“Ese accidente cambió mi vida”, confiesa mujer que lastimó a su hijo cambiándole la vida en un minuto y para siempre

Estaba celebrando que cumplía 10 años y en ese momento cambió su vida para siempre... y su error puede cambiar la tuya también.

Erika Otero Romero

A veces solemos vivir la vida de una manera acelerada como si el tiempo no fuera a alcanzarnos para todo lo que debemos y queremos hacer, tanto y a tal punto, que nos perdemos de esos detalles que colman de tintes interesantes cada día de nuestra existencia .

A mí me pasa algo particular, muchas veces me he encontrado ensimismada pensando bien sea en el pasado o proyectando un futuro que es incierto, pero muy pocas veces estoy atenta al presente, es como si viviera en dos dimensiones distintas con lo cual me pierdo de disfrutar una, por andar rememorando algo que ya fue o algo que aún no es, y eso es un grave error.

Un accidente abrió los ojos de una madre

Arefa Cassoobhoy es un médico que cuenta en la entrada de un blog de la página blogs.webmd.com, que hace unos días vivió una de las peores experiencias de su vida y eso le hizo ver la cantidad de errores que estaba cometiendo, perjudicando todo alrededor.

Cuenta Arefa que días antes de que su hijo cumpliera 10 años, ella le estaba organizándole una fiesta con temática de Harry Potter, pero no se trataba solo de decoraciones, sino que además la fiesta gozaría de trucos de magia y experimentos que iluminarían el lugar dando efectos de distintos tipos que les encantarían a todos.

Ella estaba confiada en que todo saldría bien ya que es médico y sabe de ciencia, así que preparó todo con cuidado para que las pociones salieran bien. Decidieron que dejarían los experimentos para un día antes de la fiesta para estar seguros de que saldrían bien y que los niños no correrían peligro alguno.

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El día de la fiesta dejó que sus hijos montaran los experimentos, luego ella tomó el mando y comenzó a encender el alcohol de frotar y encendió la llama, fue entonces cuando cometió un error. Dice Arefa que luego de que completo el experimento de manera exitosa y pensando que la llama estaba completamente extinguida, empezó a verter más alcohol al experimento, cuando lo hizo, la llama estalló y subió tanto que se dirigió hacia la cara de su hijo cumpleañero, Arefa jamás estuvo tan asustada.

El esposo de ella de manera rápida se acercó al niño y lo hizo rodar por el suelo para apagar el fuego, luego lo sumergieron en agua fría y le aplicaron un tratamiento. Por fortuna el niño estaba mejor de lo que esperaron y solo tuvo quemaduras de segundo grado en su cuello y una de sus orejas, y aunque sus cejas y pestañas se habían quemado, sus ojos no sufrieron daño alguno.

Ella no podía creer que había cometido un error de principiante y que a causa de eso su hijo estaba herido, aun así se alegra porque las cosas no fueron peores. Dice que cometieron muchos errores, que no tenían gafas protectoras para los niños, no tenía preparado el extinguidor, los niños no estaban lo suficientemente lejos, en fin.

Decisiones que cambian vidas

Arefa dice que el hecho cambio su vida y la hizo reflexionar acerca de todo lo que estaba haciendo mal y que de ahora en adelante lo único que desea es manejar su vida de una forma diferente.

Dice que necesita bajar la velocidad y saturación con la que vive. Ella ahora desea tener tiempo de descanso para pensar bien lo que está haciendo y lo que ha hecho. Admite que si no hubiera estado haciendo varias cosas a la vez y hubiera estado atenta a una cosa al tiempo, jamás hubiera pasado tan terrible cosa a su hijo, quizás porque antes de acelerarse con los experimentos hubiera consultado más a fondo y hubiera podido hacer muestras más simples y menos peligrosas.

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Ahora -dice ella- piensa más las cosas, hace una cosa a la vez y pone su atención a cada situación todo lo que esta pueda necesitarlo, pues si lo hubiera hecho en su momento, ahora su hijo estaría bien.

Si bien, Arefa no puede retroceder el tiempo, admite que se equivocó enormemente pero que se perdona por sus errores, y que estos le han servido para hacer cambios en su vida y para eso le sirvió lo que paso con ese experimento fallido.

Mi madre suele decir: “Cada día trae su afán” y es cierto, cuando procuramos hacer varias cosas al tiempo, alguna siempre sale mal. Vivir cada día de manera calmada, aprendiendo y gozando de lo que se vive es una buena forma de adquirir experiencias, en últimas, para eso venimos a este mundo: para aprender mientras nos equivocamos y crecer como seres humanos.

Y tú ¿Estás tomándote tu vida con calma?

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.