En Navidad lo que no se compra con dinero es lo que más vale

Son ideas originales que se pueden llevar acabo dentro de la familia, para buscar cambios en uno mismo y no olvidar esa parte humana que tanto esta desapareciendo. En Navidad lo que no se compra con dinero es lo que más vale.

Erika Gaytán

Hace un año, por estas fechas decembrinas, tras regresar de una diligencia acompañada de mi padre, en un semáforo en alto algunos migrantes se acercaron a los automóviles con intención de pedir dinero. Las personas del auto de enfrente les hablaron y empezaron a repartirles comida en un plato de unicel, y les dieron un paquete con bufandas y cobijas nuevas. No puedo describir los gestos de quienes recibían los obsequios: eran una combinación de sorpresa, agradecimiento, alegría, nostalgia… no sé. Lo que sí puedo asegurar es que fue impactante la escena, doy gracias por haber tenido la oportunidad de presenciarla y por la enseñanza que me dejó: dar de lo que tenemos a quienes menos tienen.

Estas fechas no suelen ser siempre las mejores por muchas razones: se recuerda la pérdida de un familiar, un accidente sucedido, errores cometidos en el pasado y que no hemos perdonado, situaciones difíciles de índole económica o familiar, o por nada más ver cómo se han transformado estas fechas en una celebración consumista; una temporada en la que mucha gente es feliz por lo que va a recibir de regalo, por solo eso.

Pero cuando se tiene la oportunidad de presenciar este tipo de acciones, cambia algo en nosotros, y es tan profundo que ni el regalo más costoso se le puede comparar. Los regalos dan emoción al recibirlos pero no pasa de ahí, se acaba en un instante; pero cuando se vive algo más fuerte, se queda en el corazón y realmente nos hace felices. Basada en esto y en esa acción desprendida que presencié, propongo tres actividades que se pueden hacer en familia para que estas fechas sean realmente especiales:

1. Enseña a tus hijos a compartir

Cuando se hace la cena de Navidad, se puede preparar algún platillo extra, involucrar a la familia para salir a la calle, a lugares previamente vistos, y repartir entre todos esa comida. La actividad tiene dos objetivos: sobre todo vivir esta experiencia de ayudar a la gente y recordar que todos somos seres humanos que podemos tenderlos la mano unos con otros.

2. Paso a paso

Esta es una actividad también recomendada para que toda la familia participe. Se puede hacer con el árbol navideño o con un nacimiento por dos o tres semanas antes de la Navidad: cada miembro de la familia elige un objeto, lo coloca al pie del árbol o al final del nacimiento, y por cada acción buena (ayuda en casa, controlar enojos, comer verduras, etcétera) que haga cada uno, puede avanzar un paso o rama, con intención de llegar a la punta del árbol o al pesebre. El objetivo es que de verdad sean especiales este mes y estas fiestas, y se den cuenta de cómo pueden cambiar su vida para bien.

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3. Familias unidas

Para esta actividad es necesaria la participación de papás, hijos, primos, tíos y abuelos: consiste en invitarlos a comprar prendas de vestir para la época y en un tiempo determinado juntar todo y armar paquetes; buscar sitios donde se sepa que hay gente necesitada, ponerse de acuerdo quién o quiénes pueden ir a repartirla y ¡manos a la obra! Con esto toda la familia se tendrá que ver, pero para hacer felices a otros y lo que van a recibir a cambio los podrá unir mucho más.

Haz de estas fiestas un pretexto para que tú y tu familia tengan una vida sin espejismos y falsas promesas, busquen mejorar esa parte espiritual que se ignora y que tanto nos puede ayudar a ser mejores personas. Te aseguro que lo que no se compra con dinero, es lo que más vale.

Toma un momento para compartir ...

Erika Gaytán

Oriunda de la tierra del taco, el mariachi y el folklore. Periodista de profesión y corazón. Por muchos años he tenido la fortuna de colaborar como docente en la educación de niños, adolescentes y jóvenes. La música, la enseñanza, la investigación, lectura y escritura son mis grandes aficiones.