El rol de los padres en las decisiones de sus hijos adolescentes

Muchas veces, hacerles caso a los susurros del corazón, es la respuesta a nuestras preguntas más angustiantes.

Erika Patricia Otero

Una de las etapas más complicadas para los seres humanos es la adolescencia. No es la única, pero se distingue de las otras porque es la transición de la niñez a la adultez.

Los cambios que se producen en nosotros están dados en todos los sentidos. Tanto así, que al no sentirnos niños ni tampoco adultos jóvenes, surge en nosotros un sentimiento de rebeldía. Estamos perdidos y en búsqueda de nuestra propia identidad y destino; uno muy incierto, por supuesto.

Imagina empezar a cuestionarnos sobre la profesión a la que queremos dedicarnos y no tener ni idea de lo que queremos. Peor aún es aguantar la presión que viene de parte de familia y profesores por hallar el rumbo adecuado; ese que nos “salvará” de estar en el camino incorrecto.

Saber que no somos los únicos pasando por esta prueba de vida, tampoco es mucho consuelo. La razón es que hay adolescentes que tienen claro lo que desean hacer con sus vidas. Que ellos sepan qué van a estudiar, aumenta la presión para quienes no tienen idea de esto.

Pese a lo desesperante que pueda ser la situación, hay herramientas que pueden servir de brújula a los jovencitos que hoy en día están pasando por esta etapa de sus vidas.

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Una película con una gran lección de vida

Hace poco vi una película que terminó siendo parte de la lista de mis filmes favoritos: “Susurros del corazón”. Esta es una película animada japonesa de 1995. Cuenta la historia de una niña de 14 años llamada Shizuku Tsukishima.

Ella va a la secundaría y está a pocos meses de ingresar a la escuela preparatoria. Todos podemos sentirnos identificados con Shiziku, ya que siente la presión de su familia para que sus calificaciones sean buenas; sin embargo, ella prefiere pasar largas horas leyendo.

Para todos, entrar a esos últimos años escolares resulta decisivo. El punto interesante es que mientras algunos adolescentes ya saben a lo que se quieren dedicar, otros no tienen idea. Ese era el caso de Shizuku, ella era muy talentosa escribiendo, pero solo lo veía como un pasatiempo. Eso, aunado a su sed de leer, hacía de ella una chica muy interesante. Un dato curioso es que ella comenzó a notar un nombre repetitivo en cada libro que agarraba para leer: Seiji Amasawa.

A la par de ese suceso que parece aleatorio; Shizuku comienza a encontrarse por “coincidencia” con un joven que empieza a desagradarle. Él le molesta porque le resulta un tanto fanfarrón y molesto.

Descubrimientos adolescentes y el papel importante de los padres

Un día, cuando le lleva la comida a su padre, Shizuku se desvía porque empieza a seguir a un gato. Siguiéndolo, ella llega a una tienda de artesanías preciosa. En el lugar encuentra al propietario, un anciano muy interesante que le cuenta una historia; el anciano resulta ser el abuelo del chico molesto.

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Con los días, Shizuku descubre que aquel chico es Seiji Amasawa; el mismo que ha leído todos los libros que ella toma de la biblioteca para leer. Descubrirlo es un impacto mayor ya que él le confiesa estar interesado en ella. Shizuku descubre que Seiji sabe lo que quiere hacer con su vida: él quiere ser un luthier (artesano de violines).

Cuando Shizuku descubre en realidad lo que se esconde tras Seiji, empieza a admirarlo. Siente un gran respeto por él porque a diferencia de ella, él sabe lo que hará con su vida. Por esto que ella se pone un reto: escribir una historia en pocas semanas. De esa manera Shizuku quiere saber si tiene talento para escribir. Esto trae preocupación en sus padres, que la ven descuidar sus estudios; sin embargo, luego de una charla, ellos le permiten ese tiempo de descubrimiento.

Esto lo hace mientras Seiji se va a Italia a entrenarse como luthier. Son sus padres los que le ponen esta condición para permitirle ser artesano de violines. La intención es que él sepa si de verdad esa es su vocación o es solo un capricho de adolescente.

Al final, ambos se reencuentran ya con las ideas más claras sobre lo que será de sus vidas.

Enseñanzas para la vida real

Creo que si de adolescente yo hubiera tenido la oportunidad de ver está película, no me hubiera angustiado tanto.

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Fui presionada por uno de mis padres a estudiar una carrera según sus expectativas. Para ser franca, aunque la estudié con disciplina, no me fue bien en mi vida laboral. Aún resiento los resultados de haber elegido mal mi carrera y no haber seguido mis instintos.

Para un adolescente es esperanzador tener el apoyo y la orientación de sus padres y amigos más sabios. Sin embargo, lo más importante que debería tener un adolescente, es respeto y tiempo para saber hacer una buena elección de profesión.

Muchos jóvenes se ven presionados por sus familias para estudiar una carrera según los gustos y sueños de sus padres. Es eso, o tienden a ser presionados para seguir una tradición familiar. Pocas veces un adolescente es apoyado por sus padres o familiares para que siga una carrera según sus propias metas.

Es acá donde los padres no solo deben saber ser buenos guías, sino también una fuente de apoyo. Está bien que les parezca que la profesión a la que sus hijos aspiran les parezca poco ortodoxa; también pueden oponerse, pero antes que nada su deber es orientarlos y no forzarlos.

Es cuestión de saber escuchar a los hijos y confiar en sus sueños. Darles una oportunidad para que elijan el camino a seguir, es igual a hacerlos responsables de su propia vida. De todas maneras, serán ellos los que la deberán afrontar en el futuro.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.