Enséñale a tu hijo lo que significa “privilegio”, con este ejemplo

He aquí una lección de humildad que un profesor universitario enseñó a sus alumnos, y que tú puedes usar con tus hijos.

Arturo Leonardo

No me gustaría usar la frase: “En mis tiempos…” Pero así es: en mis tiempos (que tampoco sucedieron hace mucho) no era común ver que los niños anduvieran por la vida como si se sintieran tocados por algún poder divino especial. Claro, como todo, había sus excepciones, pero creo que me he relacionado más bien con gente humilde, lo que sin duda me ha ayudado a tener una perspectiva más centrada de la vida.

¿Qué trato de decir? Bueno, no sé por qué, pero me he encontrado con muchos niños y jóvenes que piensan que merecen todo simplemente por el hecho de haber nacido. Algunos otros no ven lo que tienen en sus manos gracias al esfuerzo de sus familiares, sobre todo de sus padres, y se dedican a desperdiciarlo y peor aún, a quejarse, a pedir más.

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Está, sin embargo, el otro lado de la moneda: el de cada vez más jóvenes que no tienen las mismas oportunidades y que van buscando por la vida cómo lograr ser alguien, cómo alcanzar sus metas, cómo sobresalir en el área en la que se desenvuelven.

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Aquí es donde me topé con una historia sobre enseñar el significado de la palabra “privilegio”, la cual te comparto a continuación en espera de que pueda servirte. Resulta que en una ocasión, un profesor de una universidad en Inglaterra llegó a su clase con una dinámica diferente: se presentó con un montón de hojas, mismas que hizo “bolita”; después, pasó a cada banca de sus alumnos para repartirlas; los jóvenes lo miraban extrañados.

Después de asegurarse de que todos los estudiantes tenían ya su respectiva bolita de papel, el profesor colocó un bote de basura justo debajo del pizarrón, al centro del aula de clases. Y dio la siguiente indicación: “Ustedes representan a la población del país, imaginen que yo les doy la oportunidad de hacerse millonarios, lo único que tienen que hacer es depositar la bolita de papel en el bote, sin embargo no pueden pararse de su lugar”.

Los alumnos que estaban hasta atrás de inmediato se quejaron, dijeron que la situación no era justa. Por el contrario, los de enfrente obviamente no dijeron nada y fueron los primeros en depositar la bolita de papel. Tras unos minutos de la actividad, el profesor detuvo la acción.

¿Qué crees que les enseñó?

El maestro les dijo que, al igual que ese ejemplo, la vida resulta en ocasiones de accidentes fortuitos que nos colocan en situaciones de ventaja. Les dijo que quienes se sentaron enfrente fueron beneficiados de su posición, eso era precisamente tener un privilegio, situación que relacionó con la oportunidad que tenían de estudiar en comparación con los miles de jóvenes que en su vida no gozan de esa oportunidad.

Se trata de un magnífico ejemplo que puedes utilizar con tus hijos, primos, sobrinos, amigos, etcétera, con quienes tengas absoluta confianza y consideres que han perdido el piso. Muchas personas no son capaces de entender que lo que los rodea forma parte de un privilegio enorme basado en el trabajo, casi siempre, de otros. Además, claro, del privilegio enorme de tener vida.

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Arturo Leonardo

Comunicador fanático de sus hijos a quienes les relata día a día sus aventuras de música y deportes, gusta de leer lo que se cruce en su camino, piensa que el acto más revolucionario que puede existir es el de reír.