El pensamiento divergente: cuando no pensamos como los demás

“Todo el mundo es un genio, pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar a un árbol, entonces vivirá toda su vida creyendo que es un estúpido". Albert Einstein.

Erika Patricia Otero

Antiguamente, cuando pensar distinto era un delito, pagabas con tu vida el precio de ser innovador. La situación ha ido cambiando, pero no tan rápidamente como debería. Aún ahora, en pleno siglo 21, muchas grandes mentes han sido calladas por tratar de dar al mundo inventos que beneficiarían a millones. Tristemente aún hoy es prácticamente un crimen que seas abierto de mente y veas “más allá de lo evidente”.

Siempre habrá alguien que intente direccionar tu manera de pensar; esto para que se ajuste a lo que la mayoría haría. Pese a esto, no debes resistirse a ser diferente; lo mejor que puedes hacer es pensar distinto. Gracias a esto es que el mundo tiene grandes inventos que han mejorado la vida cotidiana. Es por esta razón, que si algo deben hacer los padres hoy es incentivar en sus hijos la creatividad.

¿Qué es el pensamiento divergente?

Para ponerlo en palabras sencillas, es la capacidad que le permite a una persona para ver soluciones a los problemas, incluso antes que este sea evidente ante otras personas. Además, ofrece soluciones poco ortodoxas, que se anteponen a las que muchas otras personas hubieran dado a la situación.

Las personas con pensamiento divergente son flexibles, originales y sus pensamientos fluyen a la producción de ideas nuevas.

Una persona con un pensamiento convergente, en cambio ofrece soluciones prácticas que ya tienen una prueba de ser efectivas. Es como si se actuara en automático ante los problemas.

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Ahora bien, lo interesante del pensamiento divergente, es que hace su aparición cuando se presentan situaciones que representan un reto porque nunca antes se habían presentado.

Ten en cuenta que pensar de una u otra forma no es malo y ambas opciones son completamente válidas. Por lo que se aboga es para que -como padre- incentives en tus hijos la capacidad para hallar soluciones creativas a los problemas de toda la vida.

Así se distingue el pensamiento divergente

1 El pensamiento divergente suele ser espontáneo y libre.

2 Se distinguirá porque se manifiesta a través de las maneras más curiosas que evidencian creatividad.

3 La generación de las ideas surge gracias a que se establecen muchas posibles soluciones.

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4 ¿Has experimentado que de repente se te ocurre y es la solución perfecta para eso que te venía preocupando? Bueno, así surgen los pensamientos divergentes. Ideas aleatorias que llegan a ti como destellos de luz.

5 Surgen conexiones entre las multiples soluciones posibles que se te ocurren.

6 La creatividad nada tiene que ver con un alto CI. Una persona podría tener un CI alto y no ser creativo; mientras alguien podría tener una inteligencia promedio y ser extremadamente creativa.

7 Algunos rasgos de la personalidad ayudan a favorecer el pensamiento divergente. Por ejemplo, no ser conformista, ser curioso, tomar riesgos, ser valiente, perseverante y resiliente.

8 Se manifiesta mejor cuando la persona se encuentra en calma y satisfecha. Es como si, mientras el cerebro está en su mínima acción, surgieran las ideas más brillantes.

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Un ejemplo sencillo de pensamiento divergente es usar botellas de plástico que rellenándolas de otros materiales podría servir para construir las paredes para una vivienda. El uso habitual es para que contenga líquidos o ser desechada. La misma botella puede incluso ser hecha tiras de plástico para hacer escobas.

¿Cómo incentivar el pensamiento divergente en los niños?

Mientras que los adultos podemos esforzarnos por mejorar nuestro pensamiento divergente, en los niños podemos incentivarlo y potenciarlo.

Tengamos en cuenta que todos somos creativos hasta los 5 o 6 años; de ahí en adelante esta hermosa capacidad va en detrimento. Esto sucede porque de a poco maestros y padres “conducen y corrigen” nuestra manera de pensar para que se ajuste a la norma. Eso se puede cambiar con un poco de aceptación a la diferencia.

Ahora bien, algunas de las maneras como se incentiva el pensamiento divergente en los niños son:

1 Aprendizaje de inmersión:

Básicamente es permitirle al niño que explore su mundo, que sienta curiosidad por las cosas que le rodean. Es dejar que experimente un sinnúmero de emociones y experiencias que nutren su mente.

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Permítele a tu hijo que esas exploraciones se den tanto en grupo como en solitario; esto le ayudará a volverse independiente en cuanto a la manera de pensar.

2 Exploración de posibles soluciones a los problemas:

Deja que piensen por sí mismos las soluciones a sus problemas infantiles. Si, por ejemplo, no alcanza un objeto que se encuentra más allá de sus posibilidades, motívalo a que busque soluciones variadas a ese problema.

Ahora, no importa si sale bien o mal, el punto importante es que lo haga. No lo critiques o le digas cómo hacer las cosas, solo aliéntalo para que siga adelante a pesar de haber fallado.

3 Validarlos emocionalmente:

Unido al punto anterior, validar las acciones del niño le ayudarán a tener confianza en sus capacidades.

Hacerle sentir a tu hijo que es amado, que conoces sus esfuerzos y lo apoyas y respetas es esencial para que el niño crezca con un sano amor propio. Esto le significará que se sentirá capaz de enfrentarse a los desafíos y retos que le pondrá la vida.

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Aunque el pensamiento divergente ofrece novedad y nuevas soluciones, el pensamiento convergente también es muy útil en la vida cotidiana. No por incentivar uno se debe desalentar el otro. Es cuestión de saber cuándo usar el primero o el segundo y lograr un justo equilibrio entre ambos.

Se trata de armonizar ambas dimensiones. A veces, hay problemas que sí necesitan de una solución única y los niños también deben entender ese tipo de situaciones.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.