Cómo enseñar a tus hijos el valor del trabajo y el ahorro

Tus hijos deben aprender desde pequeños el valor de los procesos que requieren esfuerzo, dedicación, paciencia y perseverancia.

Rafael Vázquez

Vivimos en una época en la que es viable obtener créditos financieros de manera tan fácil que es posible obtener casi cualquier cosa, ya que la mayoría de los productos y servicios están disponibles para ser adquiridos de modo inmediato y ser pagados después. Sin embargo, la realidad es que los costos de nuestras adquisiciones se elevan muchísimo, debido a que los intereses que pagamos no solo cubren el aumento normal del costo de vida, sino que además implican seguros por pérdidas en caso de que algún beneficiario deje de pagar, lo cual pasa mucho más de lo que la mayoría cree.

Con los niños puede pasarnos lo mismo, ya que si nuestros hijos crecen en el entendido de que pueden tomarlo todo y pagarlo después, el precio final que pagarán será demasiado alto en comparación con el que habrían pagado si lo hubieran cubierto antes. ¿Cuándo fue la última vez que le concediste a tu hijo algo que quería, con la única condición de que te prometiera portarse bien, corregir una conducta o hacer algo en el futuro? Así es: le diste un crédito. ¿Cuándo fue la última vez que liquidó su deuda? Si tu hijo ha pagado sus deudas de manera disciplinada, los felicito a todos: al niño y a sus papás; pero si ha dejado las cuentas a medio saldar, entonces no está funcionando.

En cualquiera de ambos casos, te quiero ofrecer la oportunidad de que todos pongan a prueba otra forma de obtener lo que queremos y conseguir lo que deseamos. Es por ello que a continuación te comparto los siguientes puntos de reflexión y algunas sugerencias.

1. El trabajo

Los niños deben aprender desde pequeños el valor de los procesos que requieren esfuerzo, dedicación, paciencia y perseverancia. El trabajo es eso precisamente: un esfuerzo constante, atento y paciente que rinde sus frutos solamente con el tiempo.

Por supuesto que no me refiero a que mandes a tu hijo de 4 años a un almacén a cargar y clasificar cajas, o a tu hija adolescente a una obra de albañilería. Eso es un “empleo” y de lo que yo estoy hablando es del trabajo: hay trabajo en ordenar el dormitorio, en cultivar una planta y en hacerse cargo de tareas específicas.

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En este sentido, puedes enseñar este principio a tus hijos asignándoles que realicen ciertas actividades que estén de acuerdo a su edad y capacidades. A medida que vayan creciendo, sus responsabilidades deben ir aumentando y es importante que sepan que si no las cumplen, nadie más las hará en su lugar y ello podría estropear alguna dinámica. Déjame darte un par de ejemplos:

Lavar los platos

Si le asignas a uno de tus hijos realizar dicho trabajo los días martes y viernes, él deberá entender que es un deber que no puede eludir ya que si falla, no habrá trastes disponibles para que la familia pueda cenar o desayunar.

Ayudar en un negocio familiar

No todas las familias tienen un negocio propio, pero si lo tienes, es una oportunidad magnífica para enseñarles el valor del trabajo. Cuando un hijo, por pequeño que sea, es involucrado en las tareas de la dinámica económica de la familia, se potencia su sentido del esfuerzo constante, de los resultados que tardan en llegar, de la paciencia y de la disciplina.

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2. El ahorro

Otro principio que puede dar a tu hijo un poder enorme para vencer obstáculos, es la virtud del ahorro. Siempre es mejor pagar el precio de las cosas por adelantado, ya que disfrutas más el fruto de tu paciencia y gozas cada gramo del beneficio que adquiriste gracias al esfuerzo que hiciste por conseguirlo. Te daré dos consejos prácticos cuyo efecto sentirás profundamente:

Tú mismo ahorra

Abre cuentas de ahorro para tus fines personales y los de tu familia. Ahorra para comprar un auto, hacer un posgrado o salir de vacaciones. También haz ahorros para los momentos de dificultad y para la educación de tus hijos.

Haz que tus hijos ahorren

Puedes comenzar por ayudarlos a ahorrar para comprarse algún juguete y luego ir persiguiendo cosas mayores. Motívalo para que comience a guardar recursos para sus estudios en la universidad, para realizar un proyecto o cumplir un sueño.

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Si ayudas a tu hijo a vivir amando el valor del trabajo y del ahorro, te aseguro que ningún sueño será imposible y ninguna meta será inalcanzable. ¿No te gustaría darle ese poder a tu hijo?

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