¿Abuso de mis hijos cuando les impongo labores domésticas?

Enseñar a un hijo a valerse por sí mismo es tarea básica de los padres, que aprenda a cuidar de sí mismo y a realizar tareas domésticas es básico pero ¿hay límites en ello?

Emma E. Sánchez

Tengo la gran oportunidad de dar talleres o conferencias a padres, cuyos hijos están cursando la educación básica, y uno de los temas recurrentes a trabajar es la sobreprotección y el cómo los padres pueden formar niños más independientes y autosuficientes. Pero últimamente, las escuelas o instituciones que me invitan han estado solicitando que hable de los padres que abusan. Sí, leíste bien, padres que abusan de sus hijos obligándolos a trabajar en tareas domésticas, que sobrepasan sus capacidades físicas, madurez o actividades que definitivamente competen única y exclusivamente a los padres.

Los niños pueden y deben aprender a colaborar en casa haciendo tareas apropiadas a su edad y capacidades con el único propósito de llegar a ser independientes, productivos y felices. ¿Cómo puedo saber si estoy abusando de mis hijos?Hay dos señales inequívocas de que estás abusando de tus hijos cuando:

1. Regañas mucho a tu hijo porque no te satisface su desempeño

Ya sea por labores que no hace bien, a tiempo, o de la forma en que le indicaste. Los que somos padres debemos de tener presente y no olvidar que el propósito por el cual los niños deben aprender a hacer las tareas domésticas o colaborar en el hogar es, repito, ser independientes, productivos y felices. Así que cuando el pequeño hace una tarea, primero debes enseñarle a hacer esa tarea, acompañarlo el tiempo necesario que a él le tome aprenderla (que pueden ser meses), hasta que pueda realizarla por sí mismo de la manera apropiada y luego incorporarla o no a sus rutinas de casa. Por ejemplo, a tu hijo pequeño de 2 o 3 años le puedes enseñar por algunos días cómo se pone la ropa sucia en la canasta de lavado, lo acompañarás cada día hasta que él lo haga por sí mismo. El hecho de que ya lo haga “solito” no necesariamente va a implicar que ahora lleve la canasta hasta la lavadora y lave toda la ropa de la familia diariamente, ¿verdad? Bueno, pues ahora imagina que le gritas constantemente al niño porque confunde la ropa, se le cae la canasta o porque olvidó hacerlo a tiempo. Estarías exigiendo cosas que tu hijo no está en capacidad de hacer, le agredes y eso es abuso.

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2. El niño hace las labores solo

En el ejemplo anterior, mencioné que “enseñas” y luego “acompañas” al niño hasta que sea capaz de dominar una tarea, eso implica que des de tu tiempo y tu presencia llena de paciencia, prudencia, ejemplo y amor. El problema viene cuando a tu hijo le das una lista interminable de tareas, lo dejas solo y al final del día quieres que todo esté hecho tal cual lo pediste o indicaste. Eso no es enseñar o preparar para ser independiente, es querer ahorrarse el dinero de un apersona que se dedique al servicio doméstico.

Las situaciones de abuso con frecuencia se dan en familias que constan de un solo padre o donde ambos padres trabajan por periodos largos de tiempo. Además podemos añadir situaciones económicas difíciles y carencias afectivas. Algunas madres, en su desesperación por sacar adelante a la familia, fuerzan a los hijos a realizar muchas tareas de casa o todo lo que tenga que ver con el mantener el hogar limpio y en orden. Los hermanos mayores son quienes, con más frecuencia, resienten estas responsabilidades; y las niñas, a menudo padecen el terminar de criar, alimentar y hasta educar a los hermanos más pequeños. Hay casos tristísimos donde se llega a impedir que el niño vaya a la escuela para atender las necesidades de casa o inclusive comenzar a trabajar siendo muy pequeños.

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Aquí hay que entender algo: Ayudar en casa y adaptarse a las necesidades que una familia puede enfrentar es bueno para los hijos, pero recuerda: todo a su edad y a su capacidad y madurez. Por mucha necesidad que una madre pueda tener, nunca se justifica el abuso y la ley lo prohíbe y sanciona.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.