Aunque de ti recibí la lección más cruel, aprendí mucho sobre el amor

El amor verdadero llega cuando aprendes a amarte a ti misma.

Erika Patricia Otero

No creo conocer a una sola persona que no haya sufrido por amor. A veces creo que esa es la cuota que debemos pagar si queremos descubrir realmente lo que es el amor.

Parecer rudo decirlo, pero recordar mi historia personal es lo que me lleva a escribir pensar así.

Un poco de mí

Conocí lo que creí que era amor en una época devastadora de mi vida. La persona en cuestión llegó a mi vida de repente. Cuando se fue lo hizo con un poco más de ruido, dejando pedazos tirados por doquier.

Me gustó y me enamoré como jamás me había pasado. Creí por años que vivía una de las mejores experiencias de mi vida. Por supuesto, la “relación” no era perfecta, pero era más imperfecta de lo que ante mis ojos tenía. Viví malos tratos de parte de su familia, mentiras, infidelidad y malos tratos emocionales.

Para resumir, esa “tragedia” en la que por voluntad propia me metí, me dejó destrozada, pero colmada de conocimientos. Hoy puedo decir que esa experiencia que al principio odié, hoy la agradezco. Esa situación me enseñó lo que no quiero encontrar de nuevo en una relación.

Advertisement

Falso amor

No tengo otro juego de palabras para describir la relación que viví. Me dejó tan decepcionada, que por diez años me negué la posibilidad de enamorarme nuevamente.

Sin embargo, en el proceso descubrí que si bien él me hizo mucho daño; yo aprendí a darme mi lugar. El amor propio es primordial cuando se desea comenzar la búsqueda de un amor. Es necesario porque no quieres volver a “tropezar con la misma piedra”.

Descubrí que quería atraer a una persona diferente, alguien bueno y de quien aprender. Supe entonces que debía hacer cambios profundos en mí. No puedo pedirle a alguien que me dé algo que no estoy dispuesta a dar.

Comencé a hacer los cambios. No quería de nuevo un falso amor. Ha pasado mucho tiempo, y si algo bueno tienen las malas experiencias es que te ayudan a madurar; eso pasó conmigo.

Sé que no puedo pedir a alguien perfecto; sin embargo, puedo “tener una lista” de las cualidades e incluso defectos que soy capaz de tolerar en un futuro amor.

Advertisement

Mi lista especial

No quiero parecer exagerada, pero esta lista está basada en las cosas que yo misma soy capaz de dar; no quiero menos, ya no.

Quiero que la próxima persona sea honesta, leal, sincera, valiente y perseverante. También debe ser capaz de luchar por sus sueños. Su pasado es lo que menos me importa, todos hicimos cosas de las cuales no nos sentimos orgullosos.

No quiero que le tenga miedo al trabajo duro o a las dificultades de la vida. Quiero que sea alguien amable y generoso. Alguien capaz de sonreír aunque hayan muchos retos en la vida. También que sea afortunado, talentoso en lo que sea que haga, autodidacta. Que disfrute de los momentos de tranquilidad. Sepa escuchar y dar consejos equitativos. Sea respetuoso. Que le guste leer y escuchar música. Alguien que me ayude a ser mejor cada día.

La verdad es que la lista sigue. Sé que es ambiciosa; sin embargo, si de algo me sirvieron estos años de soledad, fue a darme cuenta de la persona que soy. Como dije al inicio: solo pido lo que soy capaz de dar.

Después de la ruptura, no odies, crece

Si lo expongo ahora es porque yo pasé por eso y no puedo escribir sobre algo que no conozco.

Advertisement

Cuando esa terrible relación se terminó, odié como nadie tiene idea a esa persona. Todos los que se me acercaban para mí eran solo una extensión más perversa de él.

Algo había mal en mí y era esa rabia hacía él por haberme engañado por años. Esa rabia y malestar recalcitrante eran los que hacían que atrajera a mi vida el mismo tipo de persona; así que supe que el cambio debía venir de mi interior.

Todo es un proceso

Comencé a hacer meditación. Hice una lista de mis defectos y mis cualidades. Me empeñé en cambiar y mejorar como persona; eso es algo que continúa hasta el día de hoy.

Inicié un proceso de hacer más fuertes mis cualidades y de dominar mis defectos.

Algo que jamás olvidaré es que me gritó una vez que “debía conseguirme una vida”. Soy una persona introvertida y reservada. Tal vez por esta razón cuando tengo a alguien en mi vida quiero pasar tiempo con esa persona. Sé que eso puede resultar abrumador. Cuando me hice consiente de esto, mis inseguridades me asustaron. Esto en un inicio hizo que me recluyera aun más en mi soledad.

Advertisement

Debía dejar de ser una dependiente emocional. Aprendí a vivir con mis miedos, aprendí a vivir conmigo misma. Ya no tengo afán de llenar mis espacios vacíos con personas que no valen la pena. Hoy sé cuánto valgo; no voy a estar con cualquiera que venga a cambiar “por espejos y baratijas” mi tesoro.

Solo puedo decirte por último que no debes temer a la soledad. Disfruta de tus momentos a solas, crece y ámate; solo de esa manera sabrás cuánto vales y la calidad de persona que mereces en tu vida. El cambio y la felicidad comienzan cuando te amas a ti misma.

Toma un momento para compartir ...

Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.