Esto le puede pasar a tu hijo en un gimnasio

Actualmente los gimnasios y clubes deportivos ofrecen una amplia gama de rutinas, entrenamientos y servicios para invitar a los jóvenes a inscribirse. Te invito a leer estas ideas para hacer del gimnasio una oportunidad verdadera de crecimiento.

Emma E. Sánchez

No puedo recordar en este momento a algún padre o madre de familia que se haya molestado porque su hijo deseara hacer ejercicio. Pero sí vienen a mi memoria algunos padres enojados o con problemáticas por no haber tomado en cuenta algunas situaciones relacionadas con la decisión de sus hijos de ir a ejercitarse al gimnasio. De modo que procura que no te pase y considera estas recomendaciones:

Practicar un deporte es lo ideal para los jóvenes

En especial los deportes de conjunto son fabulosos en este momento de sus vidas, pues no solo fortalecen su cuerpo, sino que adquieren disciplina, el saber trabajar en equipo, responsabilidad, liderazgo, espíritu de sacrificio y a esforzarse por una meta en común. ¿Cuáles deportes? El futbol americano, el futbol soccer o el basquetbol ¡son excelentes! ¿Por qué te comento esto? Porque en el gimnasio la mayoría de los entrenamientos actuales lo llevará a mucho trabajo y esfuerzo en solitario, lo cual no es malo, pero sí lo privará del proceso de socialización e idealismo propios de estas edades.

Gimnasio en casa

Si la situación actual, por alguna circunstancia, no te permite inscribir a tu hijo en un gimnasio, proponle hacer uno en casa. Un joven auténticamente motivado lo hará, y esto también te dará la oportunidad de saber con exactitud qué es lo que desea, pues a veces solo se trata de novedad o de hacer lo que los amigos están haciendo.

Escoger un gimnasio

Acompaña a tu hijo en esto, de ser posible. De lo contrario, pídele que visite por lo menos tres establecimientos y obtenga la siguiente información: costos, horarios, reglamentos internos, el tipo de entrenamiento que está solicitando; esto es fundamental, pues hay muchos estilos y técnicas que pudieran no ser los apropiados para su edad y etapa de desarrollo físico.

Un buen instructor y una buena rutina: buenos resultados

Si tu hijo no tiene ninguna restricción médica y en general es de talante sano, no deberá tener mayores problemas al iniciar una rutina en el gimnasio. Asegúrate de que tenga un buen entrenador: alguien que lo instruye, lo supervisa, lo anima y no lo deja solo. Pídele a tu hijo que te cuente sobre sus avances, sus logros y desafíos; pregunta también sobre las nuevas amistades que está desarrollando y mantente atento a los productos que le recomienden tomar, ya sean vitaminas o complementos; explícale que no puede tomar nada que previamente no haya sido aprobado por ti. Si está practicando físico-constructivismo recuérdale ser prudente con la cantidad de peso que es recomendable levantar. Los muchachos están en desarrollo y levantar pesos excesivos, de manera indiscriminada o sin supervisión, puede provocarle lesiones que mermarán su desarrollo. Muchos establecimientos dedicados a este rubro reportan que los jóvenes solamente asisten con regularidad durante los tres primeros meses y luego abandonan el ejercicio, pues “no ven resultados”. Esto constituye una magnífica oportunidad para enseñarle perseverancia y esfuerzo.

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Alimentación, descanso y aseo

Si tu hijo tiene entre 14 y 18 años de edad tal vez pertenezca a la “generación vampiro”, esa que se queda hasta altas horas de la noche “chateando” o en las redes sociales, y que se despierta tarde y bastante cansado. Si es el caso, hacer ejercicio ¡le caerá de maravilla! Checa que se vaya a la cama y duerma, se levante temprano, desayune, almuerce y coma lo mejor posible. Si hace ejercicio correctamente su cuerpo de manera natural le exigirá descanso y alimento y su desarrollo será armónico. El aseo desempeña una parte básica en este desarrollo: un buen gimnasio le enseña a sus socios a limpiar los aparatos después de haberlos usado; recuerda a tu hijo el uso de sandalias en el baño, y aquellos principios de higiene personal y cuidado que debe observar en lugares públicos. La transmisión de hongos en pies y manos sigue siendo común por no observar cuidados higiénicos básicos.

Para las jovencitas

Todas las recomendaciones anteriores aplican por igual. Es maravilloso poder vivir en un mundo en el que las mujeres gozan de la misma oportunidad que los varones de practicar deportes o fortalecer su cuerpo. A las chicas, en particular a esta edad, se les recomiendan tanto los deportes de conjunto como aquellas actividades que desarrollarán su belleza y fuerza física, tales como la danza en cualquiera de sus manifestaciones y estilos, las artes escénicas, las rutinas de acondicionamiento físico o los grupos de baile y de animación; pero no descartes que tu hija se interese por el box, un arte marcial, algún deporte extremo o ¡llegue a ser toda una campeona del físico-constructivismo! Cualquiera que sea su deseo, acércate a ella, interésate y conviértete en su admirador número 1; anímala a conseguir sus metas. Para las adolescentes esta etapa es básica para construir una identidad fuerte y que su autoestima se fortalezca, acepte su cuerpo y ame su condición de mujer. Ayúdale a saber cómo continuar con sus entrenamientos durante sus ciclos menstruales y a proteger y cuidar su busto mientras hace las prácticas.

En fin, hacer deporte o practicar cualquier disciplina física ayudará enormidades en la vida de tus hijos. Participa con ellos en sus competencias, incentívalos, celebra sus avances y fortalece toda conducta y buen hábito que les permita conservar su salud y mejorar su calidad de vida. Y claro, también es un muy buen pretexto para que tú te ejercites.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.