¿Cómo saber si mi esposo y yo necesitamos terapia de pareja?

Ir a terapia como pareja puede ayudarles a salir adelante de diversas situaciones con menos dolor y más éxito.

Emma E. Sánchez

Cada vez que alguien menciona “ir a terapia” pareciera ser que se les imputa un delito del cual, inmediatamente, tratan de deslindarse y justificar por todos los medios, que no lo requieren, que no es su caso, que no lo necesitan o que es algo fuera de sus necesidades.

Las mujeres, tras pensarlo un poco, suelen  abrirse y considerarlo un poco pero en el caso de los hombre, la cosa se pone peor todavía cuando alguien sugiere “terapia de pareja”. Es entonces cuando ¡los caballeros desaparecen!

Terapia de pareja: palabra prohibida para muchos

Desafortunadamente, todavía hoy en día se tienen ciertos prejuicios o ideas equivocadas sobre ir a terapia o tomar terapia de pareja, y muchas personas y matrimonios se privan de una oportunidad de mejorar sus vidas, sus matrimonios y ser un poco más felices.

Una vez que las parejas “han tocado fondo” o sus  problemas los han rebasado, abren su mente a la posibilidad de ir a terapia como la última opción a su alcance.

Si todos nosotros estuviéramos un poco más abiertos a conocer y aprovechar los beneficios de la terapia, muchas de nuestras dificultades se evitarían, se resolverían o no harían tanto daño a tantas personas.

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Hace unos días, un caballero, de manera muy amable pero tentativa, se armó de valor y con mucha discreción se animó a preguntarme:

“¿Cómo puedo saber si alguien (obviamente no él) o un matrimonio (no el de él, por supuesto) deben de ir a terapia?”

Así que tratando de dar una respuesta muy general, te platico mi respuesta:

A veces, las parejas tienen dificultades

Sucede que a veces, las  parejas tienen dificultades, algunos inconvenientes o situaciones donde se pierde la armonía o hay más discusiones más acaloradas, malos sentimientos que hacen que la pareja no se sienta bien.

Para algunos, los problemas pueden ser cosas sencillas mientras que para otros pueden ser motivo de divorcio.

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Y hay también situaciones graves que desafortunadamente, ya se han normalizado dentro de la pareja pensando que así funcionan todos los matrimonios alguna vez.

Entonces, la pareja puede asistir a una terapia de pareja en los siguientes casos:

Cuando hay problemas de comunicación

Algo tan común pero tan importante como la comunicación suele ser una de las razones más frecuentes por las que las parejas suelen ir a terapia.

A veces  la relación se ve afectada por una carencia de comunicación, clara, honesta y sincera o sin agresividad.

En la sesión de terapia se clarifican las dificultades y se pueden abordar algunas técnicas de comunicación que pueden ayudarles a dialogar de manera mucho más efectiva.

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En casos de alguna crisis en particular

El matrimonio y las familias pasan por diversas etapas de vida: los primeros tiempos de matrimonio, la llegada de los hijos, su desarrollo, su salida del hogar, la llegada de los nietos, la vejez de los  padres, etc. Y entre todo esto hay fallecimientos, pérdidas de empleo, infidelidades,  hijos con problemas, enfermedades, accidentes y situaciones que ponen a prueba la relación y la familia.

En cualquiera de estas situaciones, ir a terapia puede hacer la diferencia en la resolución o la manera de aceptar o sobrellevar las problemáticas de una manera sana emocionalmente.

Dificultades en las relaciones íntimas

Otra razón por las que las parejas asisten a terapia tiene que ver con la carencia de armonía en las relaciones sexuales o en las muestras de afectividad que por cierto, muchas veces va más allá de la intimidad en sí.

Cosas sencillas como las caricias, el tiempo a solas, mirarse largamente o los abrazos y besos pueden simplemente no existir, y de ahí entonces se derivan otras situaciones que “encubren” el problema de fondo.

El terapista entonces ayuda  a la pareja a desenmarañar esas situaciones y buscar las soluciones sustentables a largo plazo donde  puedan ambas partes sentirse amados, aceptados y necesitados.

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Indecisión sobre el futuro

Una pareja joven puede hablar del futuro como algo muy,  muy lejano sin darse cuneta que en el presente se van tomando las acciones que nos llevarán a ese futuro. Y a veces, al darse cuenta de eso, pueden sentir temor, ansiedad y hasta pensar que es demasiado y que no podrán con el desafío.

En las sesiones de terapia, el terapista puede ayudarles a que juntos resuelvan sus dudas, planeen con paso firme, midiendo las consecuencias y haciendo frente, superando sus temores.

Problemas con los hijos o por los hijos

Hijos que nacen con alguna dificultad física o intelectual, que tienen problemas durante su etapa escolar, desarrollan alguna adicción, interfieren en la relación matrimonial, se casan muy jóvenes, embarazos prematuros o simplemente, siendo adultos, no quieren salir del hogar.

Ahora, hay que dejar algo muy importante en claro:

Cuando en la relación o en la familia hay problemas de violencia doméstica, física, psicológica, o de cualquier tipo, lo primero que debe hacerse es romper con la relación y salvaguardar la integridad de la víctima o de los más vulnerables.

Inclusive, me atrevo a mencionar que se debe avisar a las autoridades competentes. Después se debe tomar la terapia que se requiera.

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Mi recomendación personal es que no teman ir a terapia, la salud emocional es una necesidad básica para el ser humano. Recibir la ayuda o el apoyo en los momentos que lo requieras puede hacer una gran diferencia y evitarte muchos sufrimientos inútiles.

Seguramente en tu localidad podrás encontrar un buen terapista que los pueda acompañar. Hoy en día también puedes encontrar apoyo en instituciones gubernamentales y hasta de manera gratuita.

También puedes buscar ayuda en línea, recuerda que lo importante es acudir y recibir la ayuda que requieres.

Recuerda: ir en pareja tampoco es indispensable, tú puedes iniciar con tu proceso y tu pareja asistir o no, de igual manera podrás ver resultados y mejora en tu propia vida y por ende, en tu relación.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.