Desde mi propia historia ésto es lo que no debes tolerar en una relación

Para que te amen bien, antes debes amarte a ti misma.

Erika Patricia Otero

Una de las peores experiencias de mi vida la viví a manos de la persona que más amé; pero sinceramente, todo pasa por algo mejor.

Me enamoré de alguien de manera intempestiva y ese fue mi peor error. Yo jamás había conocido el amor, así que estaba deslumbrada y creí que era una persona buena; pero estaba muy equivocada.

Comenzamos una relación muy tormentosa, intermitente y llena de altibajos  que me ponían muy mal. Para empeorar las cosas tenía mis sospechas de que no era honesto para nada conmigo, lo que luego confirmé.

La relación duró 4 años y en ese tiempo él sólo se preocupó por su bienestar, manteniéndome distanciada para que no me diera cuenta de su juego y su naturaleza.

Algo me decía que no debía estar a su lado, pero era como un capricho; me había lastimado de muchas maneras posibles y eso me había debilitado moral y anímicamente. Pese a eso, el tiempo me mostró la realidad de las cosas y un día simplemente le dije que ya no deseaba tener una relación con él; para mi sorpresa, ese mismo día él iba a hacer lo mismo conmigo, así que las cosas no fueron tan difíciles como creí que serían.

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No puedo decir que no me dolió, sí, pero en el transcurso de todos esos innumerables problemas el amor que le tenía se había ido desgastando hasta que solo llegué a sentir por él una especie de costumbre y nada más.

Pero ahí no terminaron las cosas

El punto es que pasó el tiempo y seguíamos en contacto, trabajaba con él así que era inevitable no verlo a diario; pero me sentía libre.

Un día lo noté raro, comenzó a buscar tener cercanía conmigo lo que me dejó desconcertada porque me había dicho hasta el hartazgo que no quería nada conmigo, así que se me hacía muy raro.

Yo puse distancia aunque seguía insistiendo; pero ese día todo me explotó en la cara. Confirmé el engaño, y además ratifiqué que era un cínico, mentiroso y vil.

Me molestó mucho que quisiera seguir jugando conmigo y que pretendiera seguir usándome como si yo no tuviera voluntad; y solo eso fue suficiente para enfurecerse como siempre es costumbre en la mayoría de las personas que se ven descubiertas en un engaño.

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Me insultó y dijo que él ese día me iba a pedir que regresáramos, ante lo cual me le burlé en su cara y le dije: “Y ¿quien le dijo que quería regresar con usted?”. Su furia aumentó y me echó del lugar, era un negocio de su familia, así que se creía dueño y señor capaz de hacer lo que quisiera.

Yo me fui del lugar con un sentimiento de triunfo que hacía mucho no sentía; y aunque él y su “señora esposa” (si, porque se casó con ella pocos días después del enfrentamiento que tuvo conmigo) mi hicieron la vida complicada por un tiempo, la verdad es que toda esa experiencia me ayudó a descubrir mi VERDADERO VALOR COMO MUJER.

¿Qué tipo de cosas jamás debes permitir en una relación?

Te lo voy a decir desde mi propia experiencia:

JAMÁS debes permitir que te USEN. Permitir que te tomen y te dejen como si fueras un plato que puede ser tomado y desechado, desgasta de todas las maneras posibles tu fortaleza. Pon un límite y aunque ames mucho, antes debes amarte más a ti misma.

NO permitas que se BURLEN de ti. Las mujeres tenemos la habilidad de “sentir” cuando algo no va bien en una relación; usa eso a tu favor y cree en tus sospechas, no dejes que tu sentir se vea opacado por las mentiras de alguien que solo busca su beneficio.

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NO CREAS que no vales la pena. Muchas relaciones desgastan tanto tu amor propio que terminas sintiéndote como basura cuando eres muy valiosa. Otro truco es que a veces te manipulan de tal manera que terminas creyendo que eres culpable de todo lo malo que te pasó.

Si sospechas, no dudes de tu instinto. A veces preferimos creer una mentira que llorar y enfrentar la verdad. Pueda que quieras evitar el dolor de la realidad, pero eso solo prolongará tu sufrimiento; por eso NO PERMITAS QUE TE HAGAN DUDAR DE TU “SEXTO SENTIDO”, siempre te dirá las cosas como son.

No se nace siendo una mujer fuerte y valiente, se aprende en el camino y jamás es tarde para lograrlo; pero cuando ya lo has  conseguido recuerda que todo lo que hagas será igualmente correspondido.

Para que te amen, respeten y valoren, antes debes haber aprendido a hacer lo mismo por ti misma; esto porque solo así sabrás distinguir quién te conviene y quien no.

Sé feliz.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.