¿Hay algún mensaje para ti detrás del desorden de tus hijos?

¿Has pensado en la posibilidad de que detrás del desorden de tu hijo hay algún mensaje para ti? Descubre en esta nota cuál puede ser ese mensaje.

Diana Cantor Martinez

La frustración puede golpear a tu puerta cada mañana al asomarte a la habitación de tu hijo donde, literalmente, parece que hace poco hubiera ocurrido allí una batalla campal. Te frustras porque te has esmerado en enseñarle que cada cosa tiene un lugar, porque incluso hablas más con tu ejemplo que con tus palabras. Entonces, ¿qué puede estar ocurriendo? ¿Has pensado en la posibilidad de que detrás del desorden de tu hijo hay algún mensaje para ti?

Hace un tiempo tuve que ausentarme de mi casa, por varios meses, debido a razones laborales. Y mi hijo adolescente quedó a cargo de sus abuelos. En casa siempre hemos armonizado con el orden y la limpieza; sin embargo, mi hijo, que no sintoniza mucho, jamás llega a los extremos. Durante mi ausencia mi madre y mi padre también realizaron un viaje y mi hijo se quedó solo durante un par de semanas. Lo que más sorprendió a mi mamá a su regreso fue notar cómo las demás áreas de la casa estaban limpias y cuidadas, pero la habitación de mi hijo era un completo desastre. A la mañana siguiente, mientras él estaba en la universidad, ella decidió limpiar la habitación y entre el desorden encontró varias cartas en las que evidenciaba su sentimiento de soledad y su tristeza por mi ausencia.

Lo que se esconde detrás del desorden de tus hijos

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Falta de motivación

Es probable que la desmotivación y el desinterés se exterioricen a través del desorden. La depresión, la apatía y la confusión también pueden encontrar en el desorden una forma de manifestarse. Durante la adolescencia el chico puede experimentar retraimiento, e incluso reprimir sentimientos; como es lógico, dichos sentimientos buscan una vía de escape y es probable que sea a través del desorden. Trata de acercarte emocionalmente a tu hijo, evita señalarlo o descalificarlo por el desorden y procura descubrir si está tratando de decirte algo. Estoy segura de que si logras llegar al fondo de su desmotivación y ayudarlo en su necesidad afectiva, por si solo él mismo reunirá la motivación necesaria para restablecer el equilibrio en su entorno.

Una forma de rebeldía

Parte del proceso de crecimiento y maduración emocional del adolescente es enfrentarse a las figuras de autoridad, a los estándares, a las reglas, a las normas, y chocar con ello. Probablemente, una forma de rebelarse se dé por medio del desorden. Si siente que no puede decir mucho y expresar verbalmente lo que siente, lo hará a través de diversos comportamientos y este será uno de ellos. Es clave reflexionar acerca de la inflexibilidad de tu parte o por las exageradas medidas de control. Permite que tu hijo se exprese vía verbal, que hable acerca de sus sentimientos y emociones, que manifieste su inconformismo con las reglas y normas, porque hasta cierto punto es una cuestión normal. Explícale, con paciencia y amor, la necesidad de los límites, pero siempre dándole un espacio para expresarse.

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Falta de energía o posibles síntomas de enfermedad

Este punto es importante: particularmente, si tu hijo suele ser ordenado y de repente aparece un brote de desorden en su habitación, en sus horarios o en el cumplimiento de sus actividades, es vital determinar otros comportamientos o síntomas e identificar si están asociados, porque pueden darse como consecuencia de un desgaste físico o de una enfermedad que de pronto puede estarlo afectando. Tus hijos son muy vulnerables, no los descuides.

Existen muchas formas en que tus hijos intentan exteriorizar sus emociones y de paso enviarte un mensaje, no los pases por alto, pues no se trata solo de ordenar cosas, sino especialmente de que la vida de tus hijos transcurra en armonía, lo cual sabrá evidenciarse en sus comportamientos y actitudes.

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Diana Cantor Martinez

Hay un momento de la vida en que descubrimos que necesitamos un cambio para poder avanzar y crecer reconoce el momento y no pierdas la oportunidad.