Esto es lo que puedes hacer para salir de la desmotivación y el estancamiento mental

No veamos un "pare" en el camino como un obstáculo, eso es solo un momento para descansar.

Erika Patricia Otero

Entrar en esas etapas donde nos sentimos atados y sin salida es inevitable. Todos, absolutamente todos hemos pasado por eso. Estar en esta situación es angustiante porque nos parece ver que todo a nuestro alrededor se mueve, excepto nosotros.

El estancamiento no perdona a ninguna persona ya que es una situación mental. Puede ser que el mundo “vea” nuestras vidas como una serie de eventos perfectos donde no tenemos nada de qué quejarnos; pese a eso, para nosotros las cosas ni avanzan ni retroceden, simplemente están estáticas.

Lo peor de todo es que no importa cuánto hagamos para salir de ese “estado muerto”; no tenemos la motivación, ni las ideas que puedan orientarnos hacia una posible salida. La razón de sentirnos así surge cuando sentimos que no estamos haciendo algo que dé verdadero sentido a nuestra existencia.

Lo seres humanos necesitamos autorrealizarnos tanto como requerimos comer y dormir; esto hace parte de nuestra naturaleza. Cuando tenemos una meta que nos moviliza a ir hacia adelante, nuestra vida tiene sentido; es que necesitamos esto para evolucionar, madurar, aprender y sentirnos plenos. Cuando esto no sucede nos sentimos frustrados, como muertos en vida.

Si a lo antes mencionado se le añade la presión que viene del exterior; esa conminación por hacer y dar tanto de uno, llega un punto donde nos saturamos y no sabemos qué podemos hacer.

Advertisement

¿Qué podemos hacer cuando nos sentimos estancados?

Cuando pasamos por esto, creemos que no hay nada que podamos hacer más allá de esperar a que el bloqueo desaparezca. Sí y no. Hay varias cosas que podemos hacer:

1 Observar qué tantas cosas hemos logrado

En temporadas de estancamiento es tanto el desánimo, que perdemos de vista el camino que hemos recorrido. Nos sentimos tan fracasados y e inútiles que no reconocemos los logros pasados.

Recordar las metas antes logradas, despierta en nosotros esa sensación de que podemos hacer grandes cosas. Por ejemplo, recordar que a la vez que estudiabas tu carrera, trabajabas, te demuestra que tienes una gran fortaleza.

Todos tenemos metas a corto, mediano y largo plazo; sin embargo, a veces nos cuesta ver los pequeños pasos que debemos dar para llegar a estas. Por esto, nunca debemos olvidar que lograr grandes metas no es fácil, se necesita esfuerzo, disciplina y a veces sacrificio.

Cada vez que necesitemos sentirnos motivados, es nuestro deber recordarnos el camino que hemos recorrido; ese será un incentivo para marcarnos un camino futuro.

Advertisement

2 Aceptemos ese momento de inmovilidad, aprendamos de lo que tiene que enseñarnos

Soy una fiel creyente de que todo lo malo pasa por algo. No es como ver el vaso medio vacío; más bien, es la oportunidad de mirar dos veces algo y corregir los errores antes de seguir adelante.

La recomendación en este caso es fluir con la situación. Nadar contracorriente solo hará que nos desesperemos más y que por afán a salir, nos sintamos más frustrados.

Es cuestión de mirar con detenimiento lo que estamos viviendo, corregir las posibles fallas y tomarnos todo con calma.

3 Definamos nuestros objetivos

Si bien es cierto que estamos viviendo una época de estancamiento, esto no debe ser tomado como una resignación.

Esta etapa de pausa es molesta, pero ya sabemos que nos sirve para reflexionar sobre lo que estamos pasando. Pues bien, no debemos contemplarlo como una derrota, sino como una parada en el camino.

Advertisement

Es en este momento donde debemos replantear los objetivos a seguir. Si es necesario reajustarlos o cambiarlos para lograr la meta final.

Para lograr esto debemos pensar en qué queremos, qué tan complicado es llegar a lograr esa meta; y por último, pero no menos importante, los pasos que nos llevarán a alcanzarla.

4 Identifiquemos los temores que nos limitan

Debemos tener en cuenta lo siguiente: si tenemos claro qué es lo que deseamos, pero estamos estancados y la situación no parece cambiar; entonces, tenemos miedos que aun no hemos detectado. Saber esto es imprescindible para desbloquearnos.

Los temores pueden ser muy variados. Se puede tener miedo a fracasar, a que las cosas no sean como esperamos, a perder el tiempo persiguiendo quimeras, etc. Estos temores pueden estar influenciados por comentarios de otras personas o por tu propio ego. Incluso, podemos llegar a tener esa sensación de que no merecemos lo que deseamos.

Créeme que merecemos todo lo que persigamos mientras esto no genere daños a terceros. No nacimos para conformarnos con poco o para sufrir. No permitamos que los pensamientos limitantes sean los que manejen el timón de nuestra vida.

Advertisement

En su lugar, tomemos las riendas de nuestros sueños. Planifiquemos bien y venzamos nuestros miedos a través de una mirada concienzuda que nos permita ver mejor el panorama completo; esto será lo que nos permita proyectar los posibles resultados futuros.

Un momento de estancamiento no debe traducirse como fracaso. Más bien es un periodo que se debe aprovechar para cambiar la estrategia y retomar la meta.

La invitación es a no frustrarnos y dejar el miedo y la tristeza atrás. Veamos ese momento como la oportunidad para tomar un impulso y así lograr lo que tanto queremos.

Toma un momento para compartir ...

Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.