Está en tu clóset matrimonial. Échalo fuera.

El orgullo es la raíz de muchos males en el matrimonio, y un monstruo que muchos no vencen. Sin embargo, el vencerlo es una decisión personal que requiere un deseo sincero de cambiar y mejorar tu matrimonio.

Denhi Chaney

Con un aire de triunfo y esperanza en su futuro una pareja llegó a nuestra sesión, como cada sábado. Tomados de la mano se veían muy diferentes que la primera vez en que se habían sentado en aquel sillón, distantes y heridos. Ha llegado el momento, pensé, y con una sonrisa les dije que tal vez era tiempo de contemplar dejar de vernos. Lo que siguió fue lo siguiente:

–Creo que aún tenemos cosas que mejorar –dijo ella nerviosa.

–Claro, en cualquier matrimonio siempre hay cosas por mejorar, pero sé que ya no me necesitan para ello –dije con una sonrisa firme.

–Aún peleamos, y a veces nos gana el orgullo –volvió a decir ella mientras su esposo afirmaba con la cabeza.

–Bueno, aun en los mejores matrimonios el desechar el orgullo y el egoísmo es una tarea de toda la vida, pues es combatir tu propia naturaleza humana, y esto no se termina de aprender en un cuarto de terapia.

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Ni cien sesiones de terapia pueden ayudar a una pareja que no está totalmente dispuesta a deshacerse del egoísmo en su matrimonio; ninguna técnica o método es útil cuando no existe tal disposición. Es importante mencionar que esto lleva mucho tiempo y, en la mayoría de los casos, aun con las mejores intenciones solo se obtiene cuando uno ya es mayor, pero el proceso empieza hoy, cuanto antes mejor.

Si el orgullo es uno de esos monstruos en tu clóset matrimonial, échalo fuera. Te presento algunas sugerencias para derrotar a ese monstruo:

1.  Si solo quieres ganar retírate de la situación

Siempre he dicho que cuando estamos en completo enojo la mayoría de las veces solo queremos ganar la lucha en lugar de solucionar el problema y hacer las paces. Por eso tienes que sincerarte y aceptar que si nada más quieres ganar es momento de alejarte de la situación hasta que estés dispuesto a solucionarla.

2.  Pide perdón

Muchas veces tenemos la mentalidad de que solo pediremos perdón en cuanto la otra persona lo haga, o no lo solicitaremos, pues no tenemos culpa alguna. El pedir perdón hace toda la diferencia, independientemente de si pensamos que estamos en lo correcto o no. Es cuestión de estar dispuestos a deshacernos de nuestro orgullo y egoísmo.

3.  Coloca tu relación por encima de tu deseo de estar en lo correcto

Cuando estés discutiendo el problema es de suma importancia que combatas tus instintos “orgullosos” de estar en lo correcto y busques sanar la relación.

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El orgullo tiende a ser la raíz de la mayoría de los males de un matrimonio; es una imperfección individual y como tal se debe de superar paso a paso, y por voluntad propia. El orgullo es un monstruo, pero se le puede destruir con las armas de la humildad, el perdón y la decisión de querer más a tu pareja que tu necesidad de ganar y estar en lo correcto.

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Denhi Chaney

Denhi Chaney es egresada de la Universidad de Brigham Young con maestría en Terapia de Matrimonio y Familiar. Denhi también es esposa y madre de un niño. Puedes contactarla en .