El paso de extraño a amigo

En la vida hay momentos en los cuales podemos ser la persona nueva en el vecindario o incluso ser los que reciben a alguien nuevo. Estas ideas pueden ayudarte a ti y tu familia a desarrollar amistad sincera a las nuevas personas donde vivas.

Anders Peterson

Debido al gran fenómeno de la globalización, vivimos en un mundo donde es muy común que muchas familias deban mudarse a diferentes países, Estados y continentes por razones de oportunidades de trabajo, servicio militar y diferentes motivos. Cuando tenemos hijos que deben empezar su jornada escolar en un lugar desconocido para ellos, ¿cómo podemos ayudarles a no sentirse como extranjeros, extraños ni como personas nuevas en un ambiente que no conocen? Al mismo tiempo, si nuestros hijos son los que están residiendo en un lugar de por vida y les toca recibir nuevos compañeros, ¿cómo podemos ayudarles a extender una mano de ayuda y ser verdaderos amigos para los que vienen de otro lugar? Los siguientes son algunos consejos que nos pueden ayudar para enseñar a nuestros hijos a cómo pasar de ser extraños, a genuinos amigos para otros niños desconocidos que pueden ser nuevos vecinos y nuevos co-estudiantes en la comunidad donde viven:

La aceptación de diferencias

es muy común que cuando alguien nuevo llega al vecindario o la escuela, traiga consigo su propia cultura familiar, su propio idioma (si proviene de un país diferente), sus costumbres y todo esto le define como persona. Cuando enseñamos a nuestros hijos que, sea cual sea la diferencia, ellos pueden ofrecer la amistad mediante una sonrisa, pueden tratar de entender qué es lo que hace a la persona diferente y llegar a conocerla. Al tener la iniciativa de darle la bienvenida a la clase, la escuela o el vecindario, ello puede aliviar la timidez de la otra persona y hacerle sentir que tiene a su alrededor gente dispuesta a ayudarle.

La invitación para participar en actividades y eventos

en algunos países, escuelas y vecindarios hay distintas organizaciones de las que las familias pueden participar e invitar amistades. Podemos beneficiar mucho a nuestros hijos al enseñarles que estén atentos a oportunidades en las cuales pueden invitar a sus nuevos amigos en la escuela y vecinos en la comunidad, para que asistan a dichos eventos, a fin de conocer a otros niños y personas.

Las culturas diferentes enriquecen los lazos de amistad

un beneficio adicional que podemos hacer ver a nuestros hijos es la riqueza cultural que otras personas aportan no sólo a la comunidad sino también a otros individuos cuando se crean amistades. En mi caso personal, cuando he hecho amigos de otros países, tales como Francia y Brasil, incluso he podido aprender el idioma y entender más sobre las tradiciones y culturas de estas personas. Este tipo de experiencias pueden ayudar a nuestros hijos a sentirse dispuestos a ser amigables con los demás.

Por sobre todo, estos tres principios descansan sobre la “regla de oro”, porque de la misma manera en que tratamos a los demás seremos tratados en algún momento de nuestra vida. Esto me ha ayudado mucho no sólo a mí sino también a mi familia. El economista Gérald Caussé, quien ha servido en la fuerza aérea de su país natal, Francia, dijo alguna vez: “No debería haber extranjeros ni advenedizos. Sólo debería haber hermanos y hermanas a los ojos de Dios”. Nunca sabemos cuándo seremos nosotros los extranjeros en algún lugar o cuándo les tocará a nuestros hijos estar en un lugar ajeno al que nacieron o vivieron. Si ellos aprenden desde pequeños a ser amigables y a dar el primer paso para evitar ser extraños, podrán recoger amistades perdurables que les bendecirán a través de los años.

Advertisement
Toma un momento para compartir ...

Anders Peterson

Anders Peterson is a Spanish language instructor at the University of Arizona and also works as a translator and interpreter . He lives in Tucson with his wife and children.