Cuando tus hijos adolescentes guardan secretos

Todos tenemos secretos, y tus hijos no son la excepción. ¿Te preocupa saber qué piensan o hacen mientras tú no los ves? Quizá estos consejos puedan ayudarte.

Adriana Acosta Bujan

La rutina del día a día, el estrés, el trabajo, las responsabilidades económicas y del hogar, muchas veces hacen que no te des cuenta de lo que hacen tus hijos cuando no estás con ellos. Sobre todo cuando son adolescentes, la comunicación se transforma en un querer saber qué es lo que pasa por sus mentes.

Todos en algún momento de nuestra vida tenemos secretos, son parte de nuestra naturaleza; no significa que sean mentiras, sino cosas que nos pasan y no queremos que nadie lo sepa. Me atrevo a escribir de este tema porque a mí me pasó hace poco tiempo, que mi hijo de dieciocho años me confesó un secreto. No supe si lo manejé bien, pero al terminar de platicar con él, me dio las gracias por haberlo escuchado y me dijo que se sentía muy contento de poder expresar lo que sentía. Se alegró porque no lo regañé y supe escuchar sin juzgarle. Claro que ahora, después de un tiempo, todavía estoy en shock por esa confesión.

Los consejos que leerás a continuación no te harán saber qué es lo que tu hijo está pensando o haciendo, pero probablemente ayudarán a que tu hijo te platique sus secretos:

1. Evita interrogatorios

No es necesario enfrentarlos drásticamente con nuestras preguntas, pues puede llegar a crearse un ambiente de fastidio o miedo. Simplemente pensarán que los estás atacando, de esta forma tus hijos nunca te contarán nada. Recuerda que son adolescentes. Evita interrogarlos y procura charlas llenas de confianza.

2. Invita a tu hijo a que realice sus reuniones en tu casa

Es una buena forma de conocer a sus amistades y conocer cómo se relaciona con ellos. Aprenderás que le gusta hacer y, con mucho oído, podrás saber cuáles son los temas de plática. Ojo: no estés con ellos, dale su espacio para que se sienta cómodo.

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3. Procura que te diga lo que piensa y siente

Quizá puedes comenzar alguna charla con una pregunta semejante a esta: “Hijo, ¿tú consideras que te he fallado? En mi caso, esta pregunta me ayudó a generar un ambiente de confianza con mi hijo, pues le comenté que yo nunca había podido platicar con mi papá sobre los errores que yo consideraba que tuvo, por tanto, yo quería ser para él una madre abierta a platicar cualquier tema.

4. Fomenta la confianza

Es importante crear un ambiente de confianza, no de juicios o de regaños. De esta forma tu hijo podrá confiar en ti y platicar sobre sus secretos. Comienza platicando de tu propia experiencia de vida y comparte los momentos difíciles que pasaste en tu adolescencia. Recuerda no comparar tu experiencia con la suya, solo se trata de compartir.

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5. Más comunicación, menos regaños

Si encontraste alguna “evidencia” (botella, cigarro, etc.), no lo regañes. Es el mejor momento para platicar con él abiertamente, como nunca lo hicieron tus padres. Platica como si fuera un amigo, de esta forma podrás hablar libremente de tus experiencias. Comunícate propositivamente.

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6. Hazle saber cuánto le amas

Siempre termina tus pláticas con él con una frase importante: “Yo siempre voy a estar ahí para escucharte y apoyarte hijo, porque te amo”.

La familia es el núcleo de nuestra vida y los hijos son un reflejo de lo que nosotros somos. La comunicación y la confianza se pueden dar cuando hay comprensión y un amor incondicional. Los hijos son el mayor orgullo de una madre, saberlos orientar y aconsejar es un reto, aprende a hacerlo. Ahora, actúa.

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.