A veces tropezamos y caemos, pero hay caídas que podemos evitar

De los errores se aprende, pero la vida no puede ser solo caer y levantarse, no si puedes evitarlo.

Erika Patricia Otero

Desde el mismo momento que nacemos empezamos a aprender cosas. En ese diario vivir hay un gran número de equivocaciones que cometemos. Así es la vida: un compilado de experiencias y errores que nos ayudan, desde pequeños, a definir quiénes somos.

La adolescencia, la juventud y la edad adulta tampoco están exentas de dificultades. Es más, me atrevería a decir que hasta el último día de vida vamos a estar errando y aprendiendo cosas.

Pese a esto, hay situaciones en las que nos equivocamos. Cuando esto pasa es inevitable pensar que debimos haber sabido esto antes de nacer. Nada qué hacer, la vida está plagada de este tipo de situaciones; lo único que no queda es aprender y seguir adelante.

La realidad es que vinimos a está existencia como piedras preciosas en bruto que deben ser pulidas. Esto es justo lo que sirven los errores, para que nos hagamos mejores luego de cada caída.

Sea como sea, deseo compartir contigo algunas cosas que vivimos y que debemos aprender, a veces con mucho dolor.

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1 Pelear batallas ajenas

Aprendí a la fuerza que meterse en problemas que no son nuestros solo nos consigue enemigos innecesarios.

Lo peor de todo es que mientras los que iniciaron el problema se reconcilian, tú pierdes paz y sufres.

Deja que cada persona libre sus batallas. Puede dolerte y preocuparte mucho, pero cada persona tiene un camino y un aprendizaje que asumir. Que tú les ayudes a pelear sus batallas solo va a sumarte problemas y restarte tranquilidad.

2 Alejarse de personas que solo te hacen daño

Nací con el don de “saber qué esperar de las personas” con apenas pasar poco tiempo con ellas. A pesar de esto, me he equivocado enormemente cuando decido ignorar mi intuición.

Me apena decir tengo pocos amigos, apenas algunos conocidos, y en el amor no me ha ido bien. Yo no puedo tratar a las personas que me han lastimado como si nada hubiera pasado. No puedo ser hipócrita y no puedo mantener a mi lado a alguien que en el pasado me falló.

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Lo siento mucho por familiares y personas que antes fueron muy importantes para mí. Yo elijo mi tranquilidad a tener que lidiar con personas en las que no puedo confiar.

Cuando te quedas al lado de personas nefastas, solo vas a sufrir. Mantener en tu vida a personas que solo abusan de tu bondad, te roba energía y amor propio.

3 Confía en ti

Confiar en ti es lo mejor que puede pasarte. Esto garantiza que estarás libre de miedos y dudas; además, siempre tendrás claras tus metas.

No quiere decir esto que no fallarás; puede ocurrirte, pero tendrás la certeza que aprendiste la lección y sabrás qué no hacer en adelante. Serás tan perseverante que no te rendirás hasta lograr tus metas. Todo esto porque confías en tu propia fuerza y valor.

4 Fluir con los problemas

Nada es más terrible que llevar la contraria en situaciones que no puedes controlar. Cuando te empeñas en controlar lo incontrolable, vas a sufrir.

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En su lugar, mejor aprende a ir con la corriente. Acepta que hay situaciones inevitables y que no se pueden cambiar por mucho que te esfuerces.

Cuando haces esto, ves cómo de a poco todo vuelve a la normalidad; además, te das cuenta que esos momentos angustiantes pasaron más rápido de lo que imaginaste.

5 No puedes evitar caer mal a algunas personas

A veces pasa que caes mal a alguien y no hiciste nada para que eso pasara. Bueno, hay personas que no necesitan un motivo para odiar y son libres de hacerlo.

No te esfuerces por caer bien. Algunas personas te querrán y otras no; de estas últimas debes alejarte tanto como puedas.

6 La soledad es parte de la vida

Debemos aprender a vivir solos. La soledad es parte de la vida nos guste o no. Puedes o no ser alguien socialmente activo; va a haber ocasiones donde vas a estar solo y eso también está bien.

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La soledad sirve para reconectar con tu esencia, para descansar y para aprender de ti un poco más. Cuando te haces consiente de esto, aprendes que eres tu mejor amigo y los momentos a solas serán más enriquecedores.

7 Descubrir algo que te motive a vivir

Puede o no tener vínculo con tu carrera; eso no es lo que en realidad importa, lo que importa es que te impulse a vivir. Cuando descubres, por ejemplo, que la música te ayuda a no sentirte perdido, tendrás más deseo de levantarte cada día.

Halla algo que te motive a moverte: un empleo, un hobbie, una disciplina espiritual; eso le dará una dirección a tu existencia.

8 No todo es el trabajo o los estudios

Este es un error en el que caen muchas personas. Invierten cada día de su vida trabajando o estudiando y se olvidan que hay otras cosas que también importan.

Las personas debemos aprender a distribuir el tiempo, de otra manera todo se convertirá en rutina y dolor. Debemos aprender a poner cada cosa en su lugar y disfrutar de la vida, que es realmente corta.

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Por esto es bueno pasar tiempo con la familia, descansar, viajar, salir a pasear al perro; esas pequeñas cosas son la sal de la vida.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.