Descubre en tu interior, el poder para superarte

Si eres consciente de tus errores y —lo más importante— has decidido cambiar, entonces debes leer este artículo.

Erika Otero Romero

Cuando una persona llega a la edad adulta, está en la capacidad de reconocer en sí mismo su forma de ser y comprender cuáles son sus cualidades y defectos, aunque muchas veces no logre aceptarlos. De hecho, a veces las personas pecan de orgullosas al no saber admitir que uno de sus defectos los ha llevado a situaciones complicadas o dolorosas. Lo más devastador de todo, es que muchas veces eso que las personas se niegan a cambiar, es lo que las aleja de sus seres amados, e incluso destruye sus vidas.

A pesar de todo lo anterior, muchas personas no se atreven o desconocen que si una persona quiere cambiar algo de sí misma —ya sea porque no le agrada o porque le hace sufrir— puede hacerlo. Sin duda puede lograrlo siempre y cuando haga todo el esfuerzo posible para llevar a cabo esta meta. Para que te des una idea de esto, te contaré una historia real, la de Verónica.

La historia de Verónica

Desde niña, Verónica tuvo una vida difícil. Ella fue adoptada por una pareja que le procuró las mejores atenciones y cuidados, pero que ya era muy mayor para lidiar con una niña poco dócil. Ella solía escaparse de la casa de sus padres y estar con niños (y, después con jóvenes) de su edad. Ella empezó a tener relaciones sentimentales a muy temprana edad. Como resultado de esto, fue madre a la edad de 15 años. Pero la llegada de su bebé no evitó que ella siguiera en sus andanzas. Su madre, estando ya muy enferma, trató de hacerla entrar en razón, sin que eso surtiera efecto en Verónica.

Tres años después del nacimiento de la hija de Verónica, su madre murió, dejando desamparadas a ella y a su niña. Con el tiempo, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), decidió quitarle la niña a Verónica y dejársela a los abuelos paternos. Ella entonces entró en una etapa de depresión y auto laceración.

Luego de años difíciles, Verónica conoció a su actual pareja, un joven que la ama y la ha ayudado a enfrentarse a sus propios demonios. Ella poco a poco ha cambiado, y actualmente reconoce los errores de su juventud. Ahora es madre de otra niña, conoce su valía como mujer y como madre, y lucha por recuperar a su hija mayor.

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El caso de Verónica es solo un ejemplo de tantos que muestran el poder interior que en cada persona para luchar por ser mejor y por conseguir aquello que se anhela.

4 principios básicos, que te ayudarán a ser mejor

Cambiar no es cosa sencilla, pero como Verónica tú puedes transformar en tu persona y en tus hábitos aquellas cosas que te hacen daño. Para empezar, considera los siguientes principios:

1. Cambiar es cuestión de reconocer

Mírate a ti misma, y determina las cosas en tu interior que no te dejan progresar y que te lastiman.

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2. Cambiar es hacerte consciente

Esto implica un compromiso. No se trata solo de ver tus errores, sino de no avergonzarte de ellos, sino cambiarlos por su versión positiva.

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3. Cambiar es cuestión de voluntad

A pesar de ser difícil dejar atrás un vicio, el mal carácter o una actitud que sabes te daña, sabes que tendrás como recompensa el hecho de haber vencido tus debilidades y eso te hará más fuerte.

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4. Cambiar implica esfuerzo y constancia

Algo muy práctico y que pocos saben, es que si llevas a cabo un acto por 16 ocasiones de manera periódica, se convierte en un hábito, es solo cuestión de usarlo de manera positiva y para tu beneficio.

Si bien cambiar no es fácil, tampoco es imposible. Solo hazte consciente de tus actos y de ti mismo, poniendo todo de tu parte para ser mejor cada día, poco a poco.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.