¿Cómo fortalecer mi fe en Dios?

En las tribulaciones más difíciles, busca a Dios. Mantén tu fe en alto para que puedas obtener las respuestas que esperas.

Adriana Acosta Bujan

Algunas personas suelen decir que los caminos de Dios son perfectos. En particular, yo dejé de creer en esa frase o creencia tras haber pasado por uno de los más grandes dolores en mi vida, que es la muerte de mi esposo.

Con mi corazón hecho trizas dejé de creer en Dios, de su poder y de su amor, incluso llegué a pensar que Él me había abandonado. Sin embargo, a pesar de mi dolor y resentimiento hacia el Creador, nunca dejé de pedirle orientación, tranquilidad y guía.

Luego, con el pasar del tiempo, llegaron a mi mente algunas respuestas a las preguntas que le hacía yo a Dios; así poco a poco pude comprender por qué me había pasado tal tragedia. Por ello retomé mi vida hacia el lado espiritual y volví a creer en Él.

Mi fe volvió a renacer porque nunca se había desvanecido del todo, estaba ahí, aunque algo resentida, adolorida y sin ilusiones.

Tal vez mi historia te suene familiar, pues la mayoría de las personas solemos olvidar el poder de Dios, sobre todo en momentos dolorosos como es la pérdida de un ser querido. Pero precisamente en esos momentos difíciles que experimentamos debemos agarrarnos de su mano para poder sanar nuestras heridas.

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¿Qué es la fe?

“La garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven””. Hebreos 11:1

La fe se encuentra en Jesús, “Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe”. Romanos 10:17

Podemos decir que la fe es creer en Dios, confiar en su palabra, en sus designios y en su poder. Es tener convicción de que existe alguien celestial que no se ve, es tener fidelidad.

Por ello para poder sanar nuestros corazones y heridas, debemos tener fe, tenemos que estar convencidos de que existe un poder supremo que nos ayuda, guía, cuida y protege, para poder continuar viviendo.

Pero, ¿Cómo podemos fortalecer nuestra fe en Dios?

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1. Oración

Existen algunas personas que cuando se sienten muy tristes, desconsolados o desorientados, no tienen ganas de hablar con nadie, pero en su interior piden a gritos ser escuchados. Por ello es que para tener fe y fortalecerla debemos aprender a hablar con el Creador por medio de la oración.

Es decir, no se trata de rezar oraciones aprendidas, sino de tener un momento con Él. Platica lo que quieres, dile lo que sientes, pregunta, llora y descarga tu dolor, como si fuera un amigo. Ten la seguridad que Dios te escucha y que pronto recibirás alguna respuesta a tus cuestionamientos y tendrás la paz que tu alma necesita.

2. Alabanza

Cuando alabamos y cantamos con todo nuestro corazón y ponemos atención a la letra de las alabanzas es cuando nuestra fe puede fortalecerse. Te recomiendo que al sentirte abatido, triste, cansado y confundido, escuches algunas alabanzas, al hacerlo te sentirás bien y tranquilo.

Ten en mente que al alabar a Dios estás pidiendo manifestaciones, estás pidiendo que te responda, pide entrar en su presencia y verás cómo él a través de distintas maneras te responderá.

3. Pide, pide y pide

Pide todo lo que quieras, no te limites, pide a Dios grandes cosas, bendiciones, grandeza; tu mente esperará pacientemente la respuesta del Creador. Recuerda que Jesús siempre cumple sus promesas aunque no las veas en el momento que tú quieres.

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Sé persistente, enfócate y visualiza tus respuestas hechas, materializadas y verdaderas. Que no decaigan tus ánimos a pesar de las tribulaciones, ¡Sigue, pide que se te dará!, Porque escrito está:

“Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe, quien busca encuentra y al que toca se le abre”.

Lucas 11 15:13

4. Busca y encuentra testimonios

Muchas personas han tenido la fortuna de ser bendecidos por Cristo nuestro señor, ellos por el gran amor que le tienen siempre están dispuestos a dar su testimonio. Reúnete con esas personas, busca grupos que se dediquen a conocer y a difundir la palabra de Dios, así tu fe se fortalecerá y en menos de lo que esperas también recibirás un milagro.

5. Lee su palabra

No es que debas aprenderte las escrituras y toda la biblia entera, sin embargo, cuando te sientas abatido, triste y desesperanzado, abre la palabra de Dios y lee cualquier página que te llame la atención. En particular, me han ayudado mucho los Salmos.

Cuando leas la biblia enfócate, piensa en tu angustia y en tus problemas, así Dios te hablará. Trata de entender e interpretar tu tribulación en el presente, para que logres obtener respuestas acertadas.

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Ten en mente que Jesús nos dejó al Espíritu Santo para que nos guie, cuide y proteja, dice la palabra:

“Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes”

No los voy a dejar huérfanos; volveré a ustedes. Dentro de poco el mundo ya no me verá más, pero ustedes sí me verán. Y porque yo vivo, también ustedes vivirán”.

Juan 14:15-21

Ahora ya lo sabes, vive con fe, fortalécela cada día, sé perseverante para que logres obtener las respuestas que esperas y para que tu alma sane por completo.

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.