El arte de tomar las MEJORES decisiones

Las decisiones pueden ser principios o finales, es por ello que cuando vamos a dar ese paso, es imprescindible contar con perspectiva de hacia dónde nos dirigimos, porque las decisiones siempre trazan un camino.

Yordy Giraldo

Pocas cosas suelen ser tan complicadas como dar el primer paso. Basta ver a los bebés que empiezan a caminar para saber de lo que estoy hablando. Cuando inician la aventura de caminar, por lo general no pueden mantenerse en pie, necesitan de qué sujetarse y cada tanto terminan en el suelo. Así pasa también con nosotros cuando de decidirnos se trata: nos tambaleamos, buscamos apoyo y con demasiada frecuencia acabamos cayendo.

Cayendo en el error de creer que cuando de decisiones hablamos, se trata de tomar solo las correctas. La realidad es que tomar decisiones es un arte, y como todas las artes se rige más y mejor por las emociones. Puede que no nos demos cuenta, pero cuando elegimos algo es porque existe un vínculo entre eso y nosotros. Y por lo general ese vínculo no es otra cosa más que un propósito que nos hace sentir que vale la pena inclinar la balanza a uno u otro lado.

Cómo debe ser una decisión

No te estoy hablando de cómo superar el miedo a decidirte, tampoco de cómo tomar las decisiones correctas, porque eso realmente no lo sabremos hasta que lo que hayamos decidido entre en acción.

Lo que quiero que sepas es cómo debe sentirse tomar una decisión. Es algo así como tomar una moneda, lanzarla al aire y antes que toque el piso pensar en la cara que deseas caiga. Esa que pensaste es la decisión que debes tomar, porque es lo que de hecho deseas. Pero, ¿cómo debe ser una decisión?

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1. Adecuada

“Adecuada” no quiere decir necesariamente correcta, pero sí pertinente, que se ajuste a lo que estás buscando. La efectividad va a depender de lo preparado que estés, de lo mucho que te esfuerces, de que tengas planes de respaldo y, ¿por qué no?, también de algo de suerte.

2. Eficaz

Aquí tampoco estoy hablando de lo correcto, sino más bien que la eficacia significa que cumple con su cometido. Te da lo que deseas, aunque no necesariamente todo lo que quieres. Algo de lo que debes estar muy conciente cuando decidas algo.

3. Estar de acuerdo

Una decisión con la que no comulgas es un sinsentido, porque aún cuando los resultados puedan ser maravillosos, no es tu decisión. Para que algo sea nuestro debe ser parte de nosotros, y eso pasa obligatoriamente porque lo aceptemos.

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4. Dar resultados

Correctos o incorrectos, eso ya es harina de otro costal. Pero definitivamente debe existir una consecuencia, de lo contrario, no podemos hablar de que se ha realizado algún tipo de acción. Por lo general, cuando nos aprestamos a tomar decisiones es para determinar algo, zanjar un tema; si no obtienes eso, es que no decidiste nada en realidad.

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5. Ser el protagonista de tus decisiones

No puedes jamás tomar una decisión y pretender que eso sea todo. Lo que sea que elijas, debes saber que tienes que involucrarte, que debes hacerte responsable y que debes asumirlo. Esa es la parte más importante de decidir.

Las decisiones son o bien principios, o bien finales. Es por ello que cuando vayamos a dar ese paso, es imprescindible contar con perspectiva de hacia dónde nos dirigiremos, porque -no tengas duda- las decisiones siempre trazan un camino. La cuestión es y será, si estás dispuesto a andarlo.

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Yordy Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.