¿Cómo mantener tu peso? La dieta ayuda, pero más ayudas tú si cuidas lo que comes

Dicen que a la fuerza ni los zapatos entran, y las dietas aunque no son zapatos también aprietan cuando no son de nuestra talla. ¿Cuál es la talla de una dieta? Te preguntarás. La respuesta es fácil, sigue leyendo.

Yordy Giraldo

Yo estoy en contra de las dietas, y lo estoy porque honestamente no creo que funcionen. No porque no sean efectivas, por supuesto que lo son. El problema es que lo que hace que los cambios sean permanente es la constancia, y salvo que planees pasar el resto de tu vida en estricto régimen alimenticio vía una dieta, te resultará muy complicado.

Por supuesto que las dietas son un primer paso y un acercamiento necesario con lo que necesitas saber sobre tu alimentación, porque su objetivo es dejarte en claro los “si”, los “a veces” y los “no” sobre las cosas que comes. Es más, sirven para hacer evidente que tienes una adicción sobre algún tipo de comida, pero en algún punto terminan por convertirse en un castigo.

Dicen que “a la fuerza, ni los zapatos entran” y las dietas, aunque no son zapatos, también aprietan cuando no son de nuestra talla. ¿Cuál es la talla de una dieta?, te preguntarás entonces. La respuesta es fácil: es aquella que no te cuesta trabajo hacer parte de tu vida, la que no es un esfuerzo, aquélla que puedes llevar sin estrés.

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Entonces imaginemos que ya pasaste el sufrimiento de hacer retroceder la báscula, ¡felicidades!, esa era la parte fácil. Lo difícil es mantener el resultado, aunque no lo es tanto poniendo en práctica cinco trucos que te a continuación te comparto y que han hecho que los diez kilos que perdí hace un año no hayan vuelto a casa:

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1. Un, dos, tres… ¡Muévete! ¡Muévete!

No estoy hablando de ejercicio como tal, hablo de dejar el sillón. Si estás sentado sin hacer nada, tu cuerpo consume 60 calorías por hora aproximadamente; si estás de pie, 120 y si estás en movimiento, 180 calorías. Tú decides.

2. Come más bien poco

Lo que quieras comer, ¡cómelo! Pero ten presente dos cuestiones: mientras más comas, más necesitarás moverte, de lo contrario el sobrepeso regresará; segundo, lo que comas, si lo comes de noche se queda, y si se queda, engordas.

3. Prisa, prisa… pero no olvides desayunar

Parece increíble, pero el desayuno obra milagros en el peso. Una persona que desayuna bien podrá controlar la ansiedad de comer durante el día. Eso, y no saltarnos las comidas constituyen el secreto a voces de un peso saludable.

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4. Mantén sano lo sano

Cuando no nos gustan las frutas y verduras buscamos darle nuestro toque, pero le quitamos lo saludable. Por ejemplo, la fruta la tomamos en jugo sin reparar en que son más calóricos. O llenamos de aderezo las ensaladas sin pensar en las calorías de cada cucharada: blue cheese, 73 calorías; césar, 80; mayonesa, 94; ranch, 63; francés, 73; ruso, 53; mil islas, 61; sésamo, 66 y aceite de oliva, 119. ¿Qué tal?

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5. No pases hambre

Siempre lo he dicho, el hambre es mala consejera, y esta aseveración se multiplica cuando se trata de comida, ya que cuando estamos hambrientos nos desesperamos por saciar el apetito y acabamos cometiendo errores como comer de más u optar por lo más dañino.

Comer ensaladas no es la única manera de estar delgados. De hecho, mientras controlemos nuestras porciones y no hagamos del sedentarismo un estilo de vida, el peso no debería de ser un problema, salvo que exista un asunto relacionado con la salud. Haz del lema “nada con exceso, todo con medida” tu guía, y disfruta indefinidamente de tu nueva figura.

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Yordy Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.