De las emociones negativas puedes tener la fuerza para triunfar

La fuerza motivacional que nos impulse a hallar el éxito puede ser la ira o la resiliencia; funcionará siempre y cuando el enfoque sea el éxito y no el dañar a otros.

Erika Patricia Otero

Tener éxito en la vida es un sueño que todos perseguimos. Las áreas en las que buscamos ser exitosos son diversas y dependen del interés de cada uno de nosotros. Hay de todo para todos y también medios distintos para alcanzar el tan consabido éxito.

Siempre creí que la única manera de alcanzar nuestras metas era siendo impulsados por las emociones positivas. Nunca a lo largo de mi vida hubiera imaginado que alguien obtendría motivación de sus emociones negativas. Pese a eso, hay personas que lograron el éxito impulsadas por la rabia, la frustración e incluso la ira.

¿Se es posible? Sí. Si me detengo a analizarlo con calma, claro que se puede, es posible y es un hecho.

El fuego motivador de la ira

En una entrevista que le hicieron a alguien que admiro mucho, admitió que había hallado la fuerza para alcanzar sus metas en las emociones negativas. Afirmó que a lo largo de su adolescencia vivió frustrado y iracundo; estas emociones lo invadieron hasta mediados de sus 20’s.

Creció en un hogar pobre. Sus padres trabajaban arduamente, pero no lograban salir de la pobreza que los agobiaba. Siendo un niño empezó a desarrollar un amor muy grande por la música.

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A la edad de 13 años supo que quería dedicarse a ser productor musical. Este plan de vida a sus padres no les gustó para nada. Su madre, enojada porque su hijo gastaba sus cuadernos escribiendo canciones, lo castigó y rompió cada una de sus letras.

Fue entonces cuando empezó a desarrollar una serie de complicaciones emocionales: depresión y ansiedad. Vivía lleno de ira y rabia; emociones que hicieron que se enfrentara con rebeldía a sus padres.

En su adolescencia él se esforzó por labrarse un futuro en la producción musical. Trabajaba produciendo y escribiendo canciones, ganando muy poco y muchas veces siendo robado. Dinero que ganaba, dinero que daba en casa para aligerar las cargas. Igual sus padres seguían oponiéndose.

Ellos se empeñaban en que él siguiera el “estereotipo ideal de vida” al que debe aspirar todo coreano de bien. ¿Cuál es ese estereotipo social? Ser un excelente estudiante, graduarse de una universidad de renombre; luego, conseguir un empleo en compañía exitosa y lograr el máximo cargo laboral. Por supuesto, casarse y tener hijos antes de los 35 también hace parte de los planes; es lo que se espera que haga todo coreano exitoso. Es eso o tener una carrera de servicio público; algo fuera de esos planes y serás un “mal ciudadano”.

¿Qué opción tomó?

El resultado es que se hizo independiente a los 17 años, cuando era aún menor de edad. Lo que hizo fue dejar su ciudad natal sin ningún tipo de apoyo excepto el de su hermano. Él fue a probar suerte en el mundo de la música.

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No fue fácil: trabajaba y estudiaba a la vez que entrenaba para ser ídolo. En el transcurso, se accidentó y cayó en una fuerte depresión que hizo que se aislara sin ganas de nada. Él creyó que todo estaba perdido, pero no fue así; debutó en 2013 y poco a poco ganó reconocimiento local y luego de forma mundial.

Como músico solista, sus primeros mixtapes estaban colmados de canciones que surgieron de ira hacia su familia y detractores. Hablaba de su depresión y ansiedad social. Del miedo que sentía al fracaso y a la pérdida inminente de lo logrado con tanto sacrificio. Hoy día es uno de los productores musicales de gran renombre a nivel mundial.

Las emociones se calman y la vida cambia

Min YoonGi, miembro del grupo BTS, en varias entrevistas admite que su vida ha cambiado. Ya no halla inspiración en la ira; sin embargo, admite que su esfuerzo se alimentaba de la rabia. Que mucho de su éxito se debe a la rabia que sentía por ser pobre y sentirse atacado constantemente.

Ahora las cosas para él cambiaron. Sigue cosechando éxitos y creciendo. Ya no tiene problemas con su familia y ya superado el dolor es un hombre renobado.

Francamente, nunca imaginé que alguien pudiera encontrar motivación en las emociones negativas para salir adelante. Siempre creí que la única forma era aceptar las dificultades, hallar fuerzas en la fe y volvernos resilientes.

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Sea la fuerza motivacional que nos conduzca a encontrar el éxito, es bienvenida. La mejor forma será la que más nos funcione, siempre y cuando no nos lleve a hacer daño a otros.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.