¡Estoy embarazada! ¿Debo o no casarme?

Tomar una decisión tan importante como lo es el casarte no es cualquier cosa. Debes tomar las cosas en serio y con calma; y si un bebé está en camino ¡con más razón debes tomar tiempo para pensarlo! Considera las

Emma E. Sánchez

La familia, las costumbres y las tradiciones sociales regularmente nos dicen cómo y hasta cuándo se deben hacer algunas cosas en nuestra vida, sin embargo, a veces las cosas nos resultan como las habíamos planificado y cuando hablamos de matrimonio y bebés no siempre llegan en ese orden.

Muchas mujeres sueñan con una boda de ensueño, la luna de miel, una casa, una vida encantadora juntos y como cereza en el pastel, la llegada de los bebés pero por diferentes circunstancias las cosas salen justo al revés.

Partamos de la idea que un precioso bebé se adelantó a tus planes y que estás en la disyuntiva de casarte o no. Si ya de entrada tienes la duda, amiga mía, tenemos mucho de qué hablar.

No dudes en casarte cuando

Ambos están enamorados; contentos; ya tenías planes de boda; ya estaban comprometidos y ahora, la noticia del bebé solo ha significado alegría para ambos. Tal vez el único trago amargo sea hablarlo con la familia, pero te aseguro que tu familia entenderá. A veces les toma tiempo pero siempre funciona. El trabajo, una casa aparte y todo lo material que implica el formar un hogar llegará.

Piénsalo dos veces cuando

Eres demasiado joven; él no quiere casarse; las dos familias se oponen rotundamente; no estás enamorada, o tú estás muy enamorada, pero él no; no estás segura de querer pasar el resto de tu vida al lado de esa persona, o él no muestra gran deseo de comprometerse a fondo.

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Muchas mujeres cometen el error de casarse a sabiendas que él no es el hombre de su vida; que no las hace felices o que ni siquiera quiere al bebé; que lo hacen por cubrir las apariencias o con la falsa idea de que una vez que nazca el bebé, él cambiará o cosas así.

Debes saber que en muchos casos es mejor criar a un hijo sola que con un padre que no te ama a ti ni a tu hijo. Es preferible, inclusive, esperar a que el niño nazca para tomar decisiones.

Para casarse debes estar en el balance perfecto del amor, el enamoramiento y la cordura. La presión social, el deseo de que tu hijo nazca y tenga un padre y la vergüenza personal no deben de ser factores que consideres determinantes en tu decisión de contraer matrimonio.

Recuerda que el amor no se suplica, no se ruega por él. Si tu corazón te dice que no te cases, espera un poco y dale tiempo al tiempo para aclarar tu mente, apaciguar los sentidos, hablar con otras personas, reflexionar y tomar las mejores opciones para ti y tu bebé. El miedo es algo que te sorprenderá, las dudas llegarán pero en esta ocasión verás que es para tu bien resolver en tu mente y en tu corazón cualquier cosa que te haga dudar.

Sabrás que el matrimonio es la decisión a tomar porque todo se pondrá a favor en tu camino. Y si hay algo que te inquieta, algo que reiteradamente en tu corazón te pide que esperes, hazlo. Tu condición y calidad de mujer no es menor, no pierdes valor, ¡al contrario! Llevas una nueva vida en tu ser y tu valor ahora es incalculable y el hombre que pueda ver y entender eso será el elegido de tu corazón y no te defraudará.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.