7 maneras sencillas de rescatar los buenos hábitos familiares

Si los valores se están perdiendo en la actualidad y cada vez hay mayor índice de violencia, debemos recordar que todo comienza desde el hogar.

Julia Tort Rodriguez

Gracias a los artículos que la página de Familias.com me ha publicado, al programa radial de educación que conduzco en la actualidad, así como estar al frente de un grupo maternal y llevar la dirección técnico pedagógica en un colegio, estos últimos meses he tenido la gran oportunidad de recibir cientos de consultas de madres y padres desesperadas por lo que sucede en sus hogares, en diversos países hispanos.

Mi asombro se debe a que me di cuenta de que en todos los grupos, de diferentes lugares geográficos y sin conocerse sus miembros unos a otros, hablan de lo mismo acerca de los niños:

  • Conductas fuera de lugar.

  • Valores escasos o nulos.

  • Berrinches y pataletas.

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  • Agresión y cinismo.

  • Cero respeto.

  • Desafío a figuras de autoridad, entre otras.

La vida es movimiento, en todas las épocas habrá cambios y el paso del tiempo genera transformación; la diferencia que estamos viviendo en la actualidad es la rapidez con la que se producen, a la vez que debemos de desarrollar la habilidad de adaptarnos a la evolución vertiginosa de estos tiempos.

¿A qué nos enfrentamos hoy?

  • Hay cada vez mayor número de padres más jóvenes, quienes aún sin terminar su desarrollo físico, carecen de una estabilidad emocional y económica que ofrecer en un mundo cada vez más exigente en generar ingresos.

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  • Niños con mayores posibilidades de desarrollar patologías, trastornos y disfunciones.

  • Pésima alimentación debido a la desinformación, economía y empobrecimiento de la tierra donde se siembra.

  • Ignorancia y actitud negativa por parte de muchos padres de familia.

  • Vida exprés: falta de tiempo y ganas para inculcar hábitos y buenas costumbres.

¿Qué hacer?

Debes de cuidar que en tu hogar se estén llevando a cabo las rutinas adecuadas para formar hábitos sanos y buenos modales. Hay muchos niños agrediendo a otros niños, a adultos incluso. El bullying no nace de forma espontánea, tampoco las conductas destructivas y delictivas; así como a través de las prácticas en el hogar se forman los valores, el mismo método puede ser utilizado de modo inconsciente para que una persona adquiera conductas perniciosas.

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Papá, mamá, dejen de pensar que la agresión, las peleas o los jaloneos son cosa de niños. Cierto es que cada edad tiene características y que los pequeños que están en desarrollo pasan por momentos egocéntricos donde no comparten, sólo quieren llamar la atención, se sienten el centro del mundo, etcétera; sin embargo, hay que saber cómo apoyar para que su proceso sea sano.

A este respecto, te comparto varias maneras sobre lo que puedes hacer sin importar qué tan corta sea la edad de tu hijo:

1. Educa a tu hijo desde que es un bebé

Es más fácil moldear a una persona desde su nacimiento que cuando ya es mayor.

2. Cuida que haya buenos hábitos en casa

Comienza por inculcarles a tus hijos los tradicionales y para muchos “aburridos” hábitos, pero que a la larga traen recompensas enormes, como lavarse las manos antes de ingerir cada alimento o después de ir al baño; permanecer sentado en la silla hasta terminar la comida, dormir temprano, a sus horas, porque un niño con escaso horario de sueño presenta alteraciones fisiológicas y de conducta; actividades de esparcimiento durante una hora al día por lo menos; sana convivencia como leer cuentos o dialogar antes de dormir, ir a acostarse feliz y con sueños por cumplir, levantarse con un propósito en el día.

3. Sé ejemplo de buenos modales

Cosas tan simples como la cortesía, o el practicar el “por favor” y “gracias”, ayudan a establecer un ambiente en el hogar. Una manera de convivir que se convierte en respeto.

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4. Vuelve a ser niño

¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste de mojarte en la lluvia, de brincar en un charco o de ensuciarte las manos con lodo? Saca a tu niño interno y disfruta ese momento con tus hijos.

5. Enseña responsabilidad

El agua no se derrama sola, el vaso no se rompe por su propia voluntad, los colores no se pierden porque ellos se quedan fuera de lugar. Tu hijo debe aprender a decir “Tiré el agua”, “Rompí el vaso”, “Perdí mis colores”, etcétera, aunque lo haya hecho sin intención.

6. Sé entusiasta

Entrena tu mente en una actitud mental positiva; educa a tus ojos para ver lo bueno en la vida y en las personas y luego comienza a aplicarlo en tu familia.

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7. Hazle ver que es hermoso

Enséñale a decir “Me gusta mi cabello”, “Me encantan mis ojos”, “Amo mi boca”, “Me amo a mí”, “Gracias porque tengo un hogar”, “Gracias por mi alimento”, “Gracias porque respiro”, etcétera.

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Por último, te dejo la enseñanza de este proverbio árabe: “Vigila tus pensamientos; se convierten en palabras. Vigila tus palabras; se convierten en acciones. Vigila tus acciones; se convierten en hábitos. Vigila tus hábitos; se convierten en carácter. Vigila tu carácter; se convierte en tu destino”.

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Julia Tort Rodriguez

Dedicada al desarrollo humano en diversas áreas. Lic. en Educ Preescolar y Psicología, graduada en liderazgo transformacional, con estudios de PNL, asesora, orientadora, conferencista y Madre de 3 hijos, Mexicana e-mail: