En medio del caos, viaja hacia dentro

Eras un hombre con una vida placentera hasta que estalló el caos. Aprende de la actitud del Salvador y obtén la calma.

Marta Martínez Aguirre

Es esa hora donde el silencio lo llena todo. Abro la puerta hacia el jardín y dejo que la paz me recorra. Los primeros matices naranjas comienzan a ser tenues pinceladas en el cielo, el aire tibio llena mis pulmones. Enriqueta, mi perra de seis encantadores meses, olfatea los brotes nuevos de las rosas y sale corriendo hacia el césped húmedo. Ella tira de la cadena fuertemente hacia adelante, arrastrándome hacia donde sus ojos la guían. Me tomo un minuto para respirar y disfrutar del paisaje.

Como es inquieta y “desobediente” la paseo con una correa, para recordarle que yo estoy a cargo, sin embargo hay ocasiones como ésta en que le cedo el mando. Debo confesar que a menudo disfruto de esos cimbronazos matinales: son una inyección de energía para afrontar la agenda que no sabe de topes. ¡Cómo disfruto de esas primeras horas de la mañana donde el mundo se aquieta, las migas de angustia y desasosiego no forman parte de las tostadas y la zozobra es una palabra que humedecerá otros labios! Hasta la caldera silba bajito para no quebrar la dicha. Sonrío, la calma me rodea.

Cuando viene el caos y desaparece la calma

¿Recuerdas en que instante tu vida pasó de la calma al caos? El diagnóstico de tu hija, el aviso de la deuda, las fotos eróticas lejos de tu cama, el Alzheimer de tu suegro, el disparo en medio de la frente de tu amigo, la apostasía de tu líder religioso, las esposas en las muñecas de tu jefe.

Me he preguntado mil veces, qué pensamientos habrán pasado por la mente de Jesús cuando la policía del sanedrín lo arrastró por el jardín de los olivos y la gente a su alrededor maquinó destruirlo. Horas más tarde, la multitud ya no gritó “Salve” sino que supo vociferar “Cruz”. Los gobernantes se lavaron las manos y los amigos huyeron. Verdaderamente, eso es pasar de la calma al caos y nuestro Salvador supo cómo manejarlo. Quizás es tiempo que conozcas su secreto:

1. No te quejes

Dice Isaías 53:7, que en medio del odio, las maquinaciones y las injusticias: “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”. ¿Te das cuenta? En medio de las nubes de opresión y despiadados sufrimientos, se mantuvo en calma. El Salvador hizo lo que vino a hacer: regalarte Su amor y Su gracia. Intenta imitarle, no dejes que la queja te anule y te detenga. Sin embargo permite que tus emociones se expresen, si necesitas llorar hazlo. Con aquellas cosas que no puedes manejar, escribe tus sentimientos en una libreta y a medida que pase el tiempo, observa cómo vas alcanzando la paz.

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2. Sé flexible, perdónate y perdona

“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Estas palabras pronunciadas en la cruz, dan cuenta de su actitud ante quienes le causaban dolor y sufrimiento. Un gran paso para alcanzar la calma es darte cuenta que tal vez, otros te han dañado sin saber el alcance de sus acciones. Sé compasivo contigo y con los demás; extender el perdón a sí mismo o hacia otros es terapéutico y, con este signo de caridad, muestras que eres una persona que sabe lo que es el amor puro de Cristo.

3. En medio del caos, ocúpate

“He ahí tu hijo, he ahí tu madre” (Juan 19:25-27). La tendencia natural cuando estamos en crisis, es aislarnos y evadir todo tipo de responsabilidad, pero Juan nos muestra que Jesús fue capaz de ocuparse de su madre y de su discípulo amado. De alguna manera se ocupó de su bienestar emocional. Haz tú lo mismo: quizás hay personas en tu entorno que debas cuidar, proteger, amparar, aún en medio del desconcierto. La verdadera calma se logra en el servicio.

Quizás la mar serena se convierta en borrasca, pero puedes alcanzar la tranquilidad en tu vida. No intentes encontrarla afuera de ti, la clave te la da el Salvador, lo esencial es ir hacia adentro.

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Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: