Ecologista, coleccionista o acumulador compulsivo, ¿qué eres tú?

Dicen que el primer paso en la recuperación de un problema es aceptarlo, por lo tanto hay que saber de qué se trata la situación para poder darle batalla y vencerlo. El desorden nos hace proclives a acumular.

Emma E. Sánchez

Bajo los pretextos de: “Esto me va a servir algún día”, “Lo puedo reciclar”, “Alguien lo va a necesitar”, “Todavía sirve”, “Lo puedo vender”, “Es muy valioso” y mil más, hay quienes acumulan un sinfín de objetos en sus hogares sin darse cuenta de que lo que están viviendo es un trastorno mental originado muchas veces por problemas emocionales.

Veamos los tipos de acumuladores y sus características:

El ecologista

Bajo la idea de cuidar el medio ambiente, reciclar y aprovechar los recursos, algunas personas se dan a la tarea de guardar botes, periódicos viejos, aluminio o plásticos, pero nunca los venden y mucho menos los reciclan.

El paso de los meses y la acumulación de estos materiales trae consigo malos olores, una gran cantidad de insectos y roedores, pero ni con la aparición de la fauna nociva el acumulador es capaz de desprenderse de su “fortuna”.

Inclusive, hay vecinos que llegan a quejarse ante las autoridades de salud o medio ambiente pero al fin es una solución momentánea y pasajera, pues en cuanto alguien se descuide el acumulador retomará sus hábitos y su montaña de “tesoros” crecerá de manera insostenible.

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El coleccionista de arte

Esta es la persona cuya acumulación comienza con la justificación de que se trata de “piezas de arte”, de “objetos bellos” que, posteriormente, podrá vender o regalar a alguien especial. Pueden inclusive comprar cuanta figurilla o pintura se encuentren en internet, un tianguis, una galería o un remate de alguna bodega como objetos de segunda mano. Todo lo que a la persona le parezca atractivo se lo llevará y lo guardará.

Otros comienzan a juntar cosas que les agradan, ya sea porcelana, juguetes, muñecas, gatos, cualquier cosa bajo la explicación de que solamente se trata de una “colección personal”, pero la acumulación únicamente confirma que, de igual manera, se trata de un trastorno y no de un simple gusto personal.

El comprador compulsivo

Este tipo de coleccionista es uno de los más peligrosos para una familia y su equilibrio y armonía, pues no hay producto u oferta que resistan, todo lo compran. Emplean todo su crédito, gastan todo su efectivo, ahorros e inversiones, todo y esperan con ansia cualquier dinero extra que les llegue para continuar con esa escalada sin fin de adquisiciones, de lo contrario recurren a otras estratagemas como pedir prestado o robar.

Aquí no ya no sólo es la compulsión, sino el problema económico que se generan para sí mismos y para quienes les rodean.

El ahorrador precavido

De nueva cuenta, se trata de una justificación donde nada acaba en la basura porque puede funcionar o servir más tarde, porque se puede vender o porque simplemente es bueno tener 20 o 30 piezas de lo mismo.

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Pero ¿quiénes son estas personas que acumulan?

Regularmente se trata de:

  • Adultos entre los 50 y 70 años.

  • Hombres o mujeres que viven solos o que pasan mucho tiempo en solitario.

  • Personas que han experimentado una pérdida significativa como la muerte de alguien muy cercano o un divorcio.

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La acumulación se puede prevenir si nos mantenemos cerca de nuestros familiares y amigos, teniendo actividades y razones para vivir y estamos al pendiente de sus necesidades. Por último, hay que considerar que cuando no mantenemos nuestros hogares limpios y ordenados o nos acostumbramos al desorden, desarrollamos la tendencia a acumular en el futuro.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.