hijos.
2 “Estas son mis reglas, respétalas”
Cada hogar tiene sus propias reglas y formas de hacer las cosas. Si tienes reglas específicas para tus hijos, es importante que tu madre las respete y no trates de imponer sus propias reglas.
Conversa con ella claramente sobre su rol de abuela y háblale del tuyo como madre. Con cariño, déjale ver que tú tienes derecho a trazar tu propia ruta en tu maternidad, aunque escuches amablemente sus consejos.
3 “No hables mal de mi marido”
Tu esposo es una parte importante de tu vida y de la vida de tus hijos. Es importante que tu madre no hable mal de él o de su relación, ya que esto puede afectar la dinámica familiar.
Tal vez tu madre es una excelente amiga, y le has confiado tus problemas maritales. Lógicamente tú eres su niña y te va a defender. A menos que estés pasando por una situación de violencia doméstica, déjale en claro que no tiene derecho a hablar mal de él.
4 “No me regañes, déjame equivocarme”
Como madre, es normal cometer errores. Es importante que tu madre no te registre por tus decisiones y te permita aprender de tus errores.
La escuchas y agradeces sus consejos, pero explícale que no te sirve escuchar siempre críticas. Eso hará que ya no quieras confiarle más nada.
5 “Aunque tú hagas las cosas distintas que yo, no significa que yo las haga mal”
Cada madre tiene su propio estilo de crianza y eso está bien. Si tu madre hace las cosas de manera distinta a como tú las haces, no significa que tu manera sea incorrecta. Cada familia es única y lo que funciona para una no puede funcionar para otra.
Demuéstrale que te has convertido en una mujer y tomas tus propias decisiones. Tú tienes tu propia forma de trapear tu casa, o de imponer reglas a tus hijos.
6 “Que haya tenido hijos antes que yo, no te convierte en una experta en criar a mis hijos”
Cada niño es diferente y cada experiencia de maternidad es única. Aunque tu madre haya tenido hijos antes que tú, no significa que sea una experta en criar a tus hijos. Es importante que ella respete tus decisiones y tu experiencia como madre.
Muchas veces las abuelas sienten que pueden saber exactamente qué es lo mejor para su nieto. Y, aunque muchas veces es así -pues los aman y son su vida entera-, también es necesario que sepan asumir su rol y dejen la crianza a los padres.
Explícale firmemente que tú duermes a tu hijo a tu manera, que no lo obligas a comer ciertas cosas, que en casa sí se permite que anden descalzos, etc.
7 “Gracias mamá, por todo lo que soy, por estar aquí conmigo”
A pesar de algunas críticas, o de querer influir sobre nuestras decisiones de crianza, nuestras madres merecen el respeto y el agradecimiento. Dile cuánto valoras su apoyo y sus consejos, cuánto necesitas de su sabia experiencia, que luego tanto te sirven para tú tomar tus propias decisiones.
No te quedes solo con las críticas, no olvides que tu madre está siempre allí, firme, en las buenas y en las malas, apoyándote en el arduo trabajo de la maternidad. Sé agradecida con ella.
Es importante que tengamos la confianza y la fortaleza para expresar nuestras necesidades y sentimientos a nuestras madres y establecer límites claros y respetuosos en la relación. Al final del día, lo más importante es hacer lo que es mejor para nuestros hijos y nuestra familia, y tener el apoyo y la amorosa comprensión de nuestras madres en este camino.