Eres madre, pero no te olvides de ser mujer

Vales mucho en todos los aspectos, así que sácale provecho no solo a tu rol como madre, sino también a ese poder que tienes por el hecho de ser mujer.

Erika Patricia Otero

Sacrificios. Muchas de las cosas que una mujer hace cuando decide tener una familia son sacrificios. Sacrifica su desarrollo personal, su salud, su profesión, su tranquilidad, su economía y libertad por sus hijos. No es que haya nada de malo en ello; es parte de ser madre, y como sabemos, muchas madres son capaces de dar hasta su vida -si es necesario- por ellos.

Sin embargo, estoy segura que no has pensado en que muchas veces todos esos sacrificios son innecesarios. No es que tus hijos no los merezcan, es que no los necesitan; es más, hasta les pueden llegar a hacer daño.

Tus hijos no te necesitan 24 horas al día (excepto si es un bebé). Tampoco necesitan que les estés vigilando y protegiendo a diario, y menos si les enseñaste principios y valores, lo bueno y malo de la vida, y les has ayudado a ser independientes.

Sé que suena duro porque las madres desean estar ahí siempre para sus hijos, pero debes dejarlos ser; debes darles las herramientas y permitir que se equivoquen, que se levanten, que se sacrifiquen y sufran; porque no importa qué tanto quieras librarlos de todo mal, si tienen que caer, caerán, y tendrán que aprender a levantarse.

Les haces más bien cuando les demuestras que eres una mujer que se arregla para verse y sentirse bella, que te gusta leer, salir a ejercitarse, que tiene amigas, que expresa cariño a su esposo; incluso si trabajas, le estarás enseñando a tus hijos el valor de trabajar y esforzarse. Con todo esto lo que enseñas a tus hijos es que ser mujer es mucho más que sacrificio, consagración, cuidado y protección.

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Por tu bien, el de tu esposo e hijos: no olvides que eres mujer

Esto es algo con lo que batallo mucho en casa. Ruego a mi madre que no se olvide de que antes de ser nuestra mamá, fue mujer, y que sus intereses eran múltiples. Claro que ella ya es una mujer mayor, pero aun así deseo que se preocupe más por ella que por nosotras; al fin y al cabo ya somos adultas y podemos valernos por nosotras mismas.

También hablo con mi hermana al respecto. Siempre le digo que aunque su hijo la necesita mucho a su lado, ella también necesita cuidar de sí. Le insisto en que si no cuida de ella ¿quién cuidará de su hijo cuando ella no tenga salud para ayudarlo?

Piensa un poco, tú crías a tus hijos y das tu vida por ellos. Pese a todo, ellos un día se van a hacer sus propias vidas y te quedarás con las manos vacías, con muchas de las cosas y sueños que aspirabas, inconclusos. No es que tengan la obligación de cumplir tus expectativas, lo que deseo que comprendas es que cada cual tiene su su vida y debe hacer todo lo que pueda por ser feliz y pleno.

Bríndate, pero que la vida no se te vaya en ello

Y es que es cierto que tus hijos no pidieron venir al mundo. Es tu deber hacer tu mejor papel como madre, pero debes equilibrar tu rol como mujer.

No veo una razón para que no puedas ser una madre que se arregla, y lo digo porque hay muchas mujeres que piensan que porque se casaron y tienen hijos ya no vale la pena arreglarse. Es que no solo lo haces por ti, deberías hacerlo a favor de tu relación amorosa, para demostrarle a tus hijos/as que una mujer es más que ropa desaliñada y un peinado a la carrera para estar con lo de la casa al día.

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Deberías tener tiempo para ir al gimnasio y estar en forma, no solo por ti; sino para tener salud y buena forma para disfrutar de tus hijos y tu matrimonio.

Deberías poder disfrutar de tiempo libre para salir con amigas, para que te renueves y te diviertas, para estar libre de estrés y llegar a casa ligera de cargas emocionales.

Deberías procurar cultivarte y esforzarte por tu carrera profesional o un oficio que te haga independiente económicamente hablando; esto no solo mejora tu amor propio, le enseña a tus hijos que eres fuerte, inteligente y capaz de sacar a una familia adelante en casos de necesidad.

Amándote les demuestras cuánto les amas

Puede sonar extraño, pero no lo es. Para saber amar primero hay que amarse mucho a sí mismo y todo lo antes escrito es prueba solo de amor por ti.

Cuando te profesas un amor tan profundo, muestras a tus hijos que les amas porque es por y para ellos que te cuidas, que te cultivas.

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A través de tu ejemplo le estás enseñando a tus hijas que como mujeres valen mucho. A tus hijos les enseñas que las mujeres son más que amas de casa sacrificadas y madres devotas. Con tu ejemplo, harás de tus hijas, mujeres más independientes e hijos respetuosos de sus esposas.

Ahora bien, cuando cuidas de ti como mujer, cuidas a tu esposo para que te vea como la valiosa mujer de la que se enamoró un día, le muestras tu valor no solo como madre, sino como esposa, como amiga, como compañera y amante; él lo valorará y no tendrá excusas para buscar fuera lo que tiene en su hogar.

Ser mujer es un maravilloso regalo de la creación porque puedes ser muchas cosas en una y es tu deber aprovechar ese regalo de la naturaleza.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.