Antes del divorcio concédanse una última oportunidad

¿Está dispuesto a pagar el precio por un matrimonio duradero y feliz?, o ¿se dará por vencido? Quizás esta nota toque su corazón y le permita vislumbrar una luz ante el oscuro túnel del divorcio.

Diana Cantor Martinez

Se trata de un momento doloroso. Ese por el que atraviesa un matrimonio cuando, ante la imposibilidad de conciliar diferencias, en apariencia, no queda más camino que el divorcio. Hijos, proyectos construidos, sueños anhelados, todo se va por la borda una vez que uno de los cónyuges ha abandonado el hogar; la disolución final se concreta tras un par de firmas.

Este artículo reflexiona la cuestión, basado, en gran parte, en un relato de Carlos Cuauhtémoc Sánchez, de su libro La última oportunidad. Si usted está pensando en la posibilidad de disolver su matrimonio como una última salida a la situación que enfrenta, lea esta nota, porque tal vez al final encuentre alguna respuesta que toque su corazón y le permita vislumbrar una luz ante ese oscuro túnel del divorcio.

La pareja como estandarte o estructura social

Para el autor del libro la base de la sociedad no es la familia, sino la pareja. Dice, “El matrimonio es el fundamento de la humanidad. Si los cónyuges siguen divorciándose, las familias seguirán desintegrándose y la sociedad pudriéndose”. Esta reflexión pretende ubicarlo en la responsabilidad que usted tiene hacia la sociedad y, en definitiva, hacia su familia y hacia sí mismo. Es importante que comprenda que no estamos hablando tan solo de desavenencias irreconciliables con su pareja, sino de las decisiones que usted ha tomado y los compromisos adquiridos ante la sociedad al formar una familia. Deténgase y piense en su papel de esposo, esposa, padre, madre y como miembro de una comunidad.

Los hijos, la mayor preocupación

Ante la posibilidad del divorcio y las dificultades del diario vivir, la mayor preocupación de la pareja es el dolor que se podría causar a los hijos. A este respecto, Sánchez, a través del relato, enfatiza en la importancia de que la pareja como unidad solucione sus problemas al interior de sí misma. Es decir, en la medida en que la pareja se ame, se respete, se valore y se apoye, en esa misma medida sus hijos recibirán la tranquilidad y la paz que necesitan. No digo que por lo hijos se tenga que soportar todo, pero creo que ellos pueden convertirse en el motor que le permita obrar cambios sinceros y perdurables en su vida.

Tres enseñanzas claves

Adentrándonos en las situaciones que se suscitan una vez presente el fantasma del divorcio en el hogar, concluyo de la historia referida por Sánchez tres enseñanzas importantes:

Advertisement
  • La primera es que muchos son los matices emocionales que se dan alrededor de la separación, discusiones, insultos, peleas, e incluso agresiones físicas. Ubíquese en esos momentos y reflexione, ¿qué lo lleva a actuar muchas veces de manera contraria a lo que quisiera? Por ejemplo, no quiere irse de su casa, tan solo desea que su esposa sea más cariñosa, entonces, ¿qué lo lleva a hacer su maleta y a mantenerse en la posición de partida? O quizás, como esposa, ha dicho insultos de los que quisiera retractarse, ¿qué la mantiene en esa posición? Es probable que se haya dejado llevar por su orgullo y necesidad de ganar más que por el amor por su pareja. Muchos llegan hasta las últimas consecuencias con tal de no mostrarse frágiles ante el otro. No se deje dominar por el orgullo, y detenga a tiempo esa loca carrera que en algún punto no tendrá reversa. Deténgase, reconozca a tiempo su error, ofrezca una disculpa sincera y haga el propósito de cumplir su promesa.

  • La segunda enseñanza tiene que ver con lo mucho que las personas terminan pareciéndose a aquellos con los que conviven. Y aquel que tenga la personalidad más definida y los valores más arraigados logrará influenciar a los demás. ¿Se ha dejado llevar por el desamor y la agresividad de su pareja?, o ¿es a usted a quien le falta un poco de amor y dulzura?

  • La tercera tiene que ver con el precio que las cosas tienen. De acuerdo con el autor de La última oportunidad

todo en la vida tiene un precio, y quien quiera obtener algo tendrá que pagarlo. Con relación al matrimonio señala que el precio a pagar es el tiempo. ¿Cuánto tiempo dedica a sí mismo para mejorar como persona, como esposa, como esposo? ¿Cuándo tiempo dedica a Dios para orarle por su hogar y su familia? ¿Cuánto tiempo dedica a demostrarle amor a su pareja con actos, y no con palabras? ¿Cuánto tiempo dedica a la crianza de sus hijos? ¿Está dispuesto a pagar el precio por su matrimonio? Encuentra en este artículo otras formas de enfrentar las diferencias en tu matrimonio, http://familias.com/no-me-case-con-mi-alma-gemela

Regla de oro para pelear

Según Sánchez existen algunas reglas de oro a la hora de enfrentar las discusiones, aquí las más importantes:

Advertisement

a) Si el problema es entre tú y yo, lo arreglamos tú y yo, y queda prohibido hacer partícipes a otros o discutir en presencia de otros. Este es un error típico, la pareja, ante su imposibilidad de resolver los conflictos, termina involucrando a hijos, padres, suegros, hermanos e infinidad de terceros y esto solo agrava la situación. En ocasiones arreglan sus diferencias y quedan distanciados de los familiares y amigos de su esposo o esposa.

b) Un aporte muy valioso del autor al respecto, es que usualmente en presencia de terceros nos crecemos ante nuestra pareja, o también buscamos la alianza de otros mostrándonos débiles. “Estando a solas es mucho más fácil pedirse perdón mutuamente, sincerarse, verse a la cara y hablarse con el corazón. Dos personas que tuvieron la afinidad para unirse pueden allanar cualquier diferencia si están en intimidad”, escribe en La última oportunidad.

Si usted está realmente interesado en salvar su matrimonio y agotar hasta el último recurso por rescatarlo, no deje de leer este libro. Recuerde que siempre hay una oportunidad cuando prevalece el amor y el compromiso. Lea también, http://familias.com/funcionan-las-segundas-oportunidades-en-el-amor

Toma un momento para compartir ...

Diana Cantor Martinez

Hay un momento de la vida en que descubrimos que necesitamos un cambio para poder avanzar y crecer reconoce el momento y no pierdas la oportunidad.