¿Estás tratando a tus hijos como te trataron a ti o como te hubiera gustado que te traten?

Ser padre es muy difícil. Todos cometemos errores, pero siempre podemos corregir los fallos.

Erika Patricia Otero

¿Recuerdas cuando eras niño? ¿Puedes recordar cuando tus padres te reprendían porque no hacías las cosas como ellos querían sino como tú podías? Yo sí, y recuerdo decirme a mí misma que cuando tuviera hijos no les haría sufrir tanto.

La verdad es que mis padres no eran tan crueles y yo era una dramática. Sí, hubo aspectos de su crianza que no me gustaron y que no aplicaría con mis hijos; otros sí fueron efectivos. Sé que ellos hicieron lo mejor que pudieron con una niña rebelde y difícil de criar; no hicieron más que replicar la crianza que recibieron.

Cuando me hice adulta descubrí la razón por la que mi padre me educó de forma tan estricta; la verdad es que con lo que sé, no lo culpo. Por el contario, mi madre fue más relajada; eso balanceó mi crianza.

Hoy día las cosas han cambiado mucho respecto a la crianza. Incluso, me atrevo a decir que la crianza se ha relajado mucho. Quizás se deba a que los padres de hoy no desean ser estrictos; en realidad, lo que más quieren es que sus hijos sean felices. Esto me parece genial, pero debemos saber cómo lograrlo de manera equilibrada.

Cría a tus hijos como te hubiera gustado ser criado

Ahora que eres un adulto a cargo de uno o más niños pequeños, te invito a cuestionarte:

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¿Cómo te hubiera gustado ser criado?

¿Cómo quieres que sea la infancia de tus hijos?

¿Quieres que ellos hagan realidad sus sueños? o ¿Deseas que vivan una proyección de la vida que no pudiste tener para ti?

¿Cómo sueñas que sea la vida adulta de tus hijos?

Responder estas preguntas te dará un panorama más amplio de la manera cómo deberías criar a tus hijos.

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La crianza de cada niño en el mundo debe estar libre de miedos y amenazas; además, debe estar llena de valores y principios. Añádele que la crianza no debe ser impartida por uno solo de los progenitores; sino que el niño debería poder contar con el amor, y la orientación de ambos padres.

Ningún libro o revista te dirá la mejor manera de educar a tus hijos. Para ello cuentas con tu propia experiencia y tu instinto e intuición. Si no te gustaron los golpes y los gritos, pues no los implementes. Corrige a tus hijos de forma diferente; háblales y oriéntalos son asertividad.

Tú aprendes a ser padre al tiempo que tu hijo crece

Tú sabes tanto de ser padre o madre como lo supieron tus padres. Aprendes a ser padre porque tu hijo “te va diciendo lo que necesita o no” en su crianza.

Los libros podrán darte directrices, pero de poco sirven porque cada niño es un mundo y cada hogar es único.

El punto al que deseo llegar es que tú mismo escribes la historia de cómo tu hijo necesita ser criado. Algunos niños necesitaran mano más dura que otros, aún incluso siendo hermanos gemelos.

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Ahora bien, recuerda que eres padre o madre, no amigo. Tus hijos necesitarán guía, confianza, amor y respeto; los tres últimos deberán estar presentes en la relación padres-hijos de ida y vuelta.

¿Por qué no debes ser amigo de tus hijos?

Porque un amigo es un igual y no lo eres por mucho que así lo quieras. Tú eres una figura de autoridad; ahora, no por serlo vas a ser cruel; de eso no se trata la autoridad, sino de saber educar y guiar.

Con esto en mente, tus hijos están obligados a cumplir con sus responsabilidades y tú con las tuyas. Lo quieras o no, debes establecer reglas y principios básicos que tus hijos deberán cumplir. Tus hijos no deben esperar más de ti que lo que tú debas y quieras dar; por el contrario, ellos deberán cumplir con lo que ustedes tengan establecido para que la relación sea equilibrada.

Por ejemplo; es un error querer conceder a tu hijo un playstation de última generación por haber ganado el año. Es un fallo porque pasar un año con buenas notas es un deber de hijo; esto no es si él quiere, es que debe y no es negociable. Es acá donde muchos padres fallan.

Así como es deber de los padres dar a sus hijos, salud, ropa, alimentos y otros; es deber del hijo responder por sus obligaciones como hijo.

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Es cierto que ser padre es muy difícil. También lo es que todos cometemos errores, pero siempre podemos corregir los fallos. Solo es cuestión de tener presente que todos vamos andando un camino desconocido. Es nuestro deber aprender y corregir los errores cometidos, saber pedir perdón, perdonar y seguir adelante con resiliencia.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.