Aprender a ser sabio cuesta, pero el beneficio lo vale
La sabiduría es el arte de saber elegir priorizando tus intereses y buscando tu felicidad desde adentro.
Erika Patricia Otero
Todos hemos pasado por la fase de la necedad. En el proceso de madurar, aprendemos, a veces a las malas, la manera adecuada de hacerle frente a las pruebas de la vida.
La sabiduría está mal entendida. No es sabio quien acumula una serie de datos y conocimientos. La sabiduría se ve plasmada cuando la persona usa sus conocimientos a su favor. Además, las personas sabias actúan con inteligencia ante toda situación inútil y poco productiva.
La única verdad es que los sabios lo que buscan es vivir de la manera más tranquila y plácida posible. Atrás quedó la necesidad de ganar una discusión. Tampoco persigue enfrentarse a sus enemigos.
Todos podemos volvernos personas sabias. El truco radica en tener paciencia y saber liberarse del orgullo mal entendido; esto para poder librarse de presiones externas.
La clave para aprender a ser sabio
La base de la sabiduría es aprender a establecer la diferencia entre lo que merece tu atención y lo que no. Dicho de otra manera, es necesario volvernos selectivos respecto a la información y situaciones a las que decidimos ponerle atención.
Aunque pueda parecer algo simple de lograr, no lo es. ¿Cuántas veces no te has encontrado divagando sobre la manera en la que debiste responder a ese vecino que te molestó? Poder discriminar lo que merece o no tu energía es una regla que pasamos por alto muchas veces.
Un estudio realizado por el doctor Daniel Gilber, de la Universidad de Harvard, determinó que las personas tenemos la capacidad para centrar la atención en cosas “que no son relevantes”. Básicamente, estamos perdiendo gran parte de nuestra vida en insignificancias. Esto lo que hace es invertir energía en situaciones que no nos hacen felices, que no nos brindan tranquilidad.
En cambio, cuando una persona ignora de manera consciente lo que no le beneficia, encuentra que su vida se vuelve más placentera. Ignorar inteligencia es algo difícil de aplicar. Es complicado porque muchas veces refiere que debemos pasar por alto a personas y situaciones. Hacerlo requiere coraje y fortaleza.
Aprendiendo a priorizar
Como ya decíamos, ser sabio conduce directamente a ganar felicidad.
La sabiduría requiere que estés dispuesto a aprender a tomar decisiones. Saber elegir es un proceso cognitivo que otorga equilibrio y bienestar. Lograrlo es el meollo del asunto. La persona necesita tener una perspectiva de vida distinta a la de los demás; requiere que sea capaz de ver la vida desde su lado más positivo y realista al mismo tiempo.
Pasos para aprender a priorizar
1 Si te cuesta hacer una elección entre lo que es o no importante, tienes problemas para reconocer lo que te conviene
Es posible que tu necesidad de encajar en la sociedad te lleve a querer complacer a los otros. Después de un tiempo, harás felices a los demás, pero tú cargarás el peso de la frustración.
2 Cuanto más estrés y ansiedad sufras, más difícil será establecer prioridades
Acá lo relevante es que entrenes en una manera efectiva de conservar tu paz mental y no angustiarte por las posibilidades. Permanecer en calma puede lograrse con ejercicios de meditación, respiración y relajación.
3 Piensa en las cosas importantes para ti
Puede parecer egoísta, pero si no te preocupas por tus intereses, nadie más lo hará. Sentir miedo por lo que otros piensen de ti es improductivo; además, puede que ni siquiera estén pensando en lo que harás con tu vida.
4 Priorizar no es solamente ignorar lo que hace daño
Se trata más de poder ser capaz de elegir y organizar todo lo que es importante para tu vida.
5 No temas ignorar a las personas que no te aportan nada
Puede resultar difícil cortar lazos, pero es necesario cuando esas personas no te dan más que momentos de crítica e incomodidad.
6 No te preocupes por lo que no puedes cambiar
Un dicho dice: “Si un problema no tiene solución ¿De qué te preocupas, y si no tiene solución ¿De qué te preocupas?“. Nada hay de bueno o positivo en preocuparte por las situaciones que no puedes dominar. A veces la acción que corresponde es no actuar y fluir.
7 Ignorar críticas es vital para mejorar tu autoconfianza
Si algo genera un gran obstáculo en el proceso del crecimiento personas es darle importancia a las críticas de los demás.
Tienes que saber que nadie te conoce y cuando hablan de ti lo hacen desde el total desconocimiento. Por lo tanto, las críticas y habladurías no te definen. Cuando aprendes esto, empezarás a desarrollar autoconfianza; por lo tanto, llega a ti la felicidad.
Nada vale más que ganar en felicidad y paz mental. Este es el único camino conocido a la plenitud de la vida y solo se logra aprendiendo a ser sabio.