Cría a tus hijos como te hubiera gustado que te criaran y no fallarás

"Lo que se les da a los niños ahora, los niños darán a la sociedad". Karl Menninger

Erika Patricia Otero

La crianza jamás ha sido fácil. Quien se atreva a decir que es algo sencillo, simplemente no ha tenido hijos a su cargo. El problema es que parece que los adultos olvidamos cómo veíamos al mundo cuando éramos niños. En los niños pocas veces hay maldad. Todo lo que están haciendo mientras crecen, es conocer el mundo y relacionarse con él; por supuesto, esto lo hacen de mano de sus padres.

¿Crías como quisiste ser criado o repites patrones?

Sobre los adultos recae la responsabilidad de criar seres humanos de bien. Sin embargo, esto no se logra si el adulto no hace una retrospectiva a su infancia, a cómo le hubiera gustado que sus padres le trataran cuando era pequeño.

Todos los adultos tenemos algo no tan bueno que admitir acerca de la crianza que recibimos. Por ejemplo, estoy segura que muchos padres al corregir a sus hijos prefieren no recurrir al castigo físico, aunque ellos tuvieron una buena dosis de ese tipo de “corrección”. Otros más recuerdan cómo se sintieron decepcionados de sus padres porque estos no cumplían sus promesas; es así como procuran no defraudar a sus hijos.

A ver, no es que los padres actuales sean más sabios que los de antaño; cada ser humano hace lo que puede con los recursos que tiene. En lo que sí estarás de acuerdo es que como madre o padre no replicas “al pie de la letra” la crianza que recibiste.

Hay muchas cosas que tomaste de la crianza que recibiste. Por ejemplo: les dices a tus hijos cada día que les amas; además les enseñas diferentes oficios de la casa porque sabes que le harán autosuficiente.

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Desde luego que también hay aspectos que te niegas a aplicar en tus hijos. Por ejemplo: no pegas ni gritas; también te niegas a ser la mamá regañona. Tú prefieres hablar y a modo de reprimenda les quitas las cosas que le gustan.

No se trata de criticar ningún tipo de crianza; sino de que veas que muchas veces que tratas a tus hijos como quisiste ser tratada. Esto no dice que tienes rencor a tus padres, solo que aprendiste la lección y sabes que puedes cambiar patrones.

No temas, lo estás haciendo bien

En la crianza no hay nada estipulado. No hay personas detrás tuyo diciéndote si lo estás haciendo bien o mal; sin embargo, tú sabes si el cuidado que das a tus hijos es el justo y necesario. Es como la intuición: siempre sabes qué estás haciendo bien y qué no.

Lo bueno es que siempre que sientas que te estás equivocando, puedes corregir el camino. No es que la crianza sea un juego de ensayo y error, pero es que ningún padre y método de crianza es infalible. Siempre que sientas que vas por el camino errado, puedes corregirlo; es mejor hacerlo, a seguir equivocándote con conocimiento de causa.

Otro aspecto al que pocos padres recurren es al de pedir a sus hijos una disculpa. Es como si temieran a que sus hijos les vieran débiles. No hay nada de debilidad en reconocer que fallaste y te arrepientes.

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Una cosa clara y que siempre debes tener presente es que eres la madre o el padre, no un amigo. Este es un error que muchos progenitores cometen. Cuando permites que tus hijos comiencen a verte como una amistad, comenzarás a perder autoridad, algo que siempre debes tener bajo control.

Ten presente siempre que como trates a tu hijo, él te tratará a ti y a los demás. Además, tu hijo aprende con el ejemplo: lo que ve en ti, el trato que le des será lo que él aprenda y será la manera como criará a sus hijos.

Criar con amor, no con miedo

Siempre me pareció que los niños huelen el miedo. No es que lo hagan literalmente, pero lo que si sé es que tienen “algo” que les indica cuando sus progenitores dudan de lo que deben hacer.

No es que haya algo de malo en sentir desespero o impotencia. Tienes todo el derecho en sentirte perdida, más aun cuando se es madre o padre primerizo. El punto es que debes permitirle a tu intuición que te dicte la mejor manera de criar a tu pequeño.

Ten presente siempre que todos los hijos son diferentes; por eso, creo que cada uno “te dice” muy sutilmente la manera como necesita ser criado. Unos necesitarán más reprimendas, mientras otros solo necesitarán consejos; es así como funciona la crianza.

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Lo que como madre puedes hacer para no sentirte tan temerosa de tus pequeñas réplicas es dejar que ellos te digan lo que necesitan. Añádele a eso charlas claras sobre lo que tu esperas de ellos y viceversa

No dudes en dejarles claro que eres la madre o el padre; que aunque pueden hablar contigo de todo, eso no te resta autoridad. Esto te da la oportunidad de que sientan la confianza para consultarte y decirte lo que necesitan de ti. Este tipo de crianza hará de ellos personas seguras de sí mismas, empáticos y comprensivos; en definitiva, el tipo de personas que el mundo necesita para ser un mejor lugar para vivir.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.