Cuando fracasamos en el amor, hay algo en lo que estamos ganando

"Perder por conocer, no es perder" aplica a la perfección en el amor.

Erika Patricia Otero

El amor es una especie de juego de azar: apuestas lo que tienes y no sabes si vas a ganar. Desde luego, no apostamos a perder, pero muchas veces eso sucede. Sin embargo, perder es relativo.

Mi madre suele usar una frase que hoy día la encuentro muy útil: “Perder por conocer, no es perder”. Honestamente, aplica perfectamente a esas relaciones amorosas donde lo más valioso que nos queda es lo que aprendemos.

Es un hecho que darnos cuenta que “ganamos conocimiento” va a tomar un tiempo. Cuando una relación termina quedan mucho rencor, heridas y dolor. Es casi imposible ver algo positivo en medio de semejante escenario.

No siempre es el tiempo el que sana las heridas. Lo que sucede es que nos damos cuenta de que no perdimos nada, ganamos todo. Imagina mantenerse en una relación donde continuamente se discute y te denigran.

Te cuento mi experiencia

Cuando tuve mi última relación amorosa las cosas estaban muy mal casi desde el principio. Sospechaba que me engañaba, algo (¿intuición?, tal vez) me lo decía, pero yo era necia.

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Además, empezó a mostrar una cara que de verdad me dio gigantes luces rojas. Fue entonces cuando decidí que con esa persona tenía todas las de perder; me di cuenta que iba a estar mejor sola. Acerté totalmente. Mentiría si escribiera que no dolió; digamos que fue el orgullo herido y el tiempo que consideré perdido.

Solo fueron suficientes pocas semanas para que todas sus mentiras salieran a la luz. Tenía a una mujer embarazada, se había casado a escondidas de su familia. Eso y otras acciones deplorables me probaron que de verdad me había ganado la lotería al alejarme de él.

Me torturé por algunas semanas pensando en lo tonta que había sido. Afortunadamente, eso duró poco tiempo. Decidí que yo era quien tenía el poder que le daba a es mala experiencia. Fue entonces cuando aprendí varias lecciones que te compartiré a continuación.

1 Cuidado con las altas expectativas

Puede que estés dispuesto a dar mucho, pero ¿y si la otra persona no? Ante eso no hay nada que hacer. ¿El remedio? entrar a la relación sin expectativas y abierto a lo que pase durante esta. Suena triste, pero te evitas sufrir por culpa de tus altas expectativas.

2 Pon atención a la “luces rojas”

No nos engañemos, muchos de nosotros pasamos por alto “adrede” las señales de que la relación va en declive. Además, también elegimos ignorar las que avisan que estás con alguien dañino.

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Puede ser que lo hagamos guardando la ilusión de un cambio o que simplemente no nos demos cuenta. El punto es que habiendo pasado por algo como una ruptura, lo prudente es tener los sentidos alerta. Esto para que no vuelvan a pasarnos desapercibidas esas señales.

3 No aceptes migajas de amor

No es raro que por tener a alguien en tu vida te conformes con migajas de amor.

Tampoco se trata de estar 24/7 haciéndose ternuras y dándose atención; eso también agota una relación. La situación es que si te aman, lo natural es que muestren interés en ti; si esa persona está interesada en ti, se notará a leguas.

4 Perseverar no está demás

Esto también puede ser un error. Muchas veces no somos capaces de ponernos en el lugar del otro. Se quieren algunas cosas que tal vez tu pareja no es capaz de dar en ese momento; como eso no ocurrió en un chasquido de dedos, entonces decides que no vale la pena.

Es cuestión de saber esperar un poco; de ponerte en el lugar del otro y dejar de ser inmediatista. Ponte en su lugar, averigua qué pasa y si notas que no es falta de amor sino problemas, entonces apoya..

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5 No te conformes por salir de la “soledad”

Puede ser que esto también ocurra a algunas personas. A veces, luego de mucho tiempo estando soltero, te conformas con la primera persona que se te pone en frente; y ello puede ser un grave error.

No digo que esa persona no valdrá la pena. Lo que digo es que el afán por salir de la soledad puede hacerte cometer errores que saldrán caros. No es válido aceptar una relación por miedo a la soledad. Tampoco lo es estar con alguien y jugar con sus sentimientos.

6 Hacerle pagar a otros tus cargas emocionales

Esto ocurre con mucha frecuencia. Supón que te engañaron antes, llegas tan desconfiada a otra relación, que le haces pagar a tu nueva pareja los daños de antes.

Esto es un grave error porque las personas no actúan de la misma manera. Antes debes procurar sanar lo que te hicieron. Si quieres darte la oportunidad de enamorarte de nuevo, hazlo, pero no desconfíes por desconfiar.

Cargar con equipaje emocional te daña a ti y a quienes lleguen a tu vida. Sana y deja correr las malas experiencias que no todo el mundo es malo.

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7 Asume la parte de la culpa que te corresponde

Es un hecho que para que una relación termine mal, ambos tiene responsabilidad. Negarte que hiciste cosas mal es cegarte adrede.

Admite que cometiste faltas y te liberarás de cargas que no necesitas. Además, esto te ayuda a hacerte consiente y a no volver a tropezar con la misma piedra.

Recuerda: en el amor como en la vida nada hay escrito sobre mármol. Procura aprender de tus relaciones todo lo que te sea posible, no sabes dónde hallarás el salvavidas.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.