Esforzarse y no darse por vencido es la clave del éxito, ¿cómo lograrlo?

Todos podemos lograr el éxito, es cuestión de esforzarse y luchar por nuestros sueños. Pero no es fácil, ¿sabes cómo llegar a lograrlo?

Erika Patricia Otero

Me siento en la obligación de decir que soy una de las personas menos perseverantes del mundo. Para completar, soy extremadamente perfeccionista; esos dos aspectos no son una buena combinación.

Siempre me ocurre lo mismo. Me gusta escribir, sé que nací para esto, tengo talento; el problema es que comienzo algo y cuando empiezo a leerlo para corregirlo, me frustro y termino cambiando una gran parte de lo escrito. Esto me lleva a desechar todo el trabajo y ya no insistir más.

Me falta disciplina y constancia, dos ingredientes importantes para poder alcanzar las metas y sueños que te propongas.

“La constancia vence lo que la dicha no alcanza”

Esta frase, que es una de las favoritas de mi madre, plasma la historia que te contaré a continuación:

Corea es el país de las estrellas musicales y de los dramas. Se caracteriza por su cultura estricta, conservadora y persistente. Esto fue lo que sacó adelante a un país que por la década del 50 estaba en la pobreza y decadencia.

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Las personas tienen interiorizados los valores de obedecer y respetar, a tal punto que es un hábito. Tanto es así, que podría decirse que los hijos se ven “obligados” a reprimir sus sueños por hacer felices a sus padres; esto, aunque ellos no lleguen a serlo.

Pese a lo anterior, los muchachos de los que hablaré a continuación siguieron sus corazones. Ellos incluso se enfrentaron a sus familias para cumplir sus metas; y hoy día rompieron todos los esquemas.

Una historia de sacrificio, disciplina y éxito

En el año 2013 debutó en Corea del sur un grupo kpop de siete jóvenes de edades entre los 16 a los 21 años.

Años atrás habían sido reclutados por una pequeña compañía disquera que estaba a punto de la ruina. Los aprendices, nombre que reciben los jóvenes aspirantes a “idols”, tuvieron un duro entrenamiento. Este estaba lleno de restricciones, evaluaciones y conflictos familiares. Después del esfuerzo y entrenamiento quedaron siete muchachos, llenos de talento y con ansias de comerse al mundo.

Todos pensarían que ganar fama iba a ser fácil porque eran talentosos, pero no fue así. La realidad es que en Corea eran menospreciados por ser de una compañía pequeña; ni se diga en el resto del mundo.

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Aunque eran abiertamente menospreciados, e incluso muchas veces humillados en su propia cara, no se desanimaron. Poco a poco fueron superando obstáculos y rechazo. Los ensayos y la autoexigencia eran su diario vivir. Fue así como paulatinamente fueron siendo reconocidos en varias partes del mundo.

Hoy, luego de casi 8 años de sacrificio, trabajo duro y autodisciplina; BTS, abreviatura de “Bangtan Sonyeondan”, pueden decir que son los voceros nacionales de Corea del sur. Tanto es así, que fueron merecedores de varios reconocimientos por parte del gobierno de su país y varios premios a nivel mundial.

Sueña y vuela alto, pero trabaja duro

Tomé como base la historia de estos muchachos, porque ahora mismo es el mejor ejemplo de perseverancia que tengo. También se debe a que muchos jovencitos se sienten identificados con su historia; mientras otros más encontraron en las letras de sus canciones la fuerza para seguir esforzándose.

Puedo decirte que conocer a fondo la historia de cada uno de ellos te adentrará a un mundo de esfuerzo; uno que te mostrará que “el que quiere, puede”.

El fracaso es resultado de no luchar

Esto es en lo que muchos fracasamos; en que no somos disciplinados y nos cuesta mucho sacrificar y tolerar las críticas.

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En el mundo van a haber cientos de personas a las que no les va a gustar lo que haces. Incluso muchas veces la misma familia se opone a tus metas.

Lo que más necesita una persona es el apoyo de los suyos cuando de lograr sus objetivos se trata; sin embargo, muchas veces no ocurre.

Si eres un adolescente debes hablar con tus padres sobre tus sueños; créeme, siempre sabemos para que vinimos a este mundo.

Desde mi experiencia puedo decirte que descubrí para que “vine a este mundo” cuando tenía 14 años. A pesar de que sabía a qué quería dedicar mi vida, no supe cómo alcanzarlo; al final terminé estudiando una carrera para complacer a mi padre. Admito que aunque amo lo que estudié, no es mi vocación.

Tal vez se deba a que “no fue para lo que estaba hecha” que jamás, por más que me esforcé, logré salir adelante con esa carrera. Sin embargo, cuando decidí arriesgarme a hacer lo que sabía era mi vocación, mi constante incertidumbre cambió con rapidez.

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Mentiría si dijera que el camino ha sido fácil, jamás es fácil. Sé que estaría en mejores condiciones si fuera más diligente, sé que eso tiene que cambiar.

¿Cómo volverse alguien constante y disciplinado?

Creo que lo primero es no procrastinar. Eso de “dejar para mañana lo que puedes hacer hoy” no funciona cuando se trata de hacer los sueños realidad. Al principio puede resultar fácil sacar excusas, pero solo basta con espabilarte y poner manos a la obra.

Lo segundo es ser consciente de tus debilidades. Si sabes que un hábito determinado te desvía de tu propósito, debes ponerlo bajo control. A veces la televisión, la pereza o las redes sociales nos hacen perder tiempo; ante esto, lo que debes hacer es darles cada vez menos protagonismo en tu vida.

El tercer punto es trazarte un plan. Sé que puede sonar soñador, pero esa meta alta que quieres alcanzar es el objetivo; mismo que solo se logra trazando metas más pequeñas. Si es el caso, haz una lista y a medida que vas alcanzando uno lo tachas. De esa manera tu atención y motivación estarán enfocadas.

El cuarto punto es ser disciplinado. Es difícil, pero si no te dejas dominar de esa voz interior que te grita que no te lo mereces o no eres capaz; le estarás ganando camino. Tampoco debes atender a la pereza, la crítica o el desánimo; estos van a estar siempre ahí tentándote, pero no lo debes permitir.

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El quinto punto tiene que ver con la visión que tienes acerca de tu fuerza de voluntad. La cantidad de fuerza de voluntad que tengas dependerá de la idea que tengas de ti mismo. Es decir, si sientes que no tienes fuerza de voluntad, es posible que no superes esa limitación. Si no te limitas, es probable que alcances tus metas. Es cuestión de lo que crees de ti y tu autocontrol.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.