Buenos modales: un mundo mejor para tus hijos

Tres ejemplos de cómo los buenos modales pueden influir en la familia y en consecuencia impactar en el mundo.

Elzbeth Blanco

Hace mucho tiempo alguien escribió “Cuando era joven, quería cambiar el mundo. Descubrí que era difícil cambiar el mundo, por lo que intenté cambiar mi país. Cuando me di cuenta que no podía cambiar mi país, empecé a concentrarme en mi pueblo. No pude cambiar mi pueblo y ya de adulto, intenté cambiar mi familia. Ahora, de viejo, me doy cuenta que lo único que puedo cambiar es a mí mismo y de pronto me di cuenta que si hace mucho tiempo me hubiera cambiado a mí mismo, podría haber tenido un impacto en mi familia. Mi familia y yo podríamos haber tenido un impacto en nuestro pueblo. Su impacto podría haber cambiado nuestro país y así podría haber cambiado el mundo”.Y no estaba equivocado.

Cada uno de nosotros es capaz de hacer la diferencia en la vida de alguien más. No es necesario grandes hazañas y quizás no pongan nuestros nombres en los libros de historia, pero sin lugar a dudas podemos hacer que este mundo sea mejor con pequeños detalles cotidianos como son los buenos modales.

En ocasiones, cuando se menciona las palabras etiqueta, buenos modales o cortesía algunas personas pueden pensar en un conjunto de normas rígidas, asfixiantes e incluso obsoletas. Habrá a quién le venga a la mente el tener que aprender cómo usar determinado número de cubiertos o hablar con palabras complicadas fingiendo ser quienes no somos. En realidad, la etiqueta y los buenos modales no están basados en eso.

Los buenos modales son una señal de que nos importan los demás. Y ellos nos tienen que importar puesto que vivimos en una sociedad. Es bueno y necesario tener leyes, pero es más importante recordar que el propósito de estas es que podamos vivir en armonía. Una forma de recordar esto es tratándonos bien los unos a los otros.

Cultivar los buenos modales nada tiene que ver con pertenecer a cierta clase económica o social. Tampoco existe una edad determinada para aprenderlos. Nunca se es demasiado temprano o tarde para aprender si es que tenemos un deseo sincero de hacerlo.

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Una excelente forma de comenzar a practicarlos es en nuestros círculos más cercanos como en casa, el trabajo o con los amigos. Estos son algunos consejos que pueden ayudar para comenzar.

Saludar

No importa si duermen en la misma casa, si se ven todos los días o si se te hace tarde para salir. Siempre saluda a tu familia. Saludar es hacerle saber a otros que aprecias su presencia. A todos nos gusta sentir que nos toman en cuenta. Es una excelente forma de comenzar y mantenerse en contacto. En tu casa te ayudará a fortalecer lazos con tus seres queridos, en la oficina te ayudará dar una buena impresión y tener un mejor ambiente de trabajo.

Es posible que si no estás acostumbrado a hacerlo cuando comiences te sientas un poco raro e incluso los demás te vean extraño, pero no te desanimes. Tampoco se trata de que vayas por la calle como si fueras una reina de belleza extendiendo la mano para saludar a todo mundo, (salvo que te sientas cómodo con eso). El saludar debe ser tan natural como respirar y cada uno lo hace a su ritmo y modo. No imites a nadie. Si saludas y alguien no te contesta, no lo tomes como algo personal; pueden existir diversas razones para ello y no necesariamente tienen que estar relacionadas contigo. Si tienes que saludar a alguien que no te agrada, hazlo cortésmente. No es que seas hipócrita, es que eres una persona educada. Sigue adelante, lo más importante es que seas sincero en lo que haces sin importar la reacción del resto.

Presentaciones

Es la mejor forma de extender tu red de contactos, hacer las fiestas más divertidas, tener nuevos amigos o simplemente conocer más gente. Presentar a dos o más personas puede ser tanto un momento divertido, como puede resultar de lo más embarazoso si no se hace correctamente. Aun así lo peor es no hacerlo.

No importa la edad o la posición social o laboral de quien se trate. Cada caso puede tener sus normas particulares e incluso existen libros y manuales que puedes consultar en línea para que te sientas más seguro. Pero, puedes creerlo, pocas cosas son tan incómodas como que alguien sea testigo de una conversación en silencio porque no tiene idea de con quién está hablando o que alguien desconocido te hable familiarmente sin haber sido presentados. Hay personas que no tienen inconvenientes con estas situaciones, pero también existen aquellas que son sensibles al respecto. Así que para no causar penas a nadie, nada tan simple como decir “Permite que te presente a…”

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Es una amable forma de mostrar respeto y cariño. Si tu familia es lo más importante, qué mejor manera de mostrarlo que presentarlos de esa forma. Te aseguro que se sentirán excelente al darse cuenta que les das un lugar sobresaliente ante otros.

Palabras mágicas

No se tratan de “hocus pocus” o “abracadabra”. Es respecto a dos frases que pueden cambiar completamente una actitud, por tanto una situación y en consecuencia un resultado. Se trata de “por favor” y “gracias”. Lo mismo se usan para pedir que te pasen la sal en la cena en tu casa, como para solicitar un informe en tu trabajo y hasta para ir de compras. Si no lo crees, haz la prueba durante un par de semanas. Pide todo acompañado de un “por favor” y agradece cualquier servicio que te hagan con un sincero “gracias”. Verás la diferencia.

Todos tenemos prisa, a todos nos urgen las cosas y todos quisiéramos que el resto supiera lo que estamos pensando, lo que necesitamos, lo que queremos y cuando lo queremos. Pero ninguno de estos deseos es razón para dejar de ser corteses los unos con los otros. Al contrario, son razones para serlo más que nunca. Necesitamos reconocer y ser reconocidos como seres humanos.

Si tienes hijos pequeños estos son excelentes puntos con los que puedes comenzar a enseñarles buenos modales y ellos estarán deseosos de aprender de tu ejemplo. Si tienes hijos adolescentes, quizás al principio verás algunos ojos en blanco y escucharás suspiros, pero no desistas. Los buenos modales son una muestra de cariño para tus hijos, a ellos les encanta sentirse amados. Tarde o temprano verás que ellos harán la diferencia entre sus amigos y en la escuela.

Cuando tenemos la oportunidad de conocer otras culturas, es importante que tratemos de aprender sus normas de cortesía. Conocerlas de manera que podamos comprender mejor la forma de pensar de las personas de ese sitio y para enriquecernos a nosotros mismos.

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En un entorno tan lleno de información y tecnología, esto no debe ser excusa para evitar ser corteses en los medios digitales. Hace poco vi en una página de Internet una frase que decía los buenos modales son tan raros hoy en día que algunos los consideran flirteo“.No dejemos que eso pase.

Hagamos que los buenos modales sean la norma y no la excepción. Los buenos modales no son algo del pasado, debemos mantenerlos actualizados y vigentes. Son la forma más directa y accesible que tenemos no solo de cambiar al mundo sino de mejorarlo.

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