Amores patológicos

Ambos piensan que ya nada es como antes, él se ha vuelto insensible y ella se ha vuelto quisquillosa. ¿Realmente han cambiado?, o es que ninguno tiene una mente flexible y produce lo que en psicología se llama colusión.

Marta Martínez Aguirre

Alberto la miró con indiferencia, y Gisel encendió la música a todo volumen. Él entonces dio un puñetazo en la pared y ella corrió a llorar al baño. ¿Qué pasó con el amor entre ellos? Su amor está arropado en el piso, tiembla de soledad y de fastidio, se desangra de heridas y tiene amnesia de mimos. Sin embargo, tiene ganas que alguno de ellos lo tome en sus brazos y le haga cosquillas que le desvuelvan la pasión y la locura y lo arremolinen en la cama.

Amnesia de amor en un corazón insensible

Hace menos de dos años eran uno para el otro. Ahora el hastío tiene sus rostros y el desamor comienza con la primera tostada en la mañana. Al mediodía han intercambiado cientos de mensajes de texto hirientes y a la noche las sábanas son bloques de icebergs en el cual se aísla cada uno.

Ambos piensan que ya nada es como antes, él se ha vuelto insensible y ella quisquillosa. ¿Realmente han cambiado?, ¿o es que ninguno tiene una mente flexible y produce lo que en psicología se llama colusión? Cuando esto sucede, el vínculo de amor se ha vuelto patológico.

Fue Jurg Willi quien acuñó el concepto de colusión, al referirse a las relaciones patológicas, de esas parejas que se aman pero no pueden estar juntos, y cuando se separan les es imposible estar lejos el uno del otro.

Siempre esperar algo de tu pareja

Los psicólogos usamos este término para hablar de las parejas que siempre están esperando algo del otro. En general quieren que el otro satisfaga sus necesidades infantiles no satisfechas. Debido a que en su infancia no recibieron algo que esperaban (amor, atención, reconocimiento, etc.) no pueden registrar aquello que reciben, de este modo se mantienen en un imborrable estado de insatisfacción.

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Quizás puedas ir viendo lo que te sucede a ti y reconozcas que lo interesante de este tipo de vínculo es que ninguno de ustedes puede tomar conciencia de la situación.

Así se las va la vida, esperando que el otro cambie, y todo el compromiso por el matrimonio imperfecto es siempre responsabilidad del otro. De la misma manera en la que Alberto y Gisel destruyen su matrimonio, tú y tu esposo se acusan en forma constante, y lo más doloroso es que ninguno cambia. Teniendo en cuenta el concepto de J. Willi, Jordi Font describió cinco tipos de colusión:

1. Colusión psicosomática

Esta se da cuando no hay una clara comunicación de las emociones. De este modo, el malestar no se pone en palabras y es el cuerpo quien lo expresa con síntomas. Uno de los dos se “enferma” para resolver el conflicto.

2. Colusión psicótica

Uno de los dos tiene una inmensa necesidad de autonomía insatisfecha; entonces un integrante de la pareja se torna protector o cuidador del otro. Así surge un vínculo patológico de protector-protegido. Los conflictos surgen cuando el integrante desprotegido comienza a tener autonomía, a desenvolver se por sí mismo y el otro comienza a sentirse molesto.

3. Colusión obsesiva

Hay un vínculo de dependencia y necesidad de control. Alguien domina y el otro acata. Esta es una relación muy difícil de cambiar, y los conflictos surgen cuando los papeles comienzan a alternarse.

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4. Colusión histeroide

Es un vínculo constante de amor y desamor, ahora te quiero, dentro de un rato no. Constantemente hay un juego enfermizo de seducción. Uno de los dos se vuelve manipulador. Los conflictos surgen cuando se van perdiendo aquellos rasgos que antes eran atractivos, como Alberto y Gisel.

5. Colusión narcisista

Este es un vínculo muy difícil ya que un integrante de la pareja necesita ser admirado y busca a que el otro lo haga. Los conflictos surgen cuando el integrante de la pareja, “el admirador”, comienza a desarrollar dones o talentos por los cuales es admirado.

Este tipo de parejas son patológicas, y no dejan otra salida que el dolor, observa si no estás enredada en uno de estos perfiles y busca ayuda profesional.

Y si estás por comenzar un nuevo vínculo antes de caer en un sufrimiento sin sentido, lee estos artículos: Lo que una mujer soltera debe buscar en un hombre de mi colega Diana Cantor Martínez y ¿Qué pueden las mujeres aprender de los hombres? De mi otra colega Myrna del Carmen Flores.

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Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: