Asegura un buen esposo para tus hijas haciendo estas 7 cosas

Si acostumbras y enseñas a tus hijas a ser tratadas con rudeza y agresividad, cuando sean mayores buscarán como parejas a hombres que les proporcionen el trato que ellas conocen, aunque éste les cueste la vida.

Emma E. Sánchez

Criar a un hijo es un trabajo que debería considerarse un arte, y por cada hijo bien educado, trabajador y feliz que se entrega al mundo los padres deberían recibir, por lo menos, ¡un título de doctorado! en reconocimiento a su trabajo. Sin embargo, la vida nos da algo mejor: nos regala nietos.

Conforme me vuelvo mayor, comprendo mejor la maravilla de la paternidad y el milagro de la maternidad. No me considero feminista, pero sí apasionada por los temas de la mujer y entre ellos, muy especialmente, por todo lo que tiene que ver con su formación para convertirse en la corona de la creación. Una mujer desarrollada y madurada en plenitud es, sin duda, la esperanza de una nación para su progreso y mejora.

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No es mi intención en ningún momento menospreciar el trabajo del hombre y su aportación indispensable en todas las áreas de la vida humana, pero si me preguntan quién es el gran catalizador de la existencia, sin dudarlo diría que es la mujer, pues sobre sus hombros recae la crianza de los hijos, la formación de la familia y la estabilidad de un hombre.

La sociedad y la familia fracasan cuando se destruye a una mujer, pues se acaba con toda la buena influencia que sólo ella puede otorgar. Una mujer sana emocional, física y psicológicamente hablando, se forma en un hogar y aunque no lo creas, su gran inspiración y modelo no es su madre, sino su padre, pues de él adquirirá la fuerza, el temple y el carácter que la levantará y le dará vuelo.

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Y es por esta misma razón que debemos poner un gran énfasis en la manera en que nuestras hijas son criadas y tratadas, especialmente por sus padres, pues de ellos aprenden el tipo de hombre que habrán de buscar para formar un núcleo fuerte y duradero:

El respeto empieza en casa

Todo ser humano merece respeto. Las mujeres en su hogar deben sentirse a salvo del mundo, seguras, protegidas, amadas y respetadas. Nada en su casa debe de hacerles sentir por debajo de estas condiciones. No te burles de ellas, no critiques su cuerpo o sus gustos, no la sobajes o humilles y mucho menos permitas que lo hagan frente a otros familiares, sus amigos o su pareja; y si lo haces tú, automáticamente das el permiso para que otros la traten igual o peor que tú.

Considerar su condición de mujeres

Ser mujer es complejo, no es fácil y actualmente fomentar su consideración es fundamental, pues ante la ola de feminicidios, violencia sexual y la agresividad de la que son víctimas, muchas ven acabadas sus ilusiones y en muchos casos su vida.

Honrar la maternidad

Una mujer que ha decidido ser madre merece nuestra consideración. Si las leyes la protegen, ¡cuánto más haremos por ella quienes la amamos! Si el hombre de casa muestra respeto ante su poder de creación y la asiste, cuida, sostiene y protege, ella podrá dedicarse con calma a la creación de un nuevo ser feliz y deseado. El embarazo, el parto y la lactancia son momentos que debemos honrar, animar y fortalecer en nuestras sociedades, a fin de proteger y fortalecer a la familia.

Cuando una mujer no puede ser madre, la consideración por ella o por su decisión debe ser igualmente motivo de respeto.

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Una mujer en toda la extensión de la palabra

Una mujer actualmente debe tener educación de todo tipo, generar sus propios recursos y valerse por sí misma. Todo esto con el único afán de conformar matrimonios fuertes entre iguales, sin desventajas y tener familias en las que los hijos puedan ser instruidos, nutridos y educados por una madre inteligente. Un hombre con visión nunca se sentirá intimidado por una mujer con temple.

Fortalecer su cuerpo y mente

La sociedad y los medios de comunicación han mermado la condición femenina al fomentar medidas de cuerpos perfectos sin grasa ni celulitis, con cabelleras abundantes, complacientes y con atributos de la sexualidad totalmente distorsionados.

El amor al que tienen derecho

Negarles el amor y el afecto, los abrazos y las palabras amables es decirles que acepten los tratos vulgares, sucios, descorteses y cualquier cosa que las denigre, pues se les está diciendo que no son dignas de ser amadas.

Guerreras o princesas

Tú sabrás cómo quieres que sean tus hijas: guerreras invencibles, intelectuales, artistas, princesas frágiles, flores delicadas, trabajadoras, buenas madres, modelos esculturales, lo que tú ves en tus sueños lo podrás intentar imponer, pero al final esa niña pequeña te mostrará que ella tiene sus propios planes y sueños, que sólo necesita tu respeto, amor y fe en ella para lograr el propósito y misión de su vida en este mundo.

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Ten fe en ella, luego siéntate, no estorbes y contempla las maravillas y milagros que obrará.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.