7 estrategias que aparentan ser muy buenas, pero con tus hijos no funcionan ni tantito

Ningún hijo viene con un manual de crianza, pero seguro que la educación que recibiste puede ayudarte mucho. Solo cuídate de no cometer estos errores.

Erika Otero Romero

Hace unos días hablaba con mi mamá respecto a la manera tan diferente en que fuimos criadas mi abuela, ella y yo. Al hablar de eso se hizo evidente que ni mi abuelita cometió, al criar a mi mamá y a mis tíos, los errores que mis bisabuelos habían cometido con ella y que, de igual forma, mi mamá corrigió bastante su camino cuando nos crio a mi hermana y a mí. Eso es de agradecer dado que en aquellos tiempos criar a los hijos era cuestión de mano dura antes que de amor y de otras prácticas usadas ahora.

Pese a lo anterior, debo decir que entre la crianza de antaño y la que se ha adoptado ahora para educar a los hijos se ha ido de un extremo a otro. Si eres sensato debes admitir que ningún extremo es bueno y menos cuando se trata de la educación de un hijo.

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Dicho lo anterior, a continuación expondré siete estrategias de crianza que los padres usan porque las creen efectivas, pero no lo son.

1. Impedir que experimenten calamidades

Es normal que quieras evitar que tus hijos sufran, pero dime entonces ¿cómo aprenderán a afrontar la frustración y las dificultades de la vida adulta? El sufrimiento es necesario para fortalecerse y madurar, esto les permitirá aprender las valiosas lecciones que la vida tiene para enseñarles. El papel que puedes hacer es el de confortar y explicarles la razón del sufrimiento; mientras te tengan como apoyo, aceptarán con mayor facilidad los retos que les ponga la vida.

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2. Hacer absolutamente todo por tus hijos

Cuando haces eso estás criando hijos dependientes e incapaces de valerse por sí mismos. Es necesario que desde pequeños los niños vayan aprendiendo a hacer algunos oficios y mandados, todo con el fin de que les otorgues las herramientas para que sean autosuficientes y valoren su propio ser.

3. Criar a todos tus hijos usando las mismas técnicas

Todos los hijos son diferentes, así que la técnica que emplees para educar a tu hijo mayor que es más miedoso, quizá no sea útil para criar a tu hijo menor que es más arriesgado. Para poder hacerlo observa con cuidado cualidades y debilidades y actúa planteando reglas y correctivos adecuados para cada situación.

4. Amenazar con castigarlos y luego arrepentirte

Es un grave error debido a que tus hijos se volverán manipuladores y sabrán salirse con la suya. Siempre corrige las faltas de tus hijos a tiempo y no lo dejes para después, de esa manera aprenderán la lección que tratas de inculcarles y que no estás jugando.

5. Llamar la atención a tus hijos delante de extraños

Puede ser que tus hijos te colmen la paciencia en público aprovechando que están delante de otros ajenos a la situación, pero no los regañes delante de nadie. En lugar de eso busca un lugar donde sepas que vas a poder llamarles la atención a solas y, al llegar a casa, habla claro con ellos y procede a educar. Dejarlos en ridículo lo único que generará en ellos es vergüenza y, si no te gusta a ti, imagínate como se sentirá tu hijo.

6. Dejar la educación sexual de tus hijos en manos de terceros

Este tema aunque no es tabú es mejor que tus hijos lo aprendan en casa de manera clara, sencilla y sin hipocresías. Quién mejor que tú para que les digas desde pequeños cómo se da vida a un bebé, cómo nace y demás cosas al respecto. No sientas vergüenza al hablar del tema y no esperes a que sean sus amigos o maestros quienes les enseñen lo que solo debes enseñar tú.

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7. Castigarlos siendo indiferente

Si crees que ignorar a tus hijos tras un mal comportamiento o una discusión es una buena forma de hacer que se corrijan, lo único que estás haciendo es diciéndoles que no merecen tu atención y afecto y, por lo tanto, estás deteriorando su autoestima. Háblales siempre acerca de lo que hicieron mal y de las consecuencias de sus actos y no te guardarán rencor ni temerán acercarse a ti cuando lo necesiten.

Educar sería más fácil si cada niño trajera consigo una hojita de instrucciones, pero no es así. En cambio puedes usar la herramienta que posees y ésta es el ejemplo que aprendiste de tus padres cuando te criaron; luego solo ponle un poco de ti misma y todo irá de la mejor manera.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.