Efectos de la pornografía en nuestros hijos

Muchas veces ignoramos la oscuridad y suciedad del mundo de la pornografía, que hoy está al alcance de nuestros hijos en nuestra propia casa. ¿Cómo evitar las horribles consecuencias de este vicio en nuestra familia?

Wendy Rojas

En días recientes leí un artículo en internet que abordaba los efectos en el desarrollo psicológico de los niños expuestos a la pornografía a temprana edad (a partir de los diez años) y que, por consecuencia, habían caído en las peligrosas garras de este vicio. Me alarmé tanto al leerlo que consideré hablar con mis hijos esa misma tarde al respecto, para hacerles ver el porqué de las reglas de cero tolerancia que tenemos en casa para la pornografía.

Compartí el artículo en mi perfil de la red social que utilizo y recibí muchos comentarios que apoyan no solo lo que presenta el artículo, sino lo que otros profesionales han compartido desde el punto de vista legal. Hay tantas cosas que han cambiado con rapidez de nuestra generación a la actual, que no hay más opción que estar alertas en todo momento y advertir a nuestros hijos sobre lo que puede pasar si cedemos ante la “curiosidad” de ver lo que este oscuro mundo ofrece libremente por medio de internet.

Hasta hace no muchos años la persona que quería ver pornografía debía suscribirse a la publicación de su preferencia o arriesgarse a ser visto en la calle comprando ese material, en un quiosco callejero (puesto de revistas) de mala reputación. Hoy, en cambio, millones de personas tienen acceso a internet con todas sus cosas buenas y, lamentablemente, con un sinfín de cosas malas (la pornografía, por ejemplo). En la plática que sostuve con mis hijos les pregunté si ellos sabían qué quiere decir esa palabra. Los tres me dijeron que eran fotografías de personas que posaban sin ropa. Por desgracia, eso es solo la punta del témpano que no delata al monstruo que vive debajo de la superficie. Comparto contigo lo que hablé con mis hijos esa tarde:

La curiosidad mató al gato

. Muchas veces creemos que “una sola vez” no hará daño. Cualquier adicto comenzó como todos: con una primera vez. Para caer en una trampa solo es necesario dar un paso en falso y enseguida nos vemos atrapados en una red de donde no podemos escapar sin ayuda y mucho esfuerzo. Lo mejor es nunca empezar, ni buscar por cuenta propia el satisfacer una curiosidad que puede llegar a controlar nuestra vida como una adicción debilitante.

Di no a la pornografía

Debemos huir de ella como si fuera la peste negra de la Edad Media, porque es aún peor. La peste negra mataba el cuerpo, pero la pornografía mata la esencia misma de la persona, aunque el cuerpo siga con vida. El desequilibrio que se crea en el cerebro de un adicto a la pornografía es tal que llega a interferir con la vida normal del individuo. Creo que todos estamos conscientes de que las drogas pueden echar a perder a una persona y afectar negativamente familias enteras… sin embargo, creo que muchos todavía ignoramos que una adicción a la pornografía puede terminar por destruir por completo un hogar y, en muchos casos, generar violencia e incluso muerte.

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Avísame si viste algo que no debías o querías ver

. A veces, sin nosotros buscarlo, aparecen en nuestra pantalla imágenes pornográficas. Es posible que a nuestros hijos les suceda esto. Les dije a mis hijos que en caso de que les pase a ellos, deben decirme sin falta. No se meterán en problemas por algo que ellos no buscaron, pero hicimos la promesa de que vendrán de inmediato a avisarme si sucede.

Nunca, pero nunca, te tomes fotos mostrando tu cuerpo

. Es ilegal distribuir pornografía infantil. En esta categoría entran las fotos propias que a veces los jóvenes inocente y tontamente se toman a sí mismos, enseñando su cuerpo y que luego envían por medio de sus teléfonos o correo electrónico o redes sociales. He sabido de casos de chicas adolescentes de 13 años que han ido a parar a la cárcel juvenil por “distribuir pornografía infantil”, que, en todo caso, se trataba de una fotografía de ellas mismas sin ropa. En muchos de estos casos los amigos o novios les pedían la fotografía, y ellas accedían. La foto no se quedaba en el teléfono celular del novio, sino que éste, por maldad o por “presumir”, la enviaba a sus amigos y éstos, a su vez, a otros tantos más. Se han suscitado casos en los que las jóvenes, agobiadas por su nueva mala fama, optaron por el suicidio. Una experta que habló en la escuela de mis hijos, nos dijo: “Si alguna vez recibes en tu teléfono una imagen pornográfica de un menor de edad, no la borres, no la reenvíes, no la distribuyas. En ese mismo momento llama a la policía e infórmales lo que pasó. Si tú la envías a tan solo una persona, serás culpable igual que la persona que te la envió a ti”.

Ahora, unos consejos sobre lo que puedes hacer para proteger tu hogar:

Coloca filtros de seguridad en tus máquinas

. Hoy contamos con muchas opciones para protegernos a nosotros mismos, y en especial a nuestros hijos. Hay filtros disponibles en internet, algunos gratuitos. Haz una búsqueda en línea y verás las diferentes posibilidades para instalar filtros en tus computadoras y otros equipos electrónicos, para bloquear el acceso a sitios que ofrecen pornografía.

Educa a tus hijos

. Muchos padres de familia temen educar a sus hijos en temas de sexualidad. Sin embargo, es vital que, como padres, nos informemos y podamos enseñar a nuestros hijos según su edad y madurez las cosas que necesitan saber acerca de sí mismos, del sexo opuesto y de las relaciones interpersonales. Es importante enseñar principios morales que sean la brújula que guíe sus pasos. Es preferible que nosotros les enseñemos con vocabulario adecuado y mucho respeto, y no que aprendan sobre sexualidad en la calle o en internet, recurriendo contenido fuera de tu control. Las mentes jóvenes se impresionan con facilidad. Si les has enseñado correctamente, llevarás la ventaja en este tema, y en todos los demás. Te deseo mucho éxito protegiendo a tus pequeños y jóvenes.

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Wendy Rojas

Wendy Rojas nació en Guatemala y es madre de tres hijos.