El “síndrome del niño bueno” y lo que se esconde detrás de esto

Ser bueno con los demás es correcto, pero se es más íntegro cuando eres bueno contigo mismo y te haces respetar.

Erika Patricia Otero

“El mundo necesita más personas amables“, esta es una frase que sueles escuchar de todos los entusiastas de la bondad a pesar de todo.

No hay nada de malo en buscar ser un ser humano bondadoso y dado a servir. Es cierto, el planeta entero necesita cada vez más personas buenas; sin embargo, la bondad no debe ser ciega y no tener límites. Sí, incluso para ser bueno debe haber límites sanos.

¿Qué es el límite del síndrome del niño bueno?

Empecemos por definir lo que es la bondad. La bondad es una virtud humana que lleva a la persona a hacer el bien y servir con agrado a los demás.

Ahora bien, el síndrome del niño bueno consiste en una serie de actitudes y comportamientos que hacen a una persona buena al extremo al punto de permitir que le hagan daño.

Toda relación humana se caracteriza por establecer vínculos simétricos entre las partes; dicho de otra manera: dar y recibir en proporciones iguales. Una persona que sufre este síndrome no tiene la capacidad de establecer ese vínculo simétrico de interelación; justo por esta razón, muchas veces se ven abusados por los que se benefician de la bondad de ellos.

Advertisement

Para que las personas no abusen de nuestra bondad es necesario establecer límites. Esto es algo que no hacen las personas con síndrome del niño bueno.

¿De qué se tratan los límites en las relaciones humanas?

Los límites son una serie de pautas que marcan una distancia entre lo permitido y lo que no. Dicho de otra forma, son reglas que nos ponemos para evitar salir lastimados.

La realidad es que los límites antes de evitar que lastimemos a otros; nos protegen y ayudan a sentirnos más seguros y cómodos en nuestras relaciones interpersonales.

Supondremos que conoces a alguien y esa persona te agrada. Entre ustedes se establece un lazo de amistad, pero la otra persona comienza a pedirte favores cada vez más grandes; llega un punto donde sabes que no puedes favorecerlo más. Es entonces cuando decides poner un límite: “No te puedo ayudar más, lo siento, se sale de mis manos”. Una persona consciente de sus acciones respetará tu decisión de no ayudarte más; en cambio, alguien abusivo se enojará contigo y entonces “serás el “malo de la historia”.

Por lo regular, una persona no abusiva no excederá jamás los niveles de confianza, pedirá un favor y si no puedes hacerlo lo entenderá. Sin embargo, no todo el mundo es así y siempre habrá alguien que se enfadará contigo por no servirle una y otra vez sin negarte.

Advertisement

Los límites te “salvan” de excederte en servir a los demás al punto de olvidarte de tu bienestar. Esto es algo que una persona con síndrome de niño bueno no hace.

Características de una persona que sufre de Síndrome de niño bueno

1 Su reacción ante las críticas

Una persona con síndrome de niño bueno cree que toda persona que lo critica tiene una razón y que tiene razones válidas para ser criticado.

El niño bueno no analiza de manera concienzuda lo que dicen de él, solo lo cree y lo acepta. No importa si es el chisme más dañino, insultos o lo que sea, lo acepta aunque eso lo lastime.

La situación tiende a ser peor porque incluso piensa que los demás saben más que él y que todos tienen razón. Este tipo de actitud lo lleva a vivir en inestabilidad emocional. Cuando alguien halaga sus logros como si lo tratan mal se siente mal porque sea lo que sea que digan de él, esas personas están en lo cierto.

2 Actitud conformista y pesimista

El niño bueno prefiere por mucho no intentar nada a asumir riesgos y fracasar.

Advertisement

Vive en una situación de miedo y ansiedad constante que lo lleva a sentirse incapaz de enfrentar situaciones difíciles. Esto hace que la persona posponga una y otra vez planes o metas. Incluso pierde oportunidades porque permite que otras personas las consigan.

Se comporta lo mismo que un niño maltratado: teme ser castigado por sus padres si comete errores. Tiene esa actitud porque evita los sentimientos que le resultan desagradables. Sus pensamientos constantes son sobre sentirse amado, aceptado todo gracias a ser una buena persona. Es justo por esto que no pone límites y tampoco analiza las consecuencias de su actitud sobre su vida. Es así que se deja arrastrar por los deseos de los demás hasta permitir que le hagan daño.

3 No discute

Esto se debe a su actitud evitativa. No reclama ni exige sus derechos a ser tratado con dignidad y respeto. El niño bueno simplemente permite que las otras personas elijan hacer con él o ella lo que les plazca. Esta bien que el otro decida qué comer o a donde ir. Todo esto con tal de evitar el conflicto.

Él o ella no discuten cuando alguien les dice que no se deje mancillar. Su respuesta siempre será: “Dejalos, ya todo está bien”. Esta bien ceder de vez en cuando e ir con la corriente. Sin embargo, es basar su personalidad y actitud en evitar tener problemas con alguien por exigir ser respetado.

El gran problema con esa actitud de evitar el conflicto es que la persona acumula sentimientos desagradables que facilmente lo van a llevar a perder el control; es eso o vivir con una sensación de malestar constante. Aparte de eso odia la idea de enfrentarse para exigir respeto porque no desea ser lastimado o abandonado.

Advertisement

4 Pasar desapercibido

La persona con síndrome de niño bueno vive una vida evitando situaciones donde se sienta expuesto. Para esto ¨se esconde en plena multitud tratando de comportarse con un bajo perfil sin causar alteraciones ni generar problemas. para esto suele decir a todo si y cumple los deseos de los demás. Simplemente no sabe decir NO.

El resultado contraproducente es que no pondrá límites y vivirá como si no tuviera voluntad sobre sus acciones. Para esta persona es doloroso saber que si se niega podrían rechazarlo; es por esto que reduce al máximo la posibilidad de que esto pase. Es así desarrolla una ansiedad constante que lo lleva a no negarse a los deseos de los demás.

Formas de superar el síndrome del niño bueno

Es de suma importancia que una persona que tenga este síndrome busque ayuda terapéutica que le oriente sobre la manera adecuada de relacionarse con los demás.

Con esto, deberá aprender a respetarse y a darse un valor intrínseco importante. Esto a la par que aprende a establecer límites sanos en sus relaciones con los demás.

Es bueno que alguien con este síndrome se pregunte de manera constante sobre sus sueños, metas y deseos. Esto lo que logra es que la persona se enfoque en sí mismo y no en los demás.

Advertisement

El trabajo terapéutico se basa en desarrollar una autoestima fuerte y firme que impida que los demás se aprovechen de su bondad.

Ser bueno con los demás es vital para mantener las buenas relaciones con los demás, pero es mucho más importante saber ser buenos con nosotros mismos.

Toma un momento para compartir ...

Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.