Dramatizar tus problemas solo los empeora

Pensar en los problemas constantemente puede ser grave para tu salud física y mental. Aprende cómo convertirlos en situaciones positivas.

Adriana Acosta Bujan

Todos hemos experimentado alguna situación difícil y triste; de esas que te dejan tumbado en la cama llorando por horas y que te hacen creer que el universo no existe.

Incluso en esos momentos podemos ver nuestros problemas tan grandes y complicados que se nos hace imposible encontrar soluciones. Sentimos que nadie nos comprende. Tal vez nos culpamos constantemente hasta creer merecer lo que nos está pasando.

Como se dice por ahí, “Nadie experimenta en cabeza ajena”, lo que significa que las batallas que enfrentamos son lecciones que tenemos que aprender. Y es por ello que los problemas que vivimos los visualizamos tan grandes y totalmente destructores.

Sin embargo, hay personas que al enterarse de nuestros problemas pueden decirnos que no es para tanto, que esa situación complicada tiene solución, que debemos pensar positivo, de lo contrario los problemas se convertirán en invencibles.

Si bien es cierto que dramatizar nuestros problemas los harán aún más grandes, debido a que todos tenemos distintas maneras de interpretar las situaciones que experimentamos, la realidad es que no es tan sencillo convertir un problema en un dulce pensamiento. Todo lleva un proceso.

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El lado oscuro de los problemas

Pensar demasiado en los problemas puede causar graves consecuencias en nuestro estado físico y emocional; ya que el organismo produce cortisol, la hormona del estrés, con el tiempo esa liberación constante de la hormona provoca agotamiento y desgaste.

Aunado a eso también tu capacidad para encontrar soluciones se verá atrofiada. Un estudio británico afirmó que pensar demasiado en los problemas puede causar que te quedes sin ideas ni nuevas soluciones; creando obstáculos mentales que impidan fluir la creatividad.

Ahora bien, dramatizar los problemas y verlos como gigantes no te servirá de nada; solo perjudicará tu salud. Es por ello que deseo compartirte algunas estrategias que te ayudarán a transformar tus sentimientos y emociones negativas en aprendizajes valiosos.

1. Entender el problema

Desmenuzar las consecuencias de los problemas es una manera de comprender qué es lo que hiciste mal, para que así logres conocer las lecciones que tienes que aprender.

No se trata de buscar culpables o verse como una víctima ante las situaciones, al contrario, sino en pensar poco a poco qué fue lo que pasó con detalles.

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2. Lecciones de vida

Algunas veces detallar las concrescencias de los problemas que experimentamos nos revelan las lecciones de vida que debemos aprender. Puede ser que te des cuenta de inmediato o que tardes un poco en descubrir cuál es la razón de tu dolor y sufrimiento.

Sin embargo, será momento de reflexión y autoconciencia el pensar con precisión e insistencia qué es lo que tienes que aprender, qué hay detrás de ese problema, qué escenarios diferentes hubieras obtenido al actuar o decidir de otra manera.

3. Ocúpate en el problema

Nadie puede juzgarte por sentirte destrozada y sin motivación alguna cuando estás experimentando una situación complicada. Es tu batalla y lección de vida.

Es por ello que deberás dejar de escuchar por un momento las opiniones de los demás para enfocarte en solucionar tu situación.

Dejar de victimizarte y de dramatizar los problemas. Como decía mi padre, “Ya tienes el problema, ahora ve cómo lo vas a resolver”. Es importante que te concentres y relajes para que lleguen nuevas ideas.

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4. Un paso a la vez

Los pequeños cambios de actitud que realices poco a poco se volverán hábitos en tu estilo de vida. Me refiero a cambiar tus pensamientos negativos en positivos. Es un trabajo constante que requiere de esfuerzo y dedicación.

Cuando te sientas derrotada, intenta cambiar tu sentir haciendo otra cosa. Es como cambiar de acciones para tratar de despejar la mente pensando en algo distinto y no en el problema.

Muchas veces esto funciona cuando el problema que experimentas no existe una solución que dependa resolverlo por ti misma.

5. Ejercitándose

Hacer ejercicio es una estrategia recomendada por los expertos; cuando activamos nuestro cuerpo haciendo algún deporte el cerebro libera una hormona que se encarga de la felicidad llamada serotonina.

Esta hormona resulta fundamental en la regulación del estado de ánimo y las emociones, ya que es capaz de generar reacciones químicas necesarias para aumentar los niveles de bienestar, relajación y positivismo.

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Recuerda que el ejercicio tiene beneficios antidepresivos; al aumentar los niveles de serotonina estarás liberándote del estrés y de los problemas.

6. Buscar apoyo

Después de que analizaste las causas y consecuencias del problema, que entendiste las lecciones que debes aprender y que encontraste algunas soluciones, será momento de compartir tus ideas y encontrar el apoyo de los demás.

Sentir que somos escuchados, comprendidos y que no estamos solos enfrentando las situaciones complicadas de la vida, nos hará sentir especiales y empoderados, valientes y motivados. Es como encontrar un equipo de héroes que te ayudarán, aconsejarán y guiarán para ganar la batalla.

Piénsalo de esta manera, la unión hace la fuerza, y cuando luchas tus propias batallas rodeada de amor de los demás es mucho más placentero. Incluso ten en cuenta que no eres la única en el mundo que ha pasado por tal situación y que existen otras personas que han logrado vencer ese problema.

Dramatizar los problemas te causará graves afecciones en tu salud, en tus relaciones con los demás y en tu propio estilo de vida. Libérate poco a poco de esa carga, de esos sentimientos y emociones negativas; enfócate en soluciones y no en el pasado.

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Recuerda que todavía hay un gran camino que deberás recorrer y miles de problemas que deberás vencer. ¡Eres una luchadora, capaz, inteligente e indestructible!

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.