¿En verdad soy una madre sobreprotectora?

Sobreproteger a un hijo es tan dañino como maltratarlo. Todos los extremos son dañinos y la sobreprotección de los hijos es un extremo del que es muy difícil retornar.

Emma E. Sánchez

El problema de la sobreprotección a los hijos no es nuevo y muy pocas veces es negado por quien lo vive. De hecho, cuando se confronta al sobreprotector, lo acepta y da muchas razones, todas muy válidas y lógicas desde su punto de vista, pero para nadie más.

Ahora, vamos a descubrir si eres una madre sobreprotectora ¿estás lista? Contesta en tu mente las siguientes preguntas:

1. ¿Yo asisto y me quedo hasta el final a todas las fiestas que mi hijo es invitado?

2. ¿No permito que pase la noche en casa de ninguna otra persona incluyendo campamentos, familiares y amigos?

3. ¿Lo visto, le preparo la ropa y le cargo su mochila?

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4. ¿Lo llevo de la mano siempre porque lo amo y para que no se lo vayan a robar?

5. ¿NO lo dejo salir solo con sus amigos, debe ir al menos una madre y yo?

6. ¿No le permito cocinar por si se corta?

7. ¿Me esfuerzo por comprarle lo que necesite o pida y que nada le falte?

8. ¿Mi agenda se basa en sus actividades, si hay tiempo libre hago algo para mí o mi esposo?

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9. ¿Todos los maestros de mi hijo me conocen, hablo con frecuencia con ellos y los directores?

10. ¿Mi hijo no usa el transporte público?

11. ¿Mi hijo es más importante que mi esposo?

12. ¿Mi hijo es muy inteligente y si lo apoyo en todo seguro triunfará en la vida?

¿Cuántas respuestas afirmativas tuviste? Si tienes 3 o más, amiga, eres una madre sobre protectora.

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Regularmente en una familia, padre y madre cuidan y velan por el bienestar en general de los hijos, pero en los casos de sobre protección, en el mayor de los casos, es la madre quien exagera los cuidados y atenciones del hijo y casi siempre motivados por dos razones:

El Miedo

A perder al único hijo, al único hombre, a la única hija, a que algo que a ti te sucedió le pase también a él, a que sufra, le pase un accidente o cualquier cosa así cuando en realidad tú eres la que teme sufrir. Te preocupa que le pase algo y lo cuidas pero temes mucho más el dolor que a ti te causará que algo le suceda a él.

Otras razones fundamentadas en el miedo a disciplinarloses quese vayan a “traumar”, o la más triste desde mi punto de vista personal, es no quiero quedarme sola o para que me cuide cuando sea vieja, pensando que mimar a un hijo es una cuenta de ahorros segura para la vejez.

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La Culpa

Otra razón que a muchos padres les mueve a sobreproteger a los hijos tiene su origen en: algún problema de nacimiento, malformaciones, problemas de salud, divorcio cuando el niño nació, por no darle padre, por dejarlo mientras trabajas, porque tienes problemas con tu esposo, porque es pequeño, porque es muy alto, porque es feo, porque es guapo, es alérgico, porque nació primero, nació segundo, nació en mayo, y ¡mil más!

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La culpa no es un motor que mueva el cuidado y formación de un ser humano. Si tras leer esto, te identificaste con algún punto, ten presente estas dos declaraciones:

“El amor no justifica la sobreprotección y el propósito de educar a un niño es prepararlo para que sea un adulto independiente, autosuficiente y feliz”

Cada vez que haces algo que el niño puede hacer sí mismo, lo incapacitas. Amarrar sus agujetas, cortar su carne, vestirlo, prepararle su almuerzo cuando él ya puede hacerlo, son acciones que le dañan. Muchas madres me dicen “lo hago por servir, no me molesta”, ¡claro! Y al niño tampoco. Al contrario, le gusta mucho que le hagas todo, es súper cómodo, fácil y práctico para todos pero contraproducente para el desarrollo del hijo.

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Identifica en casa, con alguien de tu confianza o en sincera plática con tu hijo sobre alguna cosa que puedes dejar de hacer y que tu hijo la asuma para comenzar a hacerse cargo de sí mismo.

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El problema de no hacer nada por dejar sobre proteger a tu hijo es que la final estarás mandando al mundo un adulto que no sabe valerse por sí mismo, que es egoísta, que le costará mucho trabajo adaptarse a un mundo que no lo considera la pieza más importante, ni que deba girar a su alrededor. Prepáralo para ser libre, autosuficiente y feliz.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.