Aunque no lo creas ellos también pueden ser los “terceros en discordia” en tu matrimonio

Ellos también pueden ser causantes del fracaso de tu matrimonio. Descubre ¿quienes, cómo y por qué?

Erika Otero Romero

Mucha tela se ha cortado respecto a los factores que dañan un matrimonio; sin embargo, hay aspectos que una pareja jamás podría llegar a imaginar que puedan ser los detonantes de la destrucción de su relación marital.

Esos aspectos inimaginables tienen que ver con la manera como te relacionas con tus hijos, pero antes de cerrarte con un no rotundo, te invito a seguir leyendo.

¿De qué manera tus hijos pueden llegar a destruir tu matrimonio?

Puede ser difícil de creer, sin embargo, son varias las situaciones que los hijos pueden provocar de manera indirecta y que repercuten de forma negativa en la relación de sus padres. A continuación encontrarás algunas de esas situaciones.

1. Cuando el hijo llega sin ser esperado (o deseado) por una de los padres

Aunque los hijos son la mayor muestra de amor que pueda haber en un matrimonio, no sé puede negar que hay situaciones en las cuales su llegada no resulta ser la mejor noticia que se pueda recibir.

Es en este caso en particular, que el niño -que se supone ha sido concebido con amor- comienza a ser un punto de discusión entre sus progenitores, sin que sea directamente culpa de él-desde luego-.

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2. Cuando el hijo es la “manzana de la discordia” por efectos de su crianza

En este caso, la llegada del hijo es una noticia bien recibida y anhelada desde hace mucho; el problema comienza cuando la crianza, cuidado y educación del chico queda bajo la responsabilidad de uno solo de los padres. Esto puede tomar 2 caminos.

El primero

surge cuando el padre a cargo de la crianza y cuidado riñe con su pareja por la aparente despreocupación y poca participación en la crianza de su hijo.

El segundo

problema aparece cuando uno de los padres desautoriza al otro frente al hijo. Pasa por lo general cuando el padre desautorizado desea aplicar un correctivo al chico a causa de alguna falta cometida y el otro siente que no “tiene derecho” a corregirlo, pues -para sus adentros- no pasa tanto tiempo con el hijo como ella o él y por ello pierde ese derecho.

3. Cuando el cónyuge compite con el hijo por el afecto de su pareja

Es cuando a raíz de la llegada de los hijos, uno de los padres acusa al otro de darle más amor y atención al pequeño que a él.

4. Cuando la relación marital se colma de responsabilidades

Acá el problema surge porque a la pareja ya no le queda tiempo de salir y vivir su vida de libertad como antes de la llegada de los hijos, pues cada salida que se planea refiere la búsqueda de una niñera y si no la encuentran pues deben quedarse en casa.

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5. Por falta de límites y autoridad paternal

Parece un poco extraño pero pasa más veces de las deseadas. Acá los niños desafían a sus padres, provocando que ambos peleen, esto pasa cuando la familia no tiene la debida estabilidad para guiarlos.

6. Por disminución de la intimidad conyugal

Debido a la pérdida de privacidad y aún más cuando los chicos llegan a la adolescencia, la vida en pareja se torna menos privada y por ello surgen problemas.

Formas de solucionar esos inconvenientes y así evitar que se vuelvan infranqueables

Lo primordial es que la pareja este de acuerdo ante la planeación y llegada de los hijos. De esa manera se evita que ellos sean causantes (sin querer) de un problema por su llegada.

Pon tu matrimonio antes que a tus hijos. El matrimonio antecede a los hijos y debe permanecer después de que ellos se vayan a vivir sus propias vidas.

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En la educación deben estar de acuerdo con las reglas del hogar y la vida en familia. El propósito de ellas es que entre las partes de la familia la comunicación sea efectiva desde que son pequeños.

Las reglas deben ir desde la que indican la manera de repartirse las tareas del hogar, la hora de levantarse y acostarse, de llegar a casa cuando son adolescentes e incluso cuanto pueden gastar y la manera de ganarse ese dinero.

No muestre debilidad. Busca que tus hijos tengan la mejor vida posible pero con principios y reglas que lo hagan un buen ser humano.

Dale tiempo a tu matrimonio ya que gracias al afecto que ustedes se manifestaron desde el inicio es que sus hijos llegaron al mundo. Saquen tiempo para darse pequeños viajes románticos cada vez que puedan. Esto les ayudará a revivir su vida de pareja y a mejorarla.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.