Esta es la razón por la que tus objetivos deben comenzar siempre por el número dos

Es bello de tu parte preocuparte por los demás, pero, ¿y si comienzas dándote a ti misma el amor que siempre intentas dar a otros?

Marilú Ochoa Méndez

La historia de Cenicienta es bella, pero no te la recomiendo como modelo a seguir. Te cuento por qué.

Ella sufría mucho, era aún niña cuando quedó huérfana, y no le quedó más remedio que sobrevivir con su madrastra malvada y sus dos hermanas. Después de mucho sufrimiento, esta pobre mujer tuvo su final feliz. Muy especial, de hecho, pues incluye un maravilloso cambio de look, magia, un baile memorable y ratones que sabían coser.

Pero tú no duermes junto a la estufa, y dudo mucho que los ratones que conozcas estén dispuestos a hacer de sastres para ti. Tampoco creo (disculpa la crudeza), que tengas ningún hada madrina.

Tendrás que ponerte creativa

Es poco probable que haya por ahí una persona como el príncipe encantador, que esté dispuesto a recorrer todo el reino solo para encontrarte, pero sí existe una persona dispuesta a darlo todo por ti, a elevarte a las más altas cimas, y a convertirse por ti en sastre, en hada y en salvadora: eres tú.

Eres capaz de mirarte como nadie lo ha hecho, y de levantarte amorosa y diligentemente de tu dolor, inquietudes y problemas. Y -tal vez no lo sientas ahora- pero tu amor y compasión a ti misma, te transformarán.

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Por eso debes apropiarte del número 1

Porque -puedes ser quien te levante- pero también puedes ser tu propia madrastra y hermanastra, boicoteándote día tras día tus intentos por sanar, por levantarte y conseguir lo que mereces.

Por eso quiero compartirte este bello consejo que una amiga me ha regalado este inicio de año: inicia tus propósitos de mejora siempre con el número dos, pues el primero debes dejarlo siempre para ti. ¡Me ha encantado su sabiduría!

Pero, suena egoísta, ¿cierto?

De inicio, ponerte en primer lugar, puede sonar chocante. Si, por ejemplo, tienes bebés, podrías hacerme el siguiente reclamo: “ellos, que no son autosuficientes, podrían quedar a la deriva“.

Las mujeres tenemos un “chip” en lo profundo del alma que nos hace volcarnos en otros, pues nos sabemos necesarias y amamos profundamente, pero asumir que ponernos en primer lugar es egoísta, es un error.

Porque ese bebito precioso que te reclama en cuerpo y alma cada dos por tres, puede también aspirarte la fuerza si te le entregas por entero, pues ¿cómo le darás tanto, tantas veces si permites que tu alma y cuerpo se debiliten?

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Eres la persona más importante en tu vida

Tú, eres la más importante, porque vivirás contigo hasta el día en que tu alma se separe de tu cuerpo. Tú eres la única que puede generar un cambio. Los otros (los cambios que harán otros) puedes solo sugerirlos y modelarlos, pero no son tu responsabilidad ni el fruto de tu empeño.

Eres la única que puede valorarte, apreciarte y consentirte de esa manera única con la que intentas atender a otros. Eres la mano que siempre añoras, el hombro donde siempre puedes llorar. Eres quien en verdad puede llegar a conocerte y quien puede abrazarte tan fuerte, que una tus partes rotas.

Ámate como amas a los demás

Te comparto un trozo de un bello pensamiento que te llegará al alma: “Ámate como amas a todos los demás, vuélvete tu principal prioridad, ya no te trates como la segunda (…) Yo no te quiero a dieta, ni delgada, ni loca de fitness…Te quiero sana, te quiero guapa, te quiero así, divina, pero con las ganas de hacer las paces contigo, con esa mujer que se ha dejado el cabello desatendido y no recuerda cuándo fue la última vez que estrenó algo. Porque pararte frente al espejo a ponerte linda, no te hace menos mamá, menos tía, menos abuela, menos mujer, menos esposa o menos profesional“.

Este profundo pensamiento de la bloguera Male Capetillo nos muestra una añoranza que ya llevábamos en el corazón, pero no sabíamos cómo poner frente a nuestros ojos, para acatarla, considerarla y no descuidarnos más.

Comienza entonces hoy

Es bueno que busquemos conectar con los hijos, acompañar al esposo, ser las mejores en el trabajo, pero para lograr sanamente entregarnos a todos los que amamos, es preciso primero mirarnos, perdonarnos, observarnos y amarnos tan profundamente, que, dando, sigamos llenas.

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Es aquí cuando comienza el aspecto complicado: ¿cómo hago eso?, te preguntarás. Aquí algunas sugerencias:

Sueña y planea

Atrévete a soñar con eso que tu corazón tanto desea. Cree que puedes lograrlo. Imagínate a ti misma logrando eso que anhelas, atrévete a dar pasos que te lleven hacia allá.

Regálate tiempo

Ponle papel y fechas. Desmenuza esos sueños y dedícales un momento (o varios momentos) cada día. Desarrollar tus talentos, tus dones, te inspirará y dará la energía para ser más eficiente y amorosa para con los tuyos, ya lo verás.

Perdónate y sé amable contigo

Realiza una evaluación de lo que has sido, y atrévete a perdonar aquello que te avergüence o duela sobre tu pasado. Perdónate diariamente si es necesario, porque, aunque sepas a dónde quieres ir, a veces te pondrás obstáculos tú misma. Pero con paciencia, amor y mucha compasión por tus heridas, lograrás superar todo lo que te atora, y levantarás el vuelo.

Crea tu propio cuento de hadas

Esa historia maravillosa que estás por construir, no le deberá nada a Cenicienta ni a otro cuento de hadas. Habrá heroínas, amor y valores nobles, habrá tropezones y episodios obscuros, pero la heroína valiente y fiel (tú), estará lista para salir adelante de todas las pruebas, porque sabes lo que está en juego: tu felicidad.

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¿Anhelas en verdad una vida feliz y plena para los tuyos? Colócate en ese primer lugar, ámate, llénate de mimos y amor sincero, y estarás realmente fortalecida para ser el tronco firme que dé sombra, descanso y solidez a la vida de los tuyos.

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Marilú Ochoa Méndez

Enamorada de la familia como espacio de crecimiento humano, maestra apasionada, orgullosa esposa, y madre de siete niños que alegran sus días. Ama leer, la buena música, y escribir, para compartir sus luchas y aprendizajes y crecer contigo.