¿Es el Monte Everest la nueva Torre de Babel?

Escalar la cima del Everest ha llevado a la muerte a muchas personas. ¿Qué es lo que en realidad persiguen?

Viviana Domínguez

El monte Everest es considerada la montaña más alta del mundo, con una altura de 8.848  metros sobre el nivel del mar. Se encuentra en el continente Asiático, sobre la cordillera del Himalaya, y limita entre dos países, China y Nepal.

El Everest ha llegado a ser la montaña más codiciada de subir por alpinistas, especialmente durante los meses de abril y mayo, pues durante estos meses se presentan las mejores condiciones climáticas para realizar semejante travesía.

Sin embargo, en este último tiempo el Monte Everest ha sido noticia debido a una muy triste situación: el alto número de personas que han fallecido en el intento, en tan solo una semana. Lamentablemente, las noticias informan sobre lo que está sucediendo allá arriba: los alpinistas están haciendo largas colas para llegar a la cima.

Las buenas condiciones climáticas (época de vientos suaves) para escalar, y el deseo exagerado de las personas por lograr el  desafío éste año, ha creado un aglomeramiento sorprendente de personas causando lentitud en la escalada, o largas esperas sentados, en especial en la recta final.

Teniendo en cuenta la altura, bajas  temperaturas, e insuficiencia de oxígeno, no es un lugar apropiado para hacer cola de espera; todo esto se ha cobrado la vida de 8 personas en menos de una semana.

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La codicia, soberbia y deseo de gloria

Al leer las noticias sobre lo que estaba ocurriendo en el Monte Everest, recordé inmediatamente la historia citada en la Biblia acerca de “La torre de Babel”.  Según el  relato bíblico, cuenta que en el principio, se hablaba una sola lengua entre los primeros habitantes, las personas se pusieron de acuerdo en construir una ciudad, para luego edificar una torre “tan alta que pudiera tocar el cielo, y pudieran ser famosos”. Las escrituras cuentan que cuando Dios se enteró de lo que estaba sucediendo, decidió confundir los idiomas.

La torre de Babel,  significa el origen de las más de 7 mil lenguas que existen hoy en día, pero también invita a considerar a la codicia y soberbia como uno de los primeros errores de la humanidad. Estableciendo así desde el principio el deseo del ser humano de querer siempre más, en especial en dinero, poder y gloria.

Problemas del corazón

La codicia es la tendencia de querer obtener todo para sí mismo, en especial dinero, riquezas, etc. La persona se convierte en egoísta, no puede compartir, y toma ventaja de todas las situaciones en las que puede. Inmediatamente, las personas así son reconocidas en los ámbitos familiares o en la sociedad, y son rechazados por su incapacidad de dar, quedándose solas.

El afán por tener y acumular es tan grande, que la sola idea de tener que perder algo los atemoriza, cuando el verdadero motivo es una tremenda carencia emocional, “un vacío”, que la persona piensa poder llenar con cosas materiales. La codicia es advertida por la mayoría de las religiones, quienes tratan de enseñar a las personas, a través de las escrituras, meditación o rezos, a abrirse al amor por los demás.  

Sugerencias: Todo acercamiento espiritual a través de una religión o personal, siempre ayuda a mejorar, sobre todo la práctica de la oración o meditación. A su vez ,se puede realizar una consulta profesional, para entender el vacío emocional que la persona siente.

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La soberbia y vanagloria

Tomás de Aquino, describe a la  soberbia como “el apetito inmoderado de la propia excelencia, que de paso, rebaja la dignidad ajena”. La soberbia entonces es pensar que uno está sobre todo, que lo sabe todo y no necesita ayuda ni consejo alguno.

El filósofo agrega que la soberbia es “la madre y reina de todo defecto”, por lo que a mi entender, todos los demás defectos se desprenden de la soberbia.

Sugerencias: para mejorar este aspecto de nuestra persona es importante entender que las personas sabias, por lo general son sencillas y desean aprender siempre de otros, educarse y ser humilde en hechos y en palabras.

Vanagloriarse o desear la gloria

La vanagloria se relaciona con el orgullo extremo o engreimiento. La persona presume sobre los demás de sus acciones. También uno puede vanagloriarse del físico o belleza personal.

Sugerencias: Las religiones sobre todo, hacen mucho énfasis en no vanagloriarnos y ser humildes de nuestras acciones, o servicio al semejante. Ayudar a los demás es una forma muy buena y sencilla que limpia nuestro corazones de desear la gloria personal.

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Conclusión

No hay nada de malo en desear cumplir con metas, como escalar el monte Everest, ser famoso, rico, bello, inteligente, o desear lo mejor para nosotros o nuestra familia; tampoco es necesario andar por la vida cabeza inclinada pidiendo perdón por todo lo que uno hace.

Simplemente, en la vida solo se necesita ser puros de corazón y vivir alejados del ego.   

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Viviana Domínguez

Psicopedagoga, escritora y orientadora familiar. Oriunda de Argentina, actualmente reside en Utah. Es amante de la buena literatura, la música, el arte y de pasar tiempo en familia.