Este es uno de los pilares de la salud. ¿Lo estás cuidando lo suficiente?

Los estudios demuestran que cuando lo descuidas, puedes caer víctima de la depresión. Lee este artículo y entérate.

Erika Otero Romero

La depresión no es un chiste. Mirian Aguirre en su artículo ¿Qué es la depresión y cómo ayudar a un amigo que sufre de ella?, dice: “La depresión clínica es una enfermedad mental que se caracteriza por provocar sentimientos de tristeza y abatimiento extremo, de desesperanza y desesperación”, y continúa, “…afecta el cuerpo, el espíritu y los pensamientos”.

Quizás no sepan que hay dos tipos de depresión: la endógena y la exógena; la primera es causada por nuestro organismo, es decir, no hay un motivo externo o medioambiental que la provoque, y es de tal intensidad que puede llevarnos al suicidio; la segunda tiene su “raíz” en situaciones del exterior, muestra de ello puede ser la ruptura de una relación o la pérdida del trabajo, por poner un par de ejemplos.

Algo que está en aumento en estos tiempos es que los niños pueden llegar a ser víctimas involuntarias de este padecimiento, pero por su edad no comprenden con claridad lo que les está ocurriendo. Entonces nuestro papel, como padres, debe estar en situación de alerta, con el fin de detectar cualquier cambio en el estado de ánimo de nuestros hijos, tomar medidas y cortar el problema desde su cepa.

Cualquiera que sea el caso lo adecuado es acudir al psicólogo, quien podrá determinar de qué tipo de depresión se trata y si es el caso de que sea endógena, remitirlo al psiquiatra, y comenzar el tratamiento médico adecuado. Si se trata de una depresión exógena la situación puede llegar a ser más manejable, aunque no más simple.

Me atrevería a decir que mucha de la culpa de que la depresión sea uno de tantos males modernos, son los hábitos de vida y alimentación que tenemos; vivimos más tiempo en el trabajo, comiendo lo que tengamos a mano, bien sea de la máquina dispensadora o de la cafetería, mientras que se nos sale de las manos la relación con nuestra pareja y se va por la ventana el amor de nuestros hijos, que, en busca de cariño, consiguen imitaciones de amor o amistad, y cuando queremos recuperar lo que más importa, a veces, ya es demasiado tarde.

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Algunos estudios médicos señalan que es posible superar la depresión leve o exógena sin tener que recurrir a medicamentos. Demuestran que, a través de una adecuada alimentación, la depresión puede llegar a desaparecer, pues si se consumen los nutrientes adecuados, estos ayudarán de manera efectiva en la síntesis de neurotransmisores (sustancias que participan en la señalización neuronal y en la transmisión nerviosa), como el chocolate, que ayuda a la segregación neuronal de SEROTONINA, que está vinculada directamente por su ausencia en casos de depresión.

Teniendo en cuenta lo anterior es lógico que ahora deseemos tener, junto con nuestros seres amados, una alimentación sana y evitar en familia la depresión, la obesidad y el estrés.

A razón de todo ello enlisto algunos alimentos que al ser consumidos con cierta frecuencia y sin exageración podrían ayudar a nuestro cuerpo a estar más saludable y equilibrado y, por ende, a tener una buena calidad de vida:

  1. Pescados como el atún o el salmón y sus derivados son ricos en ácidos grasos y omega-3, esenciales para ayudar al cerebro a funcionar de una forma más controlada.

  2. La levadura de cerveza, la avena y el arroz integral son fuentes de altas concentraciones de complejo B, así como ácido fólico que, de manera literal, es alimento para el cerebro; además, el arroz integral libera glucosa en el flujo sanguíneo de forma gradual, evitando así bajones de azúcar y, con ello, cambios de humor.

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  3. El repollo, lechuga, ajo, soya, garbanzos y espárragos son considerados poderosos calmantes naturales, ya que desde la antigüedad se emplean para tratar la depresión y los trastornos mentales.

  4. Las frutas, en especial, las ricas en vitamina C, como kiwi, naranja y limón, además de la piña, el plátano y la manzana se emplean para elaborar una mezcla medicinal casera con leche y miel.

  5. Especias como el jengibre y el ají, por ser ricos en capsaicina, componente que estimula la producción de endorfinas, conocidos como “hormonas de la felicidad”.

  6. De la misma manera es adecuado tener en cuenta que se deben evitar la cafeína, el tabaco, el alcohol y alimentos con elevado contenido en grasa y azúcar.

  7. Además del chocolate, los carbohidratos son importantes para mantener el buen humor, ya que ayudan a mantener altos los niveles de triptófano (aminoácido que ayuda al cerebro a producir serotonina); eso sí, procura mantenerte lejos de los carbohidratos refinados, como el pan blanco, la pasta o el arroz.

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Por último, pero muy eficaz para alejarnos de la depresión leve o exógena, es pasar tiempo en familia disfrutando del sol con moderación, pues esto ayuda a una mejor absorción de calcio; piensa también en hacer ejercicio, ya que mejora el flujo de sangre al cerebro y refuerza la actividad mental. Sobre todo, recuerda reír siempre que puedas, porque alegra la vida y ayuda a ver las maravillas que nos rodean.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.