Desarrolla la empatía en tu matrimonio y tu relación mejorará

Cuando amamos, el dolor del ser amado es nuestro y no podemos ser indiferentes a ese dolor o a esa necesidad, no podemos pasar de largo como si nada estuviera sucediendo. Se tiene entonces un deber moral de actuar en virtud de ese amor.

Diana Cantor Martinez

En mi artículo “Una sencilla historia que puede cambiar tu matrimonio”, prometí una segunda entrega acerca de cómo desarrollar la empatía en beneficio de la vida en matrimonio. Pero ¿es posible aprender a ser empático?. Algunas posturas sostienen que se nace siendo empático y otras dicen que se puede aprender. En mi opinión, las personas quienes innatamente no la poseen, pueden aprender e implementar comportamientos similares, que se traducen en un interés real por la persona que aman.

La sensibilidad de la persona empática, se manifiesta en la capacidad de percibir en un nivel superior los sentimientos de las personas, sin que ellas abiertamente lo hayan expresado. Las personas empáticas son muy observadoras y saben leer muy bien el lenguaje corporal. Cuando notan que una persona está afectada, conmocionada, angustiada e incluso feliz esto no pasa inadvertido para ellos. El interés no es mediático, es genuino y siempre buscan la forma de ayudar, si el caso lo requiere.

Las personas empáticas también se preocupan por no lastimar a otros con sus acciones y sus palabras, al menos de manera consciente. Obviamente hablamos de seres humanos, lo que implica que ante ciertas situaciones pueden sentir disgusto o encontrarse en desacuerdo, pero siempre buscan el camino del diálogo y la conciliación. No dejo de pensar, que si todas las personas en un mayor o menor grado tuvieran estas características, la vida en el matrimonio sería realmente una experiencia grata. La convivencia no tendría por qué ser un obstáculo para la realización de la pareja.

¿Por dónde empezar?

Decir que para ser empático basta con ponerse en el lugar del otro suena fácil y hasta cliché. Lo realmente difícil y novedoso es lograrlo. Para mí, solo hay un camino y es a través de la conexión emocional. A continuación las cosas que necesitas hacer para conectarte emocionalmente con tu esposo o con tu esposa y llegar a la comprensión de sus sentimientos en un nivel más profundo:

1. Aprende a Escuchar

Esto no se trata de guardar silencio resignadamente esperando el turno para defenderte o para expresar tu punto de vista, dar tu consejo o incluso juzgar los sentimientos y la situación. Se trata entonces, no solo de silenciar tu voz, sino también tus pensamientos. Detener de manera consciente tu dialogo interior para realmente entender al otro. Casi siempre, en medio de una discusión mientras permaneces en silencio estás buscando en tu mente las palabras y los hechos para poder responder, pero casi nunca estas atento a lo que tu esposo o esposa te dice, es por eso que nunca se llegan a acuerdo reales. Escuchar empáticamente significa disponerte a ello, comprender el sentir cuando tu esposa te dice “me siento sola, triste o decepcionada” o cuando tu esposo te dice “me siento molesto, asfixiado, agotado” no te apures en tu respuesta, tan solo escucha, deja que se desahogue, que diga todo lo que piensa. Se vale que le preguntes a tu pareja detalles con respecto a lo que te está diciendo, por ejemplo – ¿Hace cuánto tiempo te sientes así?, ¿qué cosas he hecho que te hacen sentir así?, ¿cómo podemos remediarlo? – Creo que hay una diferencia significativa que puede cambiar sustancialmente el resultado de la discusión cuando escuchamos al otro de verdad.

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2. Solidarízate

Una vez que hayas llegado al punto de comprender y entender los sentimientos de tu cónyuge, evitando juzgar o encontrar culpables, viene algo bien importante en este proceso y es el de solidarizarse con ese dolor, angustia y necesidad que siente el otro. ¿Recuerdas alguna situación en que te has solidarizado con alguien? Eso es lo que quiero que sientas, ese deseo de ayudar, de tratar de cambiar la situación, porque a ti también te duele. Cuando amamos, el dolor del ser amado es nuestro y no podemos ser indiferentes a ese dolor o a esa necesidad. No podemos pasar de largo como si nada estuviera sucediendo. Se tiene entonces un deber moral de actuar en virtud de ese amor. Ningún esfuerzo es en vano cuando lo hacemos para mejorar nuestra relación. Tu reacción puede ir desde iniciar un proceso personal de cambio o simplemente dar un abrazo y permanecer cerca de tu pareja. Ella lo apreciará y cuando sea su tuno de escucharte a tí, de seguro seguirá tu ejemplo.

Se puede aprender a ser empático y yo te invito a que lo seas, se trata de hacerlo una y otra vez hasta que te sientas cómodo y salga naturalmente. Te aseguro que este nuevo comportamiento redundará positivamente en tu matrimonio. Me gustaría que leyeras este otro artículo que te ayudara a encontrar formas prácticas de reconectarte emocionalmente con tu familia: Tu ausencia emocional me pesa como un bloque de hielo

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Diana Cantor Martinez

Hay un momento de la vida en que descubrimos que necesitamos un cambio para poder avanzar y crecer reconoce el momento y no pierdas la oportunidad.